El ecosistema agrotech español ya supera las 200 startups
España ya supera las 200 startups Agrotech. En concreto son 202 las propuestas nacionales innovadoras y tecnológicas que recoge el Mapa del Ecosistema Agrotech de España 2023, elaborado por el diario El Referente en colaboración con EIT Food, programa de innovación alimentaria impulsado por la Unión Europa. Esta cifra escenifica la maduración de un sector que está impulsando la transformación y modernización del mundo agrario gracias al empleo de la tecnología y una visión innovadora.
Begoña Pérez Villarreal, Directora de EIT Food, considera que “la tecnología es una potente aliada para el sector agroalimentario, ya que permite aumentar la transparencia, la resistencia y la equidad del sistema agroalimentario”. La trazabilidad digital, el aumento del acceso a la información y la comunicación, la predicción de cambios y riesgos, y la capacidad de conectar a los pequeños productores son los grandes pilares sobre los que se asienta esta revolución agrotecnológica, según EIT Food. “Lo positivo es que estamos viendo avances en toda la cadena de valor; desde el propio campo, con tecnología que ayuda a la agricultura y la ganadería a trabajar de manera más eficiente y sostenible, hasta la distribución y el envasado. Es lo que se necesita: cambios disruptivos en toda la cadena de valor”, sentencia Pérez Villarreal.
Los expertos en la materia coinciden en señalar la importancia que la inteligencia artificial, el Big Data o los servicios Cloud están teniendo a la hora de hacer realidad esta revolución sistemática e integral, pero además también enfatizan en el avance de la biotecnología, la aparición de drones y robótica disruptiva y de precisión, o innovadores sistemas de producción - agricultura vertical, microencapsulación y cultivo indoor - como avances claves para poder disponer de cosechas estables pese a amenazas inminentes, como la del cambio climático.
La buena noticia es que en España cada vez son más las propuestas empresariales que ofrecen una alternativa a la producción y distribución de los productos agrícolas, así como el número de agentes e iniciativas privadas y públicas que impulsan el progreso de estos emprendimientos.
En los últimos cinco años ha habido un crecimiento exponencial del número de startups agrtoech en España, surgiendo más de la mitad de las empresas innovadoras que se engloban en el ecosistema del sector.
Pese a que el agrotech (o agtech) no es uno de los ecosistemas innovadores más amplios ni pujantes del país, en España operan más de 50 organizaciones que invierten y/o incuban y aceleran startups agrotech. Y es que los cambios sociales marcan nuevos hábitos de consumo. “Como dice Jaime Palafox, el viejo dicho ‘Somos lo que comemos’ se ha reformulado en ‘Comemos lo que somos’; es decir, que el acto de comer, y de consumir en general, está cada vez más influenciado por nuestros valores, sean estos la preocupación por la salud, el deporte, la ecología y/o la sostenibilidad”, explica Ricardo García Lorenzo, Director de Cajamar Innova y Subdirector del área de Innovación Agroalimentaria de la compañía.
EL CAMBIO EN LOS HÁBITOS DE CONSUMO
En relación con la evolución en el consumo de alimentos, Begoña Pérez Villarreal, de EIT Food, señala que “en los últimos 50 años se ha producido un acusado descenso del consumo de cereales, legumbres, verduras y hortalizas y un aumento en el ingesta de carne”. A esta transformación de la dieta se une una revolución social de la que surge un consumidor más comprometido con principios como la sostenibilidad y el cuidado de la salud, lo que ha impulsado el consumo de productos sostenibles, de proximidad y libres de pesticidas, fertilizantes u otros productos que se han utilizado en la cadena de producción de los alimentos y que son dañinos para el ser humano.
Para Rubén Hidalgo González, Corporate Venture Director en Capsa Food, el ascenso en la última década de los millennial a las grandes cohortes de consumo ha consagrado este cambio en la demanda: “La generación millennial ha estado muy marcada por la crisis, primero económica, luego sanitaria y, en un contexto más amplio, por la crisis ambiental. Esta identificación con las crisis y los problemas globales, pero también locales, presenta un consumidor tremendamente consciente respecto a décadas anteriores. Se cuestiona sobre el modelo social que hay detrás de la fabricación de un producto, si su compra significa fortalecer comunidades rurales, o si todos los ingredientes que encuentra en un etiquetado son realmente los que necesita”. García Lorenzo, de Cajamar Innova, añade que “la creciente preocupación de una parte de los consumidores por la salud, y también por el bienestar de los animales, está provocando una transición en los hábitos alimenticios que ha dado lugar a una revolución en el ámbito foodtech y la búsqueda de fuentes de proteínas alternativas”, como productos cell-based y plant-based.
Según un estudio realizado por la asociación para el fomento de la innovación y el desarrollo AINIA, uno de cada tres consumidores se nutren semanalmente de alimentos que sustituyen la ingesta de proteínas de origen animal. Según el mismo estudio, el consumo de estas proteínas alternativas ha aumentado en un 72% en los últimos dos años y hay una buena predisposición por parte del consumidor a comprar productos elaborados a partir de alimentos que normalmente se desperdician. Y es que la sostenibilidad y la salud han marcado las tendencias alimenticias en los últimos años.
García Lorenzo (Cajamar Innova) cita un estudio que realizó The Hartman Group en 2021 a consumidores de diferentes países. Los resultados evidenciaban que más del 40 % de los encuestados de Estados Unidos afirmaba tener una dieta mucho o algo mejor que el año anterior. En China, la cifra ascendía hasta el 59% de los encuestados. Para el Director de Cajamar Innova, el crecimiento del valor de mercado de alimentos saludables en todo el mundo refleja el cambio de paradigma en el sector: “Según datos de StrategyR, en 2020 el mercado mundial de alimentos para la salud y el bienestar se valoró en 733.100M$, y esa cifra aumentó hasta superar los 841.000M$ en 2022”. García Lorenzo recalca que esto también se puede ver en el crecimiento de las ventas mundiales de alimentos orgánicos, alimentos cultivados sin pesticidas artificiales, modificaciones genéticas o fertilizantes. “Un estudio realizado por FiBL, IFOAM y Organic Monitor refleja que las ventas mundiales de alimentos orgánicos aumentaron considerablemente entre 2000 y 2020, pasando de 18.000M$ de 2000 a 120.650M$ en 2020”. Según el Informe de Consumo Alimentario en España en 2022, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de carne descendió un 12,7% de 2021 a 2022, manteniendo la línea descendiente que se viene dando desde 2020 y marcando la cifra más baja de, al menos, los últimos 14 años.
“Estas presiones que ejercen los consumidores obliga a la transformación de los sistemas de producción”, explica el Subdirector de Innovación Agroalimentaria en Cajamar. Rubén González Espinar, Leas de Emprendimiento de Mahou San Miguel, lo explica desde el punto de vista comercial: “Tenemos que ofrecer nuestros productos a personas más informadas, exigentes y con un criterio bien definido a la que hay que seducir. Además de ofrecer unas excelentes cualidades organolépticas en tu producto, ahora también debes contar con un propósito y unos valores que coincidan con los de tu consumidor”.
LA TRANSFORMACIÓN DEL PRODUCTOR
Ante esta situación, la innovación tecnológica presenta sobradas capacidades para convertirse en la solución que ayude a productores y agricultores en la producción rentable de alimentos -en cantidad, calidad y precio - adecuados a las necesidades de un mercado cada vez más exigente. Sin embargo, las primeras fases de los avances tecnológicos suelen estar reservadas a grandes productores, que tienen la capacidad monetaria para ponerlos en práctica. Los pequeños productores tienen que esperar a que esta tecnología se abarate o a que el emprendimiento en el sector vaya asentado sobre sistemas cuya operatividad ya se ha democratizado en otros ámbitos.
No obstante, el acceso a los avances tecnológicos no es la única barrera que frena la revolución agrotech: “La brecha digital es un freno claro que contribuye a una desigualdad en la adopción de tecnologías agrícolas. Aquellos con acceso limitado a la tecnología pueden perder oportunidades para mejorar la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad de sus operaciones. Las dificultades pueden afectar a la comercialización de los productos, formación en nuevas técnicas eficientes y eficaces de cultivos y gestión de recursos, problemas de acceso a diversos programas de financiación y ayudas…”, señala Pérez Villarreal. La directora de EIT Food es optimista de cara a la apertura e implementación de las nuevas técnicas innovadoras, pero ve esta transformación como un camino de largo recorrido: “Implantar tecnología requiere, primero, un cambio de mentalidad y a partir de ahí trazar un plan de inversiones a medio o largo plazo”.
Ricardo García Lorenzo incide en la importancia de la aparición de startups para la transformación del sector: “El acceso al capital del que disponen los emprendedores en determinados sectores está permitiendo la implementación de procedimientos, tecnologías o recursos de los que no se disponía con anterioridad”. Para el Director de Cajamar Innova, “la revolución tecnológica y la digitalización son palancas, herramientas que nos van a ayudar en el corto/medio plazo hacer frente a todos los restos a los que nos vamos a enfrentar”.
Para Rubén Hidalgo González, Corporate Venture Director en Capsa Food, la biotecnología es el gran caladero de tecnologías de interés por descubrir y aplicar en el campo: “Todo este contexto tecnológico-digital se volverá muy relevante en términos de cuantificación de carbono secuestrado o en modelos de biodiversidad. También encontramos todo lo que abarca la biotecnología, donde tenemos desde aditivos naturales para la mejora de la salud animal, como puede ser el uso de posbióticos, hasta el uso de larvas de insecto para la conversión de mermas en productos de gran interés comercial”. De estos procesos que cita el experto de Capsa Food surgen alimentos plant-based y cell-based, que han experimentado un auge importante en los últimos años. Según el Observatorio de Consumo de la Alimentación plant-based en España (impulsado por la asociación de productores de alimentos y bebidas, Vegetables), en 2022 el 31,2% de los españoles consumieron alimentos plant-based a diario y, además, el 51,6% pensaba que la oferta de estos productos era escasa. Desde EIT FOOD consideran que este fenómeno es aún “incipiente pero, poco a poco, las opciones de alimentos a base de plantas han experimentado una gran diversificación en términos de sabores, texturas y formatos”. A ojos de Rubén González de Mahou San Miguel estas evoluciones en textura, sabor y precio puede generar “un cambio de escenario fundamental en el potencial de estos productos”. Aunque el experto vaticina una “convivencia con el producto actual como está ocurriendo en el mundo de los lácteos".
Más allá de las alternativas proteicas, está claro que el futuro de la agricultura pasa por una reducción del impacto medioambiental y de los efectos nocivos para la salud de los consumidores. La etiqueta de productos orgánicos cada vez tiene un peso mayor entre los consumidores, y aquí entran en juego factores como la proximidad del origen de los alimentos, la transparencia en sus procesos de elaboración, el control de la trazabilidad, y con ello, se ensalza el valor de todos los avances tecnológicos que favorecen y facilitan estos requisitos. Estamos hablando de tecnología Blockchain, que garantiza un seguimiento preciso de la trazabilidad del alimento, o el cultivo vertical, que reduce el uso de la tierra, entre muchos otros.
Desde Cajamar Innova señalan tres puntos que necesita reforzar el sector agrotech: “Incrementar la calidad y el volumen de producción en los cultivos para alcanzar el máximo potencial, incorporando nuevas tecnologías para mejor la eficiencia y por tanto la competitividad; diversificar cultivos, adaptando nuevos cultivos mejor adaptados a las condiciones climáticas actuales y futuras; y optimizar la huella de carbono e hídrica, fomentando la recuperación y revalorización de los residuos”.
EL MAPA AGROTECH POR REGIONES
El Mapa Agrotech de España presenta una anomalía con respecto a otros mapas sectoriales que se pueden trazar en el ecosistema nacional. Y es que no hay tanta diferencia entre Madrid y Cataluña con respecto al resto de comunidades autónomas. De hecho, la Comunidad de Madrid tiene una representación similar a Andalucía en número de startups (31); ambas por detrás de Cataluña, que ocupa la primera plaza con 41 startups.
Además, algunas CCAA que suelen tener una red de startups muy corta en otros sectores muestran cifras por encima de lo habitual en este tipo de mapas. Es el caso de Castilla y León (con 9 startups), Murcia (9), Aragón (8) o Extremadura (7).
Cabe resaltar el papel destacado que tiene la Comunidad Valenciana en el panorama agrotech nacional, al contar con 25 empresas innovadoras que trabajan por la evolución del sector.
“En España tenemos aún que evolucionar en cómo consiguen escalar las startups” - comenta González Espinar, de Mahou San Miguel - “Por un lado, tenemos que incrementar la masa crítica, es decir el volumen de startups que se generan, al mismo tiempo que evolucionamos nuestro enfoque para alcanzar a otros mercados que nos llevan mucha ventaja, como Estados Unidos o Israel”.
LA INVERSIÓN EN EL SECTOR
En el mundo startup, la inversión es un termómetro infalible para medir la fase y el ritmo a la que avanza un sector. La lógica es sencilla: cuánta más inversión, más capacidad de innovar y, por ende, más desarrollo. Pero la inversión también es resultado, muchas veces, del interés y la capacidad de generar negocio que ofrece un determinado sector.
El sector agrotech es uno de los que menos rondas cierra a lo largo del año dentro del ecosistema startup español. En 2023 solo se han certificado tres rondas de inversión: Plant on Demand (35.000€), ZoomAgri (5,42M€) y Raw Data (500.000€). De las cuales dos de ellas mantienen una cuantías propias de fases iniciales. No obstante, se aprecia un cambio sustancial desde la pandemia del Covid-19. En 2019 y 2020 solo se registró una ronda por año (Ekonoke, 422.000€ en 2020; Agerpix Technologies, 270.000€ en 2019) y desde entonces se ha aumentado la inversión, tanto en número de rondas como en capital:
- 2021: Se firmaron cinco rondas, entre las que destacan las cerradas por Biome Makers (12,6M€) y Consentio (4,5M€). A estas se suman el millón de euros levantado por Ixorigue y la doble ronda que cerró Raw Data a lo largo del año, y por las que consiguió un total de 460.000€.
- 2022: Se alcanzó el máximo histórico en número de operaciones con un total de 10, que recaudaron una cifra cercana a los 11 millones de euros, y en las que destacaron las rondas de Ekonoke (4,2M€) y Spherag Teck (3M€).
Rubén Hidalgo, de Capsa Food, considera que el ecosistema agortech español se enfrenta a su fase de consolidación: “Hasta ahora hemos vivido el boom y nacimiento de las capacidades tecnológicas por un lado y el interés inicial de fondos y corporaciones por otro. Ahora bien, tenemos las semillas plantas y empiezan a crecer los frutos”. Para Corporate Venture Director en CAPSA, lo primero que hay que tener en cuenta es que la escalabilidad en este tipo de startups no es tan acelerada como en otros sectores: “Cuando te enfrentas a la evolución de algo tan primario como la producción y venta de alimentos, los cambios deben producirse desde una adopción no solo tecnológica, si no regulatoria y cultural”.
Para Ricardo García Lorenzo, en España hace falta “tiempo; conocimiento y convencimiento en cuanto a propósito de transformación masiva”. Aunque el Director de Cajamar Innova destaca que “tenemos un sector agroalimentario con un enorme potencial y donde año a año vamos siendo conscientes de todo su dinamismo” y ejemplo de ello es que "algunas startups son referentes en sus etapas incipientes, lo cual denota proyección”.
PROYECCIÓN DE FUTURO
Los expertos hacen un balance positivo de la evolución que ha experimentado el sector hasta la fecha: “Tenemos startups que aportan innovaciones muy diversas. Desde la forma en que se plantan las semillas, o en los métodos de riego, hasta en la manera en que se recogen los alimentos en el campo, o por supuesto en la logística y la distribución” - resume Begoña Pérez, de EIT Food, - “Y también en métodos para mejorar el etiquetado y la trazabilidad o para evitar el desperdicio alimentario. Las soluciones innovadoras en este sector son incontables y la generación de proyectos no para de crecer”.
De cara al futuro, los profesionales del sector coinciden en señalar la importancia de una colaboración público-privada para sacar más partido a los diferentes agentes del ecosistema. “España necesita una intensificación de los esfuerzos de inversión, desde una especialización de desarrollo de tecnologías llave por parte del ecosistema de ciencia y tecnología del país, que no invirtamos atomizadamente en lo mismo”, defiende Rubén Hidalgo (Capsa Food) quien también cree útil una sofisticación de los fondos de inversión institucionales, tanto puros como corporativos: “Los periodos de maduración son mayores y las necesidades de inversión en CAPEX (inversiones de capital que crean beneficios) son clave para conseguir escalar y hacer proyectos realmente competitivos”.
Ecosistemas cercanos pueden servir de ejemplo para marcar la pauta de evolución del sector: “Hay ecosistemas en Europa que ofrecen aprendizajes muy interesantes, como por ejemplo el caso de los Países Bajos, donde está muy especializado y concentrados los esfuerzos de inversión en tecnología (su gran epicentro en la Wageningen University); o el ecosistema de Londres, donde hay todo un entramado de organizaciones que mueven muy rápido las innovaciones desde el laboratorio al lineal, con apoyo a la visibilidad de dichas innovaciones y con grandes cantidades de inversión”, comenta Hidalgo.
Lo cierto es que España presenta unas condiciones ideales para convertirse en un referente en el campo agrotech. La tierra, el clima, la formación y la tradición agrícola están ahí, esperando a que se refuerce un apoyo institucional y financiero que impulse la innovación y el emprendimiento en el sector. La mejor prueba de este potencial es Agrosingularity, Groots, Gloops, Coocus, MOA, Planet Biotech, Ikos Tech, Aqualytics, Novameat, Nucaps, Aquadat, y otras tantas startups empeñadas en revolucionar la agricultura y la ganadería en España.