Si entendemos, de forma muy simplificada, (daría para un largo debate) que el negocio de las startups debería residir en capturar valor haciendo las cosas de forma diferente a la realizada hasta el momento parece obvio que, desde un punto de vista contable y financiero, pueda llegar a ser complicado que los métodos tradicionales les sean 100% útiles para medirse (y valorarse).
En absoluto, el mensaje a trasladar es que la contabilidad no sea relevante y que los estados financieros fundamentales (Balance, P&L y Cash Flow) no sean de vital importancia, sino más bien que la inteligencia financiera que debemos emplear para evaluar el desarrollo de una startup / compañía tecnológica debe ser diferente.
El primer motivo que creo que pone de manifiesto esta necesidad de re-enfocar la inteligencia financiera en la valoración del performance esperado de una startup, es la no linealidad de las startups en la creación de valor. Los modelos tradicionales tienden a ser secuenciales (producción – venta – entrega – consumo) mientras que en modelos más innovadores esta secuencialidad no es siempre tal y aquí podemos imaginar modelos de negocio freemium, de suscripción, modelos de generación de leads o basados en el advertising, entre otros.
Al punto anterior podemos añadir, la constante experimentación e innovación que está presente en las compañías tecnológicas, habitualmente con foco en la mejora del product market fit (nuevas “features”, constantes test A/B en precios, en offering,en captación de usuarios, en conversión de clientes…) y en definitiva, el relativo constante re-enfoque / cuestionamiento del modelo de negocio con el objetivo de seguir generando valor, pensemos que por el contrario los negocios tradicionales trabajan con los recursos existentes para servir a un mercado definido y con un valor habitualmente determinado.
Motivos adicionales y fundamentales que refuerzan la idea de porque los modelos de negocio tecnológicos y las startups necesitan una gestión contable y financiera diferente a la tradicional serían los propios modelos de negocio asociados por ejemplo a:
- sharing economy donde se desarrollan infraestructuras tecnológicas o físicas que facilitan el intercambio entre individuos o “peer to peer” (airbnb, wallapop,..)
- Gig economy donde se desarrollan plataformas tecnológicas que ofrecen los servicios profesionales de personas particulares para proyectos de corto plazo (Glovo, Uber,..)
Al igual que (por suerte) se ha consolidado la necesidad de disponer de un abogado experto en startups o compañías tecnológicas tanto entre emprendedores como entre propios inversores, considero que aun no se ha generado una consciencia clara en cuanto la necesidad de una nueva inteligencia financiera / especialización para analizar, gestionar y medir financieramente a estas mismas startups o empresas tecnológicas y todo ello a pesar de que:
- El principal motivo de la fallida de las startups según el Top startup fail de CBINSGIGHTS publicado en 2021 es Ran out of cash / failed to raise new capital con un 38%.
- Bajo mi perspectiva, una de las preguntas que debemos preguntarnos constantemente como emprendedores es ¿Estamos creando / capturando valor?, y para poder responder deberemos ser saber cómo trackear / medir esa creación de valor.
Así que, igual que todos somos conscientes de la necesidad de un abogado experto para nuestra startup, creo que debemos seguir desarrollando nuestra consciencia en cuanto a la necesidad de incorporar al equipo conocimiento financiero también experto en el sector.