Tras el fuerte crecimiento en los últimos años de la actividad emprendedora en nuestro país, la aparición de un cada vez mayor número de casos de éxito y una inversión en startups tecnológicas que se incrementaba cada año, llego una pandemia y lo paró todo, ¿no es así?
Pues no, no es así. En Faraday estamos convencidos de que son precisamente las startups más innovadoras las más capaces de adaptarse rápidamente a un nuevo entorno de alta incertidumbre y fuertes cambios en consumidores y empresas. Que además el rápido crecimiento de las mejores contribuirá a absorber el desequilibrio en el mercado laboral que está provocando el maldito virus. Pero sobre todo que están en el momento más propicio de la historia del emprendimiento tecnológico/innovador para lograr grandes hazañas con mayor velocidad que nunca. Y, en este clima de incertidumbre y cierto pesimismo reinante, es imperativo que mantengamos la visión también puesta en el medio y largo plazos para aprovechar las oportunidades que nos brindan en el momento actual nuestros emprendedores más audaces y capaces. En beneficio de todos nosotros.
El estallido de la burbuja puntocom, allá en el 2000, coincidió con (o quizá de alguna manera contribuyó a provocar) una carrera en la penetración del Internet de banda ancha en los hogares y de los móviles inteligentes entre particulares. 20 años más tarde, y pese a que la carrera continúa en algunas de las geografías más densamente pobladas del planeta, la mayoría de los países desarrollados tenemos tasas de penetración de Internet y uso de móviles impensables entonces. Este fácil acceso de los consumidores y empresas a Internet y la emergencia de nuevos servicios digitales y modelos de negocio permiten que hoy en día, Startups con productos/servicios innovadores mejor adaptados al nuevo entorno digital, o directamente creando nuevos mercados, puedan llegar rápidamente y de manera eficaz a su público objetivo y experimentar un crecimiento comercial antes imposible.
Y en medio de esa carrera vino la gran crisis financiera global de 2008, con España entre uno de los tristes protagonistas de la debacle en Europa. El desempleo, que ya era escalofriante entre nuestros jóvenes, se disparó, y el impacto social fue enorme en Europa y la mayor parte del mundo desarrollado. Por ello, y ante las pobres alternativas, los gobiernos e instituciones educativas de todos los países comenzaron a potenciar con fuerza el emprendimiento, intentando empoderarnos para sacarnos nosotros mismos las castañas del fuego.
Así, en los últimos 10 años hemos visto florecer infinitos programas públicos regionales, nacionales o supranacionales de apoyo al emprendimiento, ya fuera mediante subvenciones, financiación o co-inversión con Business Angels y fondos de Venture Capital, o mediante las innumerables aceleradoras, incubadoras y demás iniciativas de asesoramiento y apoyo que han emergido durante este tiempo. Junto a la construcción de la infraestructura del ecosistema de emprendimiento Europeo han ido llegando, cada año en mayor número, casos de éxito sobre el emprendimiento tecnológico/innovador, con empresas que en apenas unos años alcanzan valoraciones espectaculares, generando vocaciones entre emprendedores en potencia y enormes retornos para sus accionistas.
Estos éxitos han ido alimentando también el interés del sector privado, y en los últimos 5-7 años hemos visto un fuerte incremento de la inversión en Venture Capital por parte de Family Offices e inversores institucionales o corporativos. En este periodo las grandes corporaciones en España no sólo han comenzado a invertir en startups, si no que han desarrollado potentes departamentos de innovación muchas veces incorporando aceleradora/incubadora o un fondo de Venture Capital corporativo, acercándose también a las startups como clientes o colaboradores con cada vez mayor frecuencia.
Y cuando parecía que ya estábamos en una velocidad de crucero adecuada… una pandemia. Uf. ¿Cómo te preparas para el impacto económico de una pandemia? Pues exactamente como hemos hecho. Generando vocaciones para triunfar como emprendedores y ofreciendo financiación, herramientas y conocimiento para crear y gestionar en un entorno de alta incertidumbre, lo que de hecho casi toda Startup innovadora ha tenido que hacer en sus inicios. Contamos hoy en día con la generación de emprendedores más preparada, numerosa y conectada de la historia del emprendimiento innovador en España y en Europa. Y la pandemia, por doloroso que está resultando su impacto, está también generando nuevas necesidades, amenazas, comportamientos y deseos entre consumidores y empresas… es decir oportunidades para los emprendedores que sepan darles solución.
Nuevos mercados se van a crear en los próximos meses y nuevos productos y servicios verán la luz de la mano de fundadores ambiciosos y plenamente enfocados en estos nuevos problemas. Y gracias a la infraestructura tecnológica creada en los últimos 20 años y la eclosión del ecosistema del emprendimiento tecnológico/innovador en los últimos 10, sus empresas podrán crecer a velocidades jamás vistas anteriormente, contribuyendo a absorber parte del impacto económico de la pandemia en el corto y medio plazo. Este posiblemente sea el mejor momento histórico para invertir en Venture Capital, y en Faraday estamos enormemente ilusionados por poder acompañar a estas nuevas empresas a través de nuestro fondo, Faraday Europa I, FCRE, cuyo periodo de inversión comenzará en enero de 2021, y a través del cual invertiremos en algunas de las Startups con soluciones más prometedoras de los ecosistemas de emprendimiento e innovación más interesantes de Europa, y en particular el de España.