Pilar Manchón: "Gracias a la IA se puede crear una sociedad mejor"

Directora de Google Research, la Sevillana Pilar Manchón opera desde el corazón de una de las empresas más grandes del planeta con el objetivo de ir mucho más allá de la cuenta de resultados. “No miramos sólo el beneficio, sino la huella que dejamos en la comunidad científica, la salud y el conocimiento”.
En una de las piruetas curriculares más espectaculares que se conocen, Pilar Manchón (Sevilla, 1972) estudió Filología Inglesa en la universidad de su ciudad natal para dedicarse años después y durante toda su carrera a la lingüística computacional que hoy permite al ser humano relacionarse fluidamente con asistentes virtuales como Siri y Alexa.
Posgraduada en Stanford, cofundadora de la startup Indisys junto a Gabriel Amores (2003), ex directiva de Intel (que compraría su empresa diez años después) y Amazon, y profesora invitada en la Singularity University, desde octubre de 2019 es directora en el área de investigación en IA de Google, departamento clave de uno de los gigantes mundiales de la tecnología. Además de una de las emprendedoras de referencia de España.
Muchas veces las personas inician sus carreras profesionales casi sin darse cuenta. Investigan aquí, obtienen una beca allá y el reloj echa a andar sin mirar atrás. De repente, al pulsar la tecla de fast forward, puede ocurrir que alguien, digamos usted, resida en California y trabaje en Mountain View. ¿Qué reflexiones le vienen a la mente ante un análisis retrospectivo?
Pensaba que estudiaría astrofísica, luego cambié a la lingüística y más tarde a la ciencia cognitiva para acabar dedicándome a algo mucho más multidisciplinar que, a partir de la inteligencia artificial, me permite unir todas esas pasiones en un campo donde puedo aplicar algo de cada una de ellas.
En la vida hay momentos decisivos donde eliges un sendero u otro. Esto marca mucho tu carrera y el tipo de persona que acabas siendo. En mi caso, irme a la aventura muy jovencita de casa de mis padres para aprender inglés fue un factor determinante, porque dominando el idioma más internacional que existe se te abren muchas más puertas. Tener conversaciones profundas o mantener un debate implica dominar una lengua, y eso es siempre una ventaja.
La cultura del negocio tecnológico es estadounidense y se ha trasladado al resto del mundo a través de las startups. Después de tantos años de inmersión¿detecta todavía una brecha cultural entre América y Europa? En España, el venture capital se traduce muy prudentemente como capital riesgo. Ya es sintomático.
Las diferencias son importantes y persisten. La cultura anglosajona nada tiene que ver con ese erróneo sentido latino de la humildad que suele derivar en mediocridad. Allí se educa a los chavales para que arriesguen y se intenta que dispongan de los recursos para hacer lo que quieran, pero el primer paso es creérselo y tirarse a la piscina. Por otra parte, las culturas latinas tienen otra forma de entender la vida y el trabajo, de disfrutar y relacionarse personalmente.
Gran parte de su trabajo gira en torno a la inteligencia artificial y el mapa conversacional. Al público le encanta la fantasía, tal y como demuestran películas como Her o Ex Machina, donde esa IA ya se codea con la humanidad. Pero también está la visión lúgubre de genios como Elon Musk, quien considera la IA más peligrosa que las armas nucleares. ¿Ni tanto ni tan calvo?
Está claro que la IA es una herramienta con un inmenso poder, y ese impacto puede usarse para bien o para mal, de modo que conviene disponer de una normativa y una ética. Google ha sido muy pionera imponiendo reglas internas antes de que siquiera existiesen reglas externas. Es importante que esas directrices estén en la agenda de todos los gobiernos y organizaciones. Aunque hay opiniones de todo tipo, incluso los grandes detractores de la IA la utilizan en sus empresas e investigan posibles usos y aplicaciones.
Hay que ser precavidos, sobre todo cuando se manejan tecnologías de este calibre, pero gracias a la IA se puede crear una sociedad mejor, más democratizada y con mayor acceso a la salud y la educación. La educación es la forma de sacar al mundo de la miseria. Cuando una persona tiene recursos para saber cómo funciona el planeta, crece y hace crecer a la sociedad de la que es parte.
El filósofo Pierre Lévy escribe en sus ensayos sobre el inmenso poder que acumulan los estados-plataforma. Google, Apple, Facebook y Amazon son algunos ejemplos de un fenómeno descrito con absoluta acidez en No Mires Arriba, la película de DiCaprio y Jennifer Lawrence. Se habla menos de la parte benefactora de esas súper compañías tecnológicas. ¿En qué trabaja Google para hacer del mundo un lugar mejor?
Google desarrolla gran cantidad de actividades con impacto directo en la educación, convirtiendo programas más teóricos y abstractos en currículos adaptados a las necesidades actuales del mercado. Esas colaboraciones con la universidad son muy interesantes en un mundo profesional tan cambiante.
También facilitamos el acceso a internet en lugares muy remotos, utilizando los usuarios las herramientas de traducción automática para cuando la información requerida aparece en un idioma que no dominan. Queremos que la gente crezca de manera independiente sin tener que invertir un riñón en formarse.
Destacaría asimismo nuestra labor en el ámbito de las simulaciones. ¿Qué pasaría si mañana hay un terremoto en este punto equis? ¿Cómo podríamos proteger a la población? Google pone muchas de aplicaciones a disposición de programadores, emprendedores e investigadores para que desarrollen sus propias soluciones (muchas de ellas, por cierto, contra el cambio climático).
Nos apasiona, por citar otro aspecto, el campo de la salud, donde contamos con un departamento específico. No medimos el impacto de Google ateniéndonos sólo a sus beneficios, lo medimos viendo la huella que dejamos en la sociedad, la comunidad científica y el desarrollo de conocimiento.
Google tiene una conexión andaluza a través del centro de ciberseguridad que se instala en Málaga gracias en parte al papel pionero desempeñado por Bernardo Quintero.
Es una conexión importantísima. Bernando fue un avanzado. La ciberseguridad es vital hoy: de nada sirve la IA si las transacciones y los datos no se pueden proteger. Que Google haya visto las oportunidades que encierra Andalucía no sólo es un hito para Google sino para la región.
Pero no es sólo el caso malagueño. Google ha apostado junto a Indra por instalar un centro de IA junto a la Universidad de Granada. Todo esto va en la línea de reforzar el ecosistema: queremos fomentar sinergias y focos de interés.
Sevilla, su ciudad natal, fue el comienzo de una singladura de película a través de Indisys.
Esté en América o en China, soy sevillana y mi hijo nació allí aunque ya lleve más años viviendo en EEUU. Tuve el honor de recibir la medalla de la ciudad, así que el vínculo es indestructible. Indisys fue adquirida por Intel (2013), se convirtió en una división de aquella y a los seis o siete años hubo una reorganización y esa división se cerró. De ese equipo de 20 personas de Indisys salieron cuatro startups. Estadísticamente es innegable que el éxito de un proyecto incita a sus miembros a crear nuevas oportunidades. Es muy importante contarle esto a la juventud.
Existe una cierta narrativa que dice que la mujer que quiere llegar a lo más alto tiene que renunciar a aspectos de su vida como la maternidad. Su caso lo desmiente, lo cual no significa que no haya habido renuncias.
El camino ha sido difícil y ha estado lleno de riesgos y lecciones. Ha habido momentos en mi carrera en que me he sentido frenada, pero también otros donde las piezas se han alineado. Recuerdo estar en mitad de la negociación con Intel para la venta de Indisys. Mi hijo tenía un problema y establecí que determinadas horas del día estaban vetadas para las reuniones.
Fue complicado: en una sala te espera impaciente una multinacional con 25 abogados y vas y les explicas que hay un problema familiar que no quieres ni puedes delegar. A pesar de las presiones, los horarios se acomodaron, pero no todo el mundo tiene esa capacidad de separar. Te sientes casi egoísta: ¿Pongo mis necesidades por delante de las necesidades de los inversores y de todas esas personas que esperan que la operación se cierre? Sí, a veces hay que hacerlo así.
Número de empresas tech e innovadoras en España
Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.