La inversión privada (Private Equity & Venture Capital) es uno de los elementos esenciales para el desarrollo de una economía moderna. Los fondos de Venture Capital rellenan el hueco entre las diferentes fuentes de financiación de la innovación (gobiernos, corporaciones y friends&family) y la financiación de empresas más evolucionadas (bancos, bolsa, etc..). El Venture Capital es capaz de estimular y financiar la innovación y el crecimiento económico en las fases en las que es más necesario: cuando se empieza a comercializar la innovación. Especialmente en tiempos de crisis e incertidumbre como los actuales, el capital privado aporta no sólo capital para amortiguar el impacto de la crisis sino experiencia para apoyar a los equipos en la gestión y ayudarles a afrontar los importantes retos que se plantean en estos momentos. El resultado: las empresas con apoyo de capital privado crecen más rápido, son más rentables, generan más empleo y de mayor calidad e invierten más en I+D y en Capex que la empresa media, como prueban multitud de estudios de ASCRI.
El Venture Capital está detrás del éxito empresarial de países como Estados Unidos e Israel, de multitud de patentes y de grandes avances en las Ciencias de la Vida y la Biotecnología. A nivel global, el Venture Capital está detrás de 8 de las 10 compañías más valiosas del mundo. Y una de las que no obtuvo Venture Capital, Berkshire Hathaway, tiene el 48% de sus activos invertidos en Apple, financiada por VC en sus origenes.
Pero si el Venture Capital es tan bueno, ¿por qué en España tenemos menos de lo que deberíamos? Cualquier métrica de su peso en valor absoluto o relativo nos pone en una posición no muy relevante, no ya frente a los países clásicos mencionados, sino frente a los países de nuestro entorno más cercano. Varias razones, cada vez más mitigadas, explican esto históricamente, a pesar de lo conseguido desde el principio de los 2000 por un puñado de talentosos y correosos emprendedores:
- Baja aceptación social del emprendimiento como estilo de vida.
- Inversores conservadores y con un sesgo local.
- Falta de conocimiento general sobre el emprendimiento y los procesos de crecimiento de una startup.
- Tecnología muy concentrada en corporaciones, que adolecían de una falta de cultura en innovar con startups.
- Falta de referentes locales del mundo emprendedor y del ecosistema inversor.
- Falta de infraestructura legal (falta de regulación sobre stock options, primera ley de capital riesgo es de 1999).
Podemos decir que hemos avanzado mucho desde entonces y que ahora el sector del Venture Capital está ya en su adolescencia: existen decenas de fondos en las diferentes etapas de las startups (tanto en tecnología como en biotech), se han producido desinversiones importantes, algunos fondos han dado retornos relevantes en cash y muchos en papel, nuestras startups son seguidas y financiadas por los grandes fondos internacionales, el Gobierno ha apoyado decididamente al sector con FondICO Global y también con instrumentos gestionados por ENISA y CDTI, los emprendedores cuentan con más apoyo social, y, sobre todo, cuentan con un vibrante ecosistema alrededor de las ciudades.
¿Pero estamos donde deberíamos estar? Claramente no, entonces…¿Qué nos falta? Dos conceptos que van de la mano y algunas aspectos adicionales:
- Más y mayores desinversiones que generen riqueza para emprendedores, equipos e inversores. Para ello necesitamos más ambición global de nuestras startups y orientar bien el capital hacia sectores de futuro.
- Más inversores privados en los fondos de Venture Capital: Fondos de pensiones, family offices, corporaciones, aseguradoras.... Esto pasa por que los fondos de Venture Capital generen altas rentabilidades cash-on-cash. De esta forma los inversores finales dedicarán un mayor porcentaje de su cartera al Venture Capital y al Private Equity, reduciendo el peso de agentes como FondICO y el Fondo Europeo de Inversiones en los fondos de VC. Y también pasa por mayor visión y curiosidad y menos conservadurismo en los gestores
Además de talento emprendedor (el elemento más importante) y capital necesitamos seguir avanzando en otros aspectos que están en nuestra mano para estar a la altura de otros países con ecosistemas emprendedores más sólidos:
- Cambios legislativos, especialmente incentivando la inversión de fondos de pensiones en Venture Capital, revisando la fiscalidad de las stock options, agilizando visas para atraer talento y facilitando la autorización de inversiones extranjeras etc..
- Fomentar una mayor relación de las Universidades con el ecosistema emprendedor
- Innovación abierta por parte de las grandes corporaciones, favoreciendo relaciones comerciales y colaboraciones con startups que les lleven a favorecer su financiación y adquisición
Los mimbres del ecosistema español de Venture ya están puestos. Es hora de avanzar hacia la edad adulta.