En las fases iniciales de un proyecto de emprendimiento basado en tecnología (Startups), una de las principales dudas de los fundadores suele ser cómo financiar su crecimiento.
Normalmente, los primeros meses o años son de inversión, hasta poder sacar al mercado un producto o servicio que generé ingresos suficientes para alcanzar el break even y rentabilizar el negocio.
Para financiar el desarrollo de la tecnología y la consolidación de la startup, existen diferentes alternativas de financiación pública, que resultan complementarias a posibles rondas de financiación con Venture Capital, Business Angels u otros vehículos de inversión privada.
En este artículo, damos un breve repaso a algunos de los principales tipos de instrumentos accesibles para las startups, en relación con la experiencia acumulada por Núbica Consultoría en este segmento de empresas.
PREMIOS
En primer lugar, podemos destacar que muchas startups financian sus primeros pasos recurriendo a premios o concursos para emprendedores. Si bien muchos de ellos no suponen financiación pública, hemos decidido encuadrarlos en este primer paso de la hoja de ruta propuesta.
Existe multitud de programas, surgidos desde aceleradoras, incubadoras, fondos de inversión, administraciones públicas o incluso grandes empresas. Muchas de estas iniciativas conllevan un programa de aceleración o la inversión vía equity en la startup por parte de la entidad concedente, además de los premios en metálico. La casuística es muy amplia, lo cual dificulta tener a todos identificados. No obstante, muchas veces se dividen por sectores, lo que puede ayudar a las startups a identificar los más interesantes para su caso concreto.
Podemos destacar, por ejemplo, los premios de la Fundación Repsol, Correos Lab para el sector logístico, o TrenLab para el ferroviario. Generalmente, se trata de ayudas de importes entre los 10.000 y los 50.000 € y los emprendedores suelen presentarse por su cuenta, sin necesidad de una consultora.
AYUDAS DE PRÉSTAMO
En segundo lugar, podemos mencionar ayudas de tipo préstamo. Estas ayudas suelen tener unas condiciones financieras mejores que las del sistema bancario tradicional. Asimismo, al estar orientadas a startups, tienen procesos de evaluación de riesgos más suaves que los que aplican los bancos, en general.
Podemos mencionar en este segmento los préstamos participativos Enisa, muy extendidos entre emprendedores. Están orientados a startups o a pymes que pretendan innovar con sus modelos de negocio, y tienen diferentes líneas en función del momento de cada empresa y la edad de los fundadores. El importe del préstamo máximo a solicitar se calcula en relación con los fondos propios de la empresa. Es una convocatoria abierta todo el año, aunque los tiempos de resolución dependen de la disponibilidad de fondos. Su punto negativo es el tipo de interés, que puede ser algo elevado y se calcula en relación con la evolución de la empresa en los siguientes años a la concesión.
Podemos mencionar también las ayudas de CDTI (Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial), como su línea de Innovación, su línea de proyectos de I+D o la convocatoria Transferencia Red Cervera. En general, son ayudas de préstamo con un tipo de interés del 0% o cercano al cero, y un tramo no reembolsable (las últimas cuotas del préstamo no se devuelven). Las características financieras son, por tanto, mejores que las de Enisa. Como contrapartida, podemos destacar dos aspectos negativos: 1) se trata de convocatorias más exigentes a nivel de tecnología (son ayudas a proyectos de I+D+i concretos); y 2) la evaluación financiera aplica unos criterios de solvencia muchas veces inaccesibles para startups, debiendo avalar parte de la ayuda y/o realizar una ampliación de capital para ser beneficiario.
AYUDAS DE SUBVENCIÓN
Una subvención se diferencia de un préstamo en que es una ayuda a fondo perdido, es decir, no hay que devolverla. Debido a ello, son las ayudas más valoradas por las startups, y presentan un mayor número de solicitudes respecto a los fondos disponibles, lo que aumenta el nivel de competencia para lograrlas.
Como referencia muy importante podemos mencionar Neotec, una convocatoria anual de CDTI (el mismo organismo que hemos mencionado anteriormente) que otorga subvenciones con un máximo de 250.000 € o el 70% del presupuesto del plan de empresa, a uno o dos años. Se dirige a startups con entre 6 meses y 3 años de vida contados al cierre de cada convocatoria, con un capital social más prima de emisión que debe sumar como mínimo 20.000 €.
Es una convocatoria con una tasa de aprobación de proyectos de en torno al 25-30%, financiando cada año unos 105 proyectos (en 2020 se presentaron unas 460 solicitudes). Suele abrir antes de verano, y tarda en resolver unos 4 meses.
Además de neotec, podemos destacar las ayudas a tecnologías habilitadoras y contenidos digitales de red.es, o los fondos europeos de las diferentes líneas del H2020 como el recientemente concluido EIC Acelerator Pilot (que sustituyó al Instrumento Pyme Fase 2)
En este tipo de convocatorias, es más habitual contar con una consultora que conozca el proceso y que ayude en la elaboración de la memoria y, en caso de concesión, en la justificación posterior. Desde Núbica siempre recomendamos preguntar referencias concretas a las consultoras sobre cada convocatoria en cuestión, para validar su expertise en ella.
INCENTIVOS DE AHORRO
De forma complementaria a las ayudas mencionadas, existe otro tipo de incentivos que, si bien no suponen financiación directa, suponen un ahorro para las startups. Podríamos decir que se trata de mecanismos de financiación indirecta.
Hablamos en primer lugar de las deducciones fiscales por I+D+i, que permiten recuperar una parte de los gastos de las empresas generando un crédito fiscal que puede, o bien aplicarse en el impuesto sobre sociedades cuando se generen cuotas a pagar, o bien monetizar el 80% del crédito fiscal, siempre que la empresa haya obtenido un informe motivado sobre el proyecto y cumpla ciertas condiciones. En otras palabras, aunque la empresa esté en pérdidas o tenga bases imponibles negativas por compensar, puede aprovechar este incentivo pidiendo su abono y convirtiéndolo en el equivalente a una subvención.
En segundo lugar, hablamos de las bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social por personal investigador. Se trata de un ahorro del 40% de las contingencias comunes a cargo de la empresa, para aquellas personas en nómina que se dediquen a I+D+i, incluyendo el desarrollo software.
CONCLUSIONES
Las startups disponen de diferentes opciones de financiación en sus primeras fases, que resultan complementarias con los fondos aportados por los fundadores, con posibles fondos levantados en rondas de financiación, y con la propia generación de tesorería del negocio. Desde premios en metálico para las etapas iniciales, ayudas en forma de préstamo para escalar el negocio, o subvenciones a fondo perdido para desarrollar tecnología, los emprendedores pueden generar una hoja de ruta para “aliviar” los posibles flujos de caja negativos que se generen en los primeros años de su negocio.
Sin embargo, muchas veces el desconocimiento sobre los diferentes tipos de programas (debido a su heterogeneidad y a la atomización de organismos concedentes), la lentitud en los plazos o la dificultad burocrática para presentarse, hace que muchos emprendedores desistan de participar. Desde Núbica ayudamos a las startups a aprovechar estos programas, analizando sus proyectos con nuestro equipo de ingenieros e ingenieras y redactando las memorias a presentar junto a las empresas. Nuestra misión es materializar esta hoja de ruta para aprovechar las oportunidades que ofrece la financiación pública y los incentivos de ahorro. Puedes contactarnos en nubica@nubica.com.