Tras sufrir la crisis del COVID19 que ha impactado de forma drástica en la economía mundial y, consecuentemente en el ecosistema emprendedor y que aún causa estragos, debemos iniciar el curso afrontando la llamada nueva normalidad más preparados que nunca ante cualquier contingencia.
En mi opinión, es necesario transformar la crisis en oportunidad lo antes posible y revisitar nuestros modelos de negocio o crear otros que sean capaces de capear cualquier cisne negro que acontezca en el futuro y que tenga unas características similares al que estamos padeciendo.
Hemos aprendido muchas cosas en esta crisis, entre ellas, la importancia de la digitalización y el trabajo en remoto. En cuanto a la gestión y gobernanza, las startups que venían gestionando todos sus procesos y equipos humanos de manera digital mediante ERP’s y otras herramientas de gestión de proyectos, apenas han sufrido en esta crisis. Es más, algunas han aumentado su rendimiento y eficiencia.
Asimismo, los modelos de negocio que se han mantenido impertérritos ante la crisis han sido todos aquellos consistentes en productos o servicios servidos a través de Internet. De esta forma, hemos visto cómo los modelos de distribución de contenidos por streaming han multiplicado sus ingresos de forma exponencial.
Siguiendo esta línea, las firmas de abogados hemos atendido sin descanso a emprendedores que han creado todo tipo de servicios online para atender las necesidades de una población confinada: entrenamientos físicos, consultas médicas, formación de todo tipo y un sinfín de nuevos negocios de e-commerce que han nacido al calor de las demandas que hemos ido detectando en una situación sin precedentes en la historia reciente.
La oportunidad, dentro de un entorno de crisis, es que se ha demostrado que el ecosistema emprendedor es resiliente y creativo. Dicen que el COVID19 ha acelerado la transformación digital cinco años. Aprovechemos esta inercia para seguir creando modelos de negocio que alimenten la nueva economía mediante estructuras que eliminen costes innecesarios y que inviertan en lo que realmente es ahora importante: tecnología, seguridad de la información y modelos digitales que atienden las demandas de la nueva normalidad.
Natalia Martos, CEO de LegalArmy