¿Dónde podría vivir mejor una startup que rodeada de tecnología? Madrid y Barcelona se encuentran entre las diez mejores ciudades europeas para las empresas emergentes, según el informe Startup Heatmap Europe 2022. En este contexto, los edificios juegan un papel fundamental no solo como sede de estas compañías, sino también como instrumento necesario para potenciar su crecimiento.
Los Smart Buildings son edificios que utilizan la tecnología para optimizar el rendimiento de los recursos, mejorar la experiencia del usuario y reducir el impacto medioambiental, convirtiéndose en espacios idóneos donde las empresas puedan crecer. Además, estos activos pueden ser campos de pruebas perfectos para el lanzamiento de nuevas herramientas digitales al mercado ya que tienen unas grandes capacidades tecnológicas, como la conectividad o la sensorización.
Estos inmuebles son capaces de generar energía propia a través de los cristales de sus ventanas; administrar recursos y su reciclado; permitir el acceso con sistemas biométricos; habilitar experiencias omnicanales a través del móvil, o contar con un gemelo digital en el Metaverso para gestionar las diferentes actividades del inmueble. Sin embargo, es imprescindible analizar qué soluciones digitales aplican a cada edificio e integrarlas en un proyecto coherente para aportar valor añadido a sus usuarios y crear comunidades inteligentes que hagan a los ocupantes más productivos y felices.
De hecho, los edificios inteligentes reducen un 5% el absentismo laboral y aumentan un 15% la eficiencia energética de los inmuebles, contribuyendo así a reducir el impacto medioambiental del sector inmobiliario. En Londres, las oficinas con certificación SmartScore (certificado para Smart Buildings) tienen unas rentas un 5% superior a los inmuebles sin certificación.
Así que, si hay una cosa clara, es que los edificios del futuro serán inteligentes o no serán.