Acabas de terminar la sexta videoconferencia de hoy: tu cabeza arde. Por fin ese inversor te ha enviado un termsheet: ¿Qué es eso que pone aquí de liquidación preferente? Un repaso rápido al inbox: ¿Treinta mensajes a las 10 de la mañana? Casi que antes apago los fuegos del slack. Miras tu cuadro de mando: ¿De verdad nuestro runway es de dos meses? ¿Cómo va lo del Enisa? Te asaltan recordatorios mentales: tenía que mirar si cambiamos a otro CRM. ¿Mañana es la reunión con el fondo? ¿Tengo los datos del Q3 para la presentación? ¿Cómo les cuento lo de pivotar? Te interrumpen: "Oye, ¿al comercial lo contratamos en plantilla o como colaborador? ¿Le damos phantoms shares?
No es fácil ser CEO de una startup en fase inicial. Cuidado, tampoco es nada fácil serlo en fases posteriores, no te llames a engaño, pero el enfoque es distinto. La cuestión es que no crecerás si antes no resuelves satisfactoriamente el peligro de la fase inicial que quiero evidenciar: que el proyecto termine asfixiado por el yugo del hombre orquesta.
Los frentes abiertos en la dirección de una compañía tienden al infinito. No pretendas que todo pase por ti, o el proyecto morirá en el camino. Las palabras mágicas son dos: equipo y delegación. Sí, se dicen fácil, pero ponerlo en práctica tiene su cosa, ¿verdad?
La buena noticia es que no hay otra opción, y cuando no hay opciones no hay dilema; eso que te has ahorrado. Aprende a construir equipo y aprende a delegar. Es asignatura troncal de Startup Sciences.
¿Que el equipo no es gratis? Pues claro, pero si no tienes cash, tira de otra moneda que sí tienes: el equity (real o phantom). Enamora al talento igual que intentas enamorar a tus inversores; haz que se suban al barco y remen tan motivados como tú. Eso sí, hazlo con cuidado, el amor es lo que tiene: puede acabar mal. Tranquilo, para eso están los vesting, los reverse vesting, los cliff, los milestones, y otras rarezas con las que los abogados estartapiles nos manejamos bien para darle paz al CEO, que es para lo que estamos (shameless plug).
Ródeate de gente competente; ten como prioridad encontrarla; explota tus contactos; pregunta y pide referencias; valora qué roles necesitas dentro de la compañía y con cuáles puedes funcionar mediante colaboración externa, etc.
Todo el tiempo que dediques a construir equipo será una inversión para la salud del proyecto y -no lo olvides-, también para la tuya.