La COVID-19 ha traído, además de una pandemia devastadora por su impacto socioeconómico a nivel global, nuevas oportunidades para emprender, para invertir y para crecer más allá de las dudas y temores que la incertidumbre genera.
Vivimos en un entorno VUCA caracterizado por la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Rasgos que definen un escenario empresarial cambiante y ultra competitivo en el que surgen grandes oportunidades de negocio en los nichos más insospechados.
Las consecuencias del coronavirus nos imponen un mundo más digital y preparado para entornos “low touch”, lo que significa que tenemos que trabajar hacia propuestas más sostenibles que democraticen el acceso a las necesidades básicas como la atención sanitaria. En este sentido, una gran mayoría de nuestras inversiones hasta la fecha están alienadas con esta visión. La startup Submer incrementa considerablemente la eficiencia de cualquier entorno “energy intensive” como los data center. Rubicon MD permite que cualquier médico de atención primaria consulte un caso concreto con un médico especialista del más alto nivel y Consentio facilita que los grandes retailers puedan comprar frutas y verduras de kilómetro cero.
Otro campo que brinda oportunidades sin límites es el “deep-tech” o tecnología profunda. Enigmedia es un buen ejemplo gracias a un cifrado capaz de securizar los entornos industriales más complejos.
Retos
Si bien es cierto que la labor y actividad del inversor en Venture Capital (VC) tiene un enfoque muy financiero, también es cierto que las empresas las integran personas y que éstas son el activo más importante de cualquier compañía independientemente de su tamaño o sector.
Uno de los mayores retos que tenemos los profesionales del VC es el de identificar líderes con capacidad de generar grandes oportunidades y transformarlas en auténticos negocios viables, escalables y rentables. Un ejemplo es Eduardo Vilar, fundador y CEO de Returnly que ahora pasa a Vicepresidente Senior de Merchant Solutions en Affirm, tras la compra de su compañía por 300 millones de dólares. Es un líder con carisma, talento y capacidad de ejecución con la humildad necesaria para dejarse asesorar y saber colaborar con los agentes que, como sus inversores, también velan por el crecimiento de la empresa.
Cuando montamos los fondos ALM Funds I y II (Mundi I y II), lo hicimos buscando emprendedores como Eduardo, con los que poder trabajar mano a mano y que estuvieran abiertos a nuestro feedback y donde pudiéramos aportar valor. Creemos que la compra de Returnly por parte de Affirm demuestra la validez de nuestro modelo de colaboración con las startups en las que invertimos y a las que apoyamos.
INVIERTIENDO EN LOCA PENSANDO EN GLOBAL
El ecosistema emprendedor español es cada vez más emocionante. Compuesto por más de 7.000 startups hasta la fecha, brinda auténticas oportunidades de negocio y se está posicionando al mismo nivel que otros ecosistemas de emprendimiento europeos. Nuestra postura es rotunda. Por un lado, apostamos por los emprendedores españoles que deciden montar su negocio fuera de España y mantienen una parte relevante del equipo en el país. Por otro, invertimos en emprendedores españoles que inician sus proyectos en España con una orientación y vocación claramente internacional.
En España tenemos un ecosistema emprendedor con mucho talento, capaz de generar buenas oportunidades de negocio incluso en estos tiempos de pandemia y que pueden aportar mucho desde el punto de vista socioeconómico para superar la crisis en la que estamos inmersos. Unas oportunidades que no podemos desaprovechar.