Fundar o trabajar en una startup es apasionante. Te ofrece la oportunidad de ver crecer un proyecto desde que es una idea hasta que se convierte en una multinacional. No obstante, también conlleva unos retos tremendamente exigentes que pueden llevar al límite a los founders o empleados de la compañía.
Las dinámicas ágiles de las startups favorecen unas buenas condiciones laborales que suelen ir adelantadas a las de los corporates. Sin ir más lejos, ¿cuántas startups ya tenían teletrabajo antes de la pandemia?
Sin embargo, la intensidad con la que se trabaja en este tipo de empresas, especialmente cuando se acercan los cierres de rondas de financiación y se tienen que cumplir ciertos KPIs, obliga a los miembros de la compañía a estar expuestos a una fuerte presión.
Algo similar ocurre cuando la compañía se expande y tiene que hacer frente al hipercrecimiento. Crecer a doble dígito es una gran noticia financiera, pero obliga a que la intensidad sea máxima durante un largo periodo de tiempo.
Una exigencia que obliga a las startups a contar con el mejor talento disponible. Esta guerra para contar con los mejores empleados ya no se decide por cuestiones económicas, sino por cómo responde la dirección de la empresa a los retos mencionados previamente.
Las startups con el mejor talento son aquellas que responden a estos desafíos con acciones orientadas a mejorar el bienestar emocional y salud mental de sus empleados. Es por eso, que, además de crear planes de negocio, los fundadores necesitan diseñar estrategias para mantener la salud mental, emocional y física de sus equipos.
Esta estrategia debe ser holística y abordar tantas necesidades tempranas como sea posible. Cerca de la mitad de los trabajadores han experimentado o están experimentando síntomas de agotamiento, según el informe de Reimagine Work: Employee Survey. Una cifra que, a falta de datos oficiales, no me sorprendería que fuera superior en startups.
Este agotamiento es el principal responsable del fenómeno conocido como La Gran Renuncia. Tras la pandemia, miles de personas están dejando sus puestos de trabajo en un tiempo récord al no sentirse valorados por la compañía. Este problema, que está ocurriendo principalmente en Estados Unidos, también afecta a las compañías españolas, especialmente con puestos cualificados.
Hasta hace unos pocos años, parecía que los empleados solo querían dinero. Ahora, la cultura de la compañía y el trato con el empleado ha tomado un carácter especial y obliga a las empresas a replantearse su estructura interna, su propósito y su relación con los empleados.
Para evitar este tipo de problemas que además de las pérdidas de talento, suponen un alto coste para la empresa con una media en España de 83 días por baja, es importante que los fundadores entiendan la importancia de la prevención. El objetivo de la estrategia debería ser evitar que pase no ayudar una vez haya pasado.
Una correcta prevención se basa en ofrecer a los empleados un servicio sencillo de utilizar, seguro y privado donde puedan encontrar todo tipo de facilidades. Desde, por supuesto, psicólogos, hasta también poder contar con nutricionistas, psicólogos infantiles, abogados, asesores financieros o coaches.
Muchas veces los problemas no nacen en el trabajo, pero afectan enormemente a su rendimiento. Por eso, cuando un empleado se siente valorado, bien tratado y encuentra en su compañía un aliado para hacer frente a todos los retos y problemas a los que se enfrenta, su satisfacción y, en consecuencia, su productividad aumenta enormemente.
Así, además de ayudar a mejorar el bienestar de los empleados, las compañías incrementan su productividad, el tiempo medio de permanencia en la empresa por empleado y cuentan con otro activo para captar el mejor talento.
Es hora de que las startups que han liderado la revolución laboral hacia los horarios flexibles y el trabajo remoto, también sean las pioneras en el cuidado de la salud mental y bienestar de sus empleados.
En lo que va de año, en Mindgram hemos podido comprobar lo complicado que es retener y contar con el mejor talento. Las personas no buscan solo dinero, una empresa debe preocuparse por sus empleados, formarles y preocuparles por su salud (física y mental). Una vez que lo haces, compruebas que es un Win-Win: los niveles de felicidad y pertenencia suben a la vez que mejoran los resultados de la compañía.