"He vivido en tres continentes diferentes y no había visto algo como el Burning Man en mi vida"
Hoy el referente entrevista a D.G., un español que asistió a la última edición del festival ‘Burning Man’. Se define como “un chico normal de Madrid de 37 años” y es presidente de una organización benéfica con escuelas en la India. Parte de su equipo de esta ONG, que está basada en Amsterdam, llevaba yendo mucho años a este festival y no tardaron mucho en convencerle para que fuera con ellos a pasar la experiencia. Coincidió que tenía una boda en California en esa época así que empalmó todo “de un tirón” y se plantó allí, en “Black City”, en medio del desierto de Nevada, para vivir algo único que no dudaría en repetir.
¿Con quién fuiste al festival?
Fui con un grupo de 12 personas, de las cuales amigas mías directas eran 4. Al resto los conocí allí.
¿Cómo es el ambiente del festival?
Es un ambiente muy distendido, muy relajado, cada uno hace lo que quiere, no se le impone nada a nadie y en general es muy de cooperación y de amistad. Muy buen rollo.
¿Te sorprendió lo que encontraste allí o coincidía con lo que te habían contado sobre el festival?
Me sorprendió sobre todo el despliegue de medios que hay siendo un medio tan hostil. Estás en medio del desierto sin refrigeradores ni civilización cercana y las estructuras y las actividades que se montan son totalmente inverosímiles.
¿Vosotros por ejemplo que os llevasteis?
Nosotros nos incorporamos como parte de un campamento más grande en el que se ofrecían algunas infraestructuras comunes como cocina, ducha, elementos para cocinar…y eso nos facilitó mucho lo que nos teníamos que llevar y solo llevamos, a parte de ropa obviamente, tiendas de campaña, un par de estructura para crear sombra y una bicicleta.
¿Cómo llegasteis hasta la zona del festival?
Yo fui en una roulotte de unos amigos míos. Como cada uno tenía sus itinerarios diferentes en función de su trabajo y de donde venía. En mi caso yo venía desde una una boda así que llegaba desde Sierra Nevada y otros venían desde Las Vegas porque tenían ahí su familia. Cada uno fue llegando como pudo.
LA BICICLETA, IMPRESCINDIBLE PARA LOS DESPLAZAMIENTOS DENTRO DEL FESTIVAL
¿Y dentro del festival os desplazabais en bicicleta?
Sí. Dentro del festival es fundamental moverse en bicicleta. Andando es imposible porque las distancias pueden ser igual de una hora para ir a un evento y volver luego a tu campamento es otra hora y, en esas condiciones de sol, tampoco es lo que más apetece.
¿Cómo se estructura el festival?
Normalmente cuando son campamentos de cierto tamaño se organiza primero con la organización, que es quien estructura la ciudad y van asignando parcelas en función del tamaño o de las actividades que vayan a realizar en cada campamento. Luego hay zonas de libre acampada: de gente que no va organizada o que va con poca gente o sola. Y ahí cada uno acampa como quiere.
¿Qué tipo de gente hay en el Burning Man?
No podría diferenciar estratos sociales ni condición ni nada. Lo que si ves por el precio que tiene y hablando con gente es que muchas personas que van ahí son de alto nivel adquisitivo. O sea, hay mezcla todo, pero no es solo gente que vive en su mundo hippie. Para nada. Hay mucha gente que son abogados, consultores, médicos… O sea, que es todo muy variado. El espectro social es altísimo.
¿Hay muchos extranjeros?
Cada vez hay más pero la mayoría son americanos, mayoritariamente de la zona del Bay Area que es la zona de San Francismo, Oakland, San Jose… Luego hay una parte de Nevada y de algunos estados sueltos por ahí y algunos que vienen de algunos estados más lejanos. Y en cuanto a extranjeros puramente europeos hay pocos. Yo españoles vi solo dos. Nada más.
¿Qué vestimentas o disfraces te llamaron más la atención?
Uno que me llamó mucho la atención fue un chico que iba desnudo y con una careta de bebé hecha a medida como las de la película “Misión Imposible”. Daba mucha grima porque era un bebé con cuerpo de adulto. Estaba muy bien hecho. Luego mucha gente va con disfraces tipo “Mad Max”. Otros dos iban disfrazados como de un super unicornio en dos partes… Las chicas van todas puestas muy estilo apocalíptico en general. En definitiva, lo más complicado allí es ser el más raro. Yo creo que es imposible.
¿De qué te disfrazaste tú?
Un día me disfracé como de genio oriental. Luego los martes los llaman los “tutu-Tuesdays” con lo cual me tocó ir en tutú. Otro día en un campamento hacían una fiesta blanca así que me vestí todo de ese color. Y luego ya vas combinando cosas raras que si te pusieras aquí en España en la calle la gente se cruzaría de acera probablemente.
¿Qué obras de arte te llamaron más la atención?
Muchísimas. Por ejemplo había una zona que era una exposición de pintura en“Fractal” que tenía unos cuadros espectaculares la verdad, muy muy trabajados. Y la que ha todo el mundo ha llamado más la atención: la estructura de una mujer tamaño megalítico que tenía a lo mejor el tamaño de un edificio de cinco plantas y era espectacular. Pero bueno, hay tantas … Igual había más de 500 obras repartidas por el desierto así que es difícil comentarte sobre todas.
COOPERACIÓN Y SENTIMIENTO DE COMUNIDAD
¿Alguna anécdota interesante del festival?
Para que la gente entienda como se vive allí: por ejemplo me encontré a dos chicas que estaban cambiando una rueda de lo que llaman los “vehículos mutantes” , que son los coches que tienen allí que están decorados y les permiten circular. Habían visto que había que a uno de ellos se le había estropeado la rueda de delante y una de ellas estaba poniendo la rueda de su bicicleta al coche porque le parecía fatal que no pudiese circular uno de esos. Ella decía que se quedaba sin bicicleta pero no pasaba nada porque ya le llevaría alguien. Y no los conocía de nada.
¿Hay mucha droga?
Hay bastante porque además, nosotros los españoles que somos más de copas, sufrimos mucho allí porque como hace tanto calor te deshidratas mucho y lo pasas muy mal con la resaca. Los que somos de copas tenemos que estar preparados para unas buenas resacas la verdad. Pero bueno, si que es verdad que la gente tampoco abusa. O sea, hay mucha droga pero no abusan de ella y no ves nadie perdiendo el control, ni nadie en el suelo que necesite ayuda de médicos ni ves ambulancias circulando ni nada de eso. La gente se dosifica mucho porque es consciente de que está viviendo en un ambiente muy hostil. Entonces se ve que hay pero no se ven comportamientos especialmente anómalos dentro de que la sociedad que se genera así es anómala de por sí.
¿Y los conocidos intercambios sexuales?
Yo no he visto muchos porque he llevado una vida muy pegada a mis amigos y a conocer gente así que la verdad es que esa parte no la he vivido. La debe de haber porque eso comentan pero yo no la he visto.
¿Cómo es un día en el Burning Man?
Normalmente te dan un mapa de situación para que veas donde están los campamentos porque las dimensiones de la ciudad que se crea son gigantescas y hay cientos y cientos de campamentos que ofrecen actividades sin parar: desde desayunos gratis hasta fiestas, charlas sobre la actualidad o como aprender a coser… O sea, hay millones de talleres que se pueden vivir. Luego te dan un libro bastante gordo en el que te vienen todas las actividades a todas las horas en cada uno de los campamentos y ya eliges a qué te interesa ir. Después para descansar intentas aprovechar las horas en las que cae un poco la temperatura. Y luego pues un poco de cachondeo también, tomar unas copas y luego se intenta ver el atardecer también porque es espectacular.
¿Lo podrías comparar con algún festival al que hayas acudido previamente o crees que no tiene comparación?
He estado en bastantes sitios del planeta, en eventos y fiestas, he vivido en tres continentes diferentes y no había visto algo así en mi vida.
¿Volverás?
A día de hoy digo que sí pero luego otra cosa es que después se me pase. Pero recién vuelto la verdad es que si que es una experiencia que me gustaría repetir.
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