"Necesitamos educar en tecnología, los empleos del futuro están en esa línea"
Fundada en 2017 por Pablo Rubio, Codenotch es una Escuela de Tecnología que ofrece educación orientada al diseño y desarrollo de las nuevas tecnologías. Actualmente cuenta entre sus programas de referencia con el bootcamp en Desarrollo Web & App y el bootcamp en Data Science.
Cuando Pablo tenía 18 años, su padre trató de enseñarle a programar porque lo veía esencial. "Siempre tuve curiosidad por seguir aprendiendo. A partir de 2007 empiezan a proliferar bootcamps en Estados Unidos, en los siguientes años yo estaba allí y ya percibía el impacto de los bootcamps en el crecimiento económico y el empleo", cuenta el emprendedor a El Referente. Y sentencia: "En los bootcamps se ha generado gran parte del talento que configura la industria digital".
Fue precisamente en Estados Unidos donde entendió qué era un bootcamp. Entrevistó a sus alumnos para saber qué es lo que buscaban y qué es lo que más les interesaba y se dio cuenta de que "en España era necesario desarrollar bootcamps porque había una demanda clara de este perfil".
Pablo no pierde la oportunidad para asegurar que emprender es un estilo de vida que le da "lo que siempre ha querido. Siento que aporto mi granito de arena a un cambio en la educación y como persona me siento libre. Además cada día aprendo algo nuevo".
¿Cómo ha cambiado el sector desde vuestra fundación en 2018?
El sector está en pleno crecimiento. En Europa los bootcamps aparecen en 2013 en Francia y en 2014 en Madrid. Desde 2018 han seguido naciendo varios bootcamps pero nosotros seguimos fieles a nuestro estilo: calidad educativa, atención personalizada, pleno empleo.
¿Y vosotros?
Nosotros trabajamos con datos para seguir mejorando el rendimiento de los alumnos en el curso, que consigan sus objetivos y que sea un perfil 100% empleable al terminar el bootcamp. Nos obsesiona ofrecer el nivel de calidad más alto de todo nuestro sector.
¿Por qué decidisteis entonces que era el momento adecuado de centraros en tecnología?
Porque hay una necesidad enorme por parte de las empresas a la hora de encontrar perfiles que dominen la tecnología. Necesitamos educar en tecnología porque los empleos del futuro están en esta línea y desde la educación tradicional no se están ofertando soluciones adecuadas a la realidad de los estudiantes y profesionales.
Estás enfocados en el diseño y desarrollo de la misma, ¿cómo os gustaría ampliar vuestros horizontes?
Estamos profundizando en educar en otros verticales de tecnología como Data Science, Ciberseguridad o blockchain.
¿A quiénes inspiráis vosotros? ¿Cómo son vuestros alumnos y cómo salen después de pasar por la escuela?
Los alumnos son muy diferentes en cuanto edades, hemos tenido alumnos de 17 años y también los hemos tenido de casi 50 años para reorientar su carrera profesional.
Normalmente son perfiles que han probado varios trabajos y han encontrado un techo o baja oferta de empleo y pasar por Codenotch les abre un abanico de oportunidades enorme: principalmente les permite iniciar su carrera como desarrolladores de software, pero también hay otros perfiles que vienen como expertos en otras áreas (todas las que te puedas imaginar), a los que el curso les convertirá en esos perfiles híbridos tan demandados de ahora en adelante dado que entienden la tecnología y cómo hacer uso de ella.
Uno de vuestros objetivos es enseñar a pensar como un desarrollador de software, ¿cómo se consigue eso sin estudiar una ingeniería?
Sin duda este es el mayor reto, por el poco tiempo del que disponemos. Aunque sabemos que ser programador no requiere ser ingeniero, debemos hacer un esfuerzo extra por desarrollar ciertas capacidades en el alumno que quizás sí son más propias de un ingeniero, como el pensamiento lateral, la comprensión de la lógica de programación o el descomponer problemas en otros menores que solucionar, algo así como si hicieras un puzzle. Todo esto se consigue a través de metodologías docentes, juegos, retos, trabajo individual, pair programming y dinámicas de lógica grupal.
En Codenotch siempre apoyamos el pensamiento crítico de nuestros alumnos y alumnas. Y tenemos una norma de oro: está prohibido memorizar.
Aunque aquí se les forma en un stack de tecnologías concreto, por encima de eso les preparamos para que sean capaces de pivotar fácilmente a otras tecnologías. Ese es nuestro enfoque, enseñarles a pensar como desarrolladores de software y empoderarles conviertiéndoles así en profesionales resolutivos.
¿Qué implicaciones tiene que estéis ubicados en una casa? ¿Os convertís en una especie de hogar?
Parte de lo que han venido a aprender es darles un conocimiento y darles también una cultura alineada con la industria a la que desean acceder. El espacio favorece la transmisión de conocimiento y un estilo de trabajo que intentamos de inculcar acorde a lo que van a encontrarse en una empresa tecnológica. Nuestros espacios son diáfanos, bien iluminados, con zonas de ocio donde distraer la mente en el descanso jugando un ping-pong o un billar.
El día sucede en estos espacios de trabajo y zonas comunes donde la convivencia obliga a poner en práctica valores fundamentales como son el compañerismo, madurez, generosidad, integridad, honestidad, responsabilidad, positivismo, etc. mediante el trabajo y aprendizaje colaborativo. Es como una pequeña familia, cuerpo docente incluido, que rema conjuntamente hacia un fin común. Como sucede en algunas casas de barrio residencial, el frutero viene cada martes a traer diferentes frutas para que los alumnos adquieran buenos hábitos desde el principio.
El seguimiento personalizado es un reclamo recurrente en educación, ¿por qué se cumple en vuestro caso?
Durante toda la historia de la educación no se ha tenido en cuenta que cada persona es diferente. Es evidente que cada persona es distinta a la anterior, por lo que creemos que la educación del futuro debe contemplar las características de cada individuo y no darnos ese ‘café para todos’.
Tratamos de adaptarnos a los diferente ritmos de aprendizaje. Eso es clave para nosotros porque nuestros alumnos provienen por lo general de carreras de muy diferente índole y el curso solo dura tres meses.
Vemos el programa como una especie de ente vivo que evoluciona y se adapta. Evoluciona en base a los resultados obtenidos y se adapta en materia de metodología, pues está abierta a pequeñas variantes en base al comportamiento y singularidad del propio grupo durante el curso. Nuestros docentes tratan de impulsar el aprendizaje mediante la motivación del grupo y adaptándose a cada individuo, para que todos absorban el contenido de la forma más efectiva posible.
¿Por qué tenéis como foco el empleo? ¿Cómo se consigue un 100% de empleabilidad?
El foco está puesto en el empleo por dos razones: la primera y principal es porque por lo general nuestros alumnos llegan a Codenotch buscando una oportunidad laboral con proyección de futuro, que hasta ahora no han encontrado por diferentes motivos. La segunda es porque somos conscientes del contexto histórico/económico que vivimos y del papel fundamental que los programadores en esta transición a lo digital. Por tanto nosotros somos un proveedor de talento junior para nuestras empresas colaboradoras, a quienes no cobramos nada pero sí seleccionamos bien para que cumplan los requisitos que queremos para nuestros alumnos. Y es que vemos esa primera experiencia profesional como una especie de continuación al bootcamp, solo que ahora en lugar de pagar el alumno, es él quien cobra.
Tenemos una amplia gama de empresas colaboradoras: desde la startup a la empresa que trabaja con datos o la consultora tecnológica. Y todas repiten y cada vez se unen más porque en Codenotch encuentran un trato más cercano y, sobre todo, un talento que, sin ser aún Mark Zuckerberg como es lógico, está preparado para afrontar los principales retos del programador.
Entendemos bien lo que las empresas buscan en el talento junior y somos muy autocríticos, les pedimos consejo de manera muy transparente. Creamos relaciones sólidas con las empresas a las que incluso ayudamos a crear planes de formación interna. tratamos de hacer match con nuestros alumnos que están formados en lo que las empresas necesitan.
¿Cuál es vuestra relación con el sector emprendedor, inversor, startupero…?
Tenemos una fuerte unión con el sector emprendedor. Por ejemplo en los últimos meses hemos montado eventos con gigantes como Stripe o Uber. También son cada vez más las startups que quiere participar de nuestras jornadas de empleo y adquirir el talento formado en Codenotch.
¿Qué echáis en falta en dicho sector y en la educación en la que vosotros trabajáis?
Nos gustaría que hubiese más mujeres. Estamos construyendo un programa de becas para dinamizar el interés de las mujeres en este tipo de formación. Hay una brecha de género muy conocida en tecnología y trabajamos en reducirla. De todas formas maneras tenemos entorno a un 20/25% de alumnas lo que es una cifra bastante alta en el sector.
¿Qué implicación deberían tener las instituciones públicas en su desarrollo?
Hay gente que le gustaría hacer el curso pero no tiene recursos. Nos encantaría que hubiese más ayudas para que perfiles que la industria necesita pudiesen formarse en nuestro bootcamp o en otro pero que tengan la oportunidad de formarse rápidamente en un sector 100% empleable.
¿Qué objetivos tenéis a medio/largo plazo? ¿En qué os queréis convertir?
Queremos ser el bootcamp de mayor calidad educativa. La experiencia de nuestros alumnos aquí tiene que ser inigualable y el paso por nuestra escuela debe ser el trampolín perfecto para ubicar la carrera de nuestros estudiantes al mayor nivel posible. Trabajamos en ello y es lo único que nos ocupa.
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