"Microwd es un crowdlending con un modelo en el que todos ganan. Tanto la beneficiaria como el inversor"
Microwd está muy asentado en Nicaragua, donde las mujeres son el eje motriz de la economía
En 2013, Alejandro de León Moreno, licenciado por CUNEF y Filosofía teórica por la UNED, realizó sus primeros diez préstamos a proyectos sociales. Un año más tarde, se aventuró con 20, y, en 2015 fundó Microwd, una plataforma de crowdlending cuyo objetivo es conceder microcréditos a mujeres emprendedoras en Nicaragua. En el primer año de funcionamiento, la empresa concedió 65 créditos y ahora cierra 2016 con casi un millón de euros.
Sin embargo, esta no es la primera experiencia de Alejandro como emprendedor social. En 2009 creó MAYAS, una organización que imparte clase a más de 800 niños en la comunidad, gracias a voluntarios que creen que la educación es la mejor manera de acabar con la desigualdad de oportunidades. En 2010 co-fundó Bluemove, y, en 2013, TuuuLibrería, que es la primera librería en el que el cliente decide cuánto paga por el libro. Por último, en 2014, puso en marcha Cultcards y, en 2015, levantó Anima Ventures, un Venture Builder para empresas como impacto social.
¿Por qué decidisteis que Microwd fuese una empresa de crowdlending social?
Justo por el motivo por el que decidí emprender. Quería que la rentabilidad tuviese el valor añadido de ayudar y que fuese accesible para todo el mundo.
¿Qué tiene de especial que sea, precisamente, social?
Muy pocas plataformas de crowdlending o inversiones te dan la oportunidad de tener tanto impacto en la pobreza. Diría que casi ninguna te da la oportunidad que ofrece Microwd, un modelo en el que todos ganan (tanto la beneficiaria como el inversor, como nosotros).
¿Por qué Nicaragua? ¿En base a qué criterios elegisteis el país?
En 2009 comenzamos a dar becas en esta comunidad (por recomendación de un amigo, que ya la había visitado previamente). Esto se hizo a través de una ONG que fundé llamada YOOOU y que actualmente tiene otro nombre (MAYAS). Cuando fui a visitarles nos dimos cuenta de que ya habíamos cubierto todo lo relacionado con la educación, dábamos libros, juguetes, becas… Me reuní con todas las madres de los niños en un solo día y pude comprobar, para mi sorpresa, lo bien comunicados y organizados que estaban allí. También les pregunté qué más cosas necesitaban; la respuesta fue Microwd.
Allí las micro financieras cobran de media un 36% de interés. Y no solo eso. Al interés se le suman los gastos que llaman "administrativos": gastos en papelería, asesoría jurídica, les obligan a abrir una cuenta de ahorros, un aval… A todo esto, estamos hablando de mujeres que viven en zonas rurales de pobreza extrema y no se pueden permitir los micro préstamos que les ofrecen allí o directamente no pueden acceder a él porque no tienen ningún aval.
¿Cuál es la situación de las mujeres a las que ayudáis?
Son mujeres pobres y emprendedoras. Cada una de ellas tiene su pequeño negocio y lucha día a día para sacarlo adelante. A mí personalmente me sorprendió lo honestas que son y las ganas que tienen de que alguien les dé la oportunidad de crecer.
¿Por qué os decantasteis por un sistema de microcréditos? ¿Qué características especiales tiene este sistema de financiación concreto?
Porque era la necesidad que tenían allí. Lo bueno que tiene el proyecto es que son las mujeres las que deciden las necesidades que hay en la comunidad, no se las imponemos nosotros. Microwd no decide qué necesitan, como pasa con muchas organizaciones no gubernamentales.
¿Por qué solo se otorga a mujeres?
En Nicaragua son las que llevan el peso de toda la familia y son la fuerza motriz de la economía. Además, está demostrado que las mujeres adquieren un mayor grado de compromiso con las deudas y responden mucho mejor que los hombres en estas situaciones.
La ONG local ADENOCH es la encargada de elegir a las beneficiarias, ¿cómo se realiza ese proceso? ¿Lo supervisáis de algún modo?
De momento ellos son quienes eligen a las mujeres. Ha sido así hasta ahora y está funcionando muy bien. Ellos son los que las conocen y saben a qué mujeres ayudar con los micropréstamos. Aun así supervisamos el proceso y les hacemos recomendaciones sobre los métodos de elección. No obstante, estamos muy contentos con la organización y coordinación del equipo allí.
¿Qué acuerdo tenéis con dicha ONG?
La estructura legal es "Crowdlending de Cuenta Partícipe". Ejercemos de gestor entre el inversor y la ONG.
¿Qué ventajas obtienen los ahorradores españoles? ¿Por qué deberían apostar por Microwd?
Las ventajas son muchísimas. El ahorrador que invierte en Microwd recibe un 8% de rendimiento por su inversión. Sabe dónde está su dinero y puede conocer a su beneficiaria y, además, tiene un impacto social grandísimo a través de la cultura del esfuerzo. Ese es el gran cambio que se está haciendo en Nicaragua: ya no se regala el dinero como pasaba en los 80.
¿Qué proyectos se han desarrollado hasta ahora gracias a vuestro sistema?
Las mujeres han sacado muchísimos proyectos adelante. Desde pulperías (lo que conocemos aquí como tienda de ultramarinos), ganado (tanto cerdos como vacas), compra-venta de granos… Uno de los casos que nos gusta más es el de la mujer que nos pidió un préstamo (era su segundo, si no recuerdo mal) para comprar un molino y abastecer a toda su comunidad. Aquí te vas dando cuenta de que poco a poco ellas van creciendo.
¿Tenéis pensado desarrollar vuestra actividad en otras regiones? ¿En cuáles?
De momento no. Estamos en la comunidad correcta, todos los locales nos conocen no solo por los microcréditos, sino por la labor que hacemos con la ONG y las becas y juguetes que damos a os niños. La necesidad de financiación aún es muy grande y estamos cómodos en esta región.
Vuestro objetivo es facilitar el acceso a créditos a familias que no tienen acceso a la banca tradicional, ¿creéis que el crowdlending sustituirá, precisamente, a la banca tradicional? ¿Por qué?
Si algo tenemos claro, es que no queremos quitar dinero del circuito de las ONGS, sino de los bancos y del IBEX 35. Cualquier método que sea competitivo y que beneficie al consumidor es bienvenido. Y más con toda la tecnología que se está haciendo hueco en este sector, que lo hace todo mucho más rápido, competitivo y transparente.
¿Qué ventajas tiene este sistema del que participáis frente a otros métodos de financiación?
La transparencia, la rentabilidad y el impacto social.
Y vosotros, ¿cómo obtuvisteis financiación para comenzar el proyecto?
Al principio se hizo un desembolso de 10.000 euros a través de MAYAS. Cuando vimos que funcionaba, nació Microwd.
Vuestra iniciativa se enmarca dentro del emprendimiento social, ¿qué papel va a cumplir no solo en España sino a nivel global este tipo de actividad?
Creo que va a marcar la diferencia a largo plazo. Cada vez nacen más iniciativas que nos permiten crecer. El día que entendamos que las empresas puedan ser rentables y además tener un impacto social desaparecerá la pobreza extrema.
¿Habéis recibido apoyo a nivel privado e institucional? ¿Qué rol opináis que debe adoptar el sector público en el impulso al emprendimiento social?
El dinero que hemos recibido es de gente que busca darle una rentabilidad a la inversión. No nos interesa el sector público, solo queremos que nos dejen trabajar en paz a los emprendedores que queremos aportar valor.
¿A qué retos os enfrentáis en 2017?
¡Crecer todo lo que podamos! Queremos poder doblar y terminar el año más de 2.000 préstamos en la plataforma.
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