"Mejorar la calidad de vida de las personas y de nuestro planeta son las motivaciones de este proyecto"
Actualmente están inmersos en un proceso de capitalización y buscan obtener dos millones de euros
A principios de 2017 nació Biotech Foods, la startup fundada por Mercedes Vila, Carlos Villalain y Pablo Munilla que apuesta por la revolución mundial de la 'carne ética'. La compañía, que prevé el lanzamiento de los primeros productos de su marca en 2021, se encuentra en un proceso de capitalización en el que espera la entrada de nuevos inversores y a través del cual querría obtener 2 millones de euros; la startup también espera factura 10 millones de el primer año de comercialización.
La base del proyecto de I+D parte del modelo tecnológico de construcción de tejidos a partir de células animales, que desarrolla para su evolución entornos biológicos controlados, y sin intervención o modificación genética alguna. EthicaMeat, la marca de la compañía, será el ingrediente fundamental y en grandes proporciones para la producción de alimentos 100% de procedencia natural como salchichas, lonchas de carne y cualquier otro producto cárnico procesado. La diferencia con la producción de carne actual estribará, no en su origen de valor biológico o su procesamiento posterior, sino de qué forma ese producto alimenticio se ha desarrollado y qué efectos genera o evita.
Para los fundadores de Biotech Foods, "trabajar en un proyecto propio destinado a mejorar la calidad de vida de las personas y de nuestro planeta es profesionalmente muy gratificante". Para ellos esta manera de independiente, "permite desarrollar tu idea o proyecto de forma apasionada y bajo tus propias pautas. Cuando emprendes puedes elegir tu equipo; requiere tu máxima motivación y exigencia y te ayuda a poner en práctica toda tu experiencia".
¿Por qué habéis decidido apostar por la carne ética?
La comercialización de la carne 'ética' o cultivada permitirá disminuir la situación de sobreexplotación del sistema productivo actual, reducirá los tiempos de producción y requerirá de menos recursos (animales, instalaciones…), evitará el sufrimiento animal y reducirá el impacto medioambiental de la ganadería intensiva, además de reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Asimismo, aportará varias ventajas para el consumidor desde el punto de vista nutricional (reducción de grasas saturadas, alto valor en proteínas), para la salud (evita pandemias y consumo de antibióticos a través de los alimentos) y social (respeto al medioambiente y bienestar animal).
¿Qué otros proyectos desarrolláis en paralelo y cómo creáis sinergias con este en concreto?
La dimensión de un proyecto de estas características exige todo nuestro tiempo. Son muy pocas las empresas en el mundo inmersas en el desarrollo de esta revolución alimentaria sostenible y España se encuentra entre esos países, junto a Estados Unidos y Países Bajos. Un proyecto de semejante envergadura requiere nuestra máxima dedicación.
¿Cómo acogen vuestra idea los consumidores de carne y las personas vegetarianas o veganas?
Las perspectivas son buenas. No se ha alcanzado este modelo productivo alternativo para afectar al consumidor o privarle de algo satisfactorio. Todo lo contrario. La carne ética sabrá a carne, tendrá muy diversas formas, tantas o más como las actuales, será 100% saludable y, por supuesto, irá perfeccionándose. Y otra certeza: coexistirá con el modelo actual. La única diferencia será que no afectaremos tanto al entorno ni habrá tantos sacrificios animales. Evita el sufrimiento animal lo que, indudablemente, favorecerá el consumo de las personas vegetarianas o veganas que se enfrentan al maltrato animal. Es importante destacar que, desde el punto de vista del proceso, la producción de carne cultivada es un proceso natural; nosotros establecemos las condiciones medioambientales propicias para la proliferación celular, al igual que ocurre dentro de un organismo, y al igual que se da en la agricultura. A partir de ahí las células conforman el tejido muscular, que es donde está la proteína, y es lo que consumimos hoy en día. Existen también ventajas desde el punto de vista de la seguridad de los consumidores por la no utilización de antibióticos y la capacidad de evitar brotes pandémicos. En el caso de los antibióticos, el sector cárnico utiliza el 80% de todos los antibióticos a nivel mundial. Los antibióticos no solo se usan para evitar las enfermedades del animal, sino también para promover su rápido crecimiento. Esto nos está llevando a desarrollar una resistencia a los antibióticos que puede ser muy perjudicial para los consumidores. En cuanto a los brotes de epidemias, como el virus H5N1, la producción de carne cultivada permite tener un control total sobre el proceso y elimina los riesgos de contaminación animal y contagio a seres humanos.
¿De qué manera contribuís a la revolución foodtech?
Estamos inmersos en un proyecto que, sin duda, supondrá una revolución alimentaria a nivel mundial. Visionarios como Bill Gates (Microsoft), Sergey Brin (Google) y Richard Branson (Virgin) han invertido ya grandes sumas de dinero para hacer realidad la 'carne ética', y estamos muy satisfechos de afirmar que Biotech Food impulsará en nuestro país esta revolución para convertirla en una realidad de consumo a medio plazo. Son muy pocas las empresas en el mundo involucradas en el desarrollo de esta revolución alimentaria sostenible por lo que nos sentimos orgullos y conscientes de la responsabilidad que supone formar parte de ella.
¿Qué ventajas tiene esta solución para la salud y el medioambiente?
Mejorar la calidad de vida de las personas y de nuestro planeta han sido las razones que han motivado este proyecto. Con la ayuda de la biotecnología, el consumidor tendrá a su alcance un producto saludable, rico en proteínas, 100% natural, con un 0% de contenido en grasa, nutritivo y, sobre todo, 'ético'. Desde un punto de vista medioambiental, no podemos cerrar los ojos y quedarnos sentados ante una realidad que nos está avisando de que, por esta vía, el actual sistema de producción de carne y pescado es insostenible. Nosotros trabajamos para garantizar que el ser humano pueda, en un futuro, atender la demanda de proteínas a nivel mundial de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Según datos ofrecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la demanda de proteínas a nivel mundial en 1980 fue de 200 millones de toneladas frente a los 600 previstos para 2020; 700 en 2030 y 1.000 millones de toneladas en 2050 (carne y pescado fundamentalmente). A día de hoy, la cría de ganado genera el 25% del consumo total de tierra y agua del planeta y el 15% de gases de efecto invernadero. Se estima que los productos de 'carne ética' consumirán un 99% menos de tierra, un 75% menos de consumo de agua y un 90% menos de emisiones que otro producto cárnico similar actual. Por tanto, la 'carne ética' permitirá atender la alta demanda de proteínas de origen animal y reducir el actual impacto ambiental del proceso de producción de la carne que procede de las granjas y los mataderos mediante soluciones sostenibles.
La previsión es lanzar la marca en 2021, ¿en qué fase os encontráis a día de hoy?
La tecnología ya está desarrollada, y ahora nos enfrentamos al desafío de cómo adaptarlo a la producción industrial requerida en alimentación, que supone en sí mismo un gran reto.
¿Qué importancia creéis que tiene posicionaros como una marca ética?
La solución alimentaria que proponemos ayudará a hacer frente al impacto medioambiental del actual sistema de producción de ganadería y pesca, y a cambiar las condiciones de vida del animal. Posicionarnos como una marca ética revela la realidad de un proyecto y unas investigaciones que buscan obtener mejoras que son necesarias.
¿Por qué apeláis a este adjetivo? ¿En qué se ve reflejado?
Creemos que el término 'ética' responde con claridad al simbolismo y los efectos que genera la producción de carne bajo este modelo, basado en producir carne saludable y sostenible con células animales. Entendemos que el término ética define muy bien el concepto porque no solo hablamos de una carne más saludable y limpia, sino de un producto que viene a resolver los problemas que la actual forma de producir la carne crea al medioambiente y al bienestar de los animales.
¿Qué condiciones se dan en España para que la carne ética no solo funcione aquí sino que sea necesaria?
España no está al margen de los problemas medioambientales y de salud que afectan al resto del mundo, y que la 'carne ética' pretende ayudar a paliar. La gran mayoría de la población española, como la del resto del mundo, desconoce aún la existencia de este tipo de carne. Sabemos que se observarán diferencias en la población, como se han encontrado también en Estados Unidos, y que la gente más joven será más receptiva. Creemos que de por sí existe una tipología de consumidor proclive al consumo de productos sostenibles, otros que consideran que quieren evitar las grasas en su alimentación sin prescindir de las proteínas, otros que aman a los animales, otros que quieren experimentar nuevos productos… La pirámide social se compone cada vez más por gente que les preocupa su alimentación y además el cuidado del planeta. Ethica Meat tiene grandes oportunidades, aquí y fuera.
¿Cómo reaccionarán las grandes empresas a vuestro producto?
Creemos en nuestro producto y entendemos que estamos obligados a dar respuesta a un problema que puede resolver la alta demanda de proteínas de origen animal y reducir el actual impacto ambiental del proceso de producción en carne. La 'carne ética' es ya una realidad a nivel mundial y España no puede quedarse al margen. Es el futuro cercano y la solución a un problema que afecta a toda la ciudadanía, y es nuestra obligación intentar resolverlo. Todas las empresas, grandes y pequeñas, deben ser conscientes de esta realidad. Al final, no olvidemos, es el consumidor el que decide.
¿Cuál es el proceso de fabricación que realizáis? ¿Por qué es tan lenta su implementación?
La base del sistema de producción está en la medicina regenerativa. Dentro de un cuerpo animal, las células constituyen tejidos, los tejidos constituyen órganos y los órganos constituyen sistemas de órganos. Uno de estos órganos son los músculos, y estos músculos de diferentes animales, es lo que compone la mayoría de la carne que comemos, cerdo, vaca, aves, peces... Con el ambiente apropiado, estas células extraídas de un animal vivo pueden vivir y multiplicarse, y en un biorreactor crecer más rápido. El resultado final tiene forma de pasta. Esta pasta no está dirigida al consumidor final sino a la industria del procesado de carne. La pasta obtenida puede de esta forma convertirse en salchichas, nuggets, albóndigas o hamburguesas. El reto actual es conseguir producir esta carne al mismo precio que tiene hoy y a escala industrial porque actualmente fabricamos kilos, pero necesitamos crear toneladas. Todo este proceso es complejo y requiere su tiempo.
Habéis contado con apoyo de instituciones públicas y privadas, ¿cómo ha sido ese proceso?
Efectivamente, aunque somos tres emprendedores los que hemos impulsado la compañía, tenemos como socios a Inter Alloys & Investments (rama inversora de la vasca de ferroaleaciones Inter Alloys) y al centro de investigación CIC nanoGUNE, y hemos recibido apoyo y financiación de organismos como el CDTI, el Ministerio de Ciencia, la Diputación Foral de Guipúzcoa y la entidad municipal Fomento de San Sebastián. El proceso ha sido ilusionante y estamos muy agradecidos a estas instituciones que han confiado en nosotros y en este ambicioso proyecto. Actualmente estamos inmersos en un proceso de capitalización con nuevos inversores. La aportación que estamos buscando ronda los dos millones de euros.
También tenéis pendiente una ronda de financiación, ¿qué es lo más complicado de obtener recursos dentro de vuestro sector?
Quizá lo más complicado es que nos encontramos en una región del mundo donde no se destinan suficientes fondos para este tipo de proyectos en comparación con otras áreas como EEUU o Asia. La actividad de Venture Capital es mucho menor en Europa. También es verdad que,, por actividades, todo lo que tiene que ver con tecnologías de la información, disfruta de un mayor abanico de posibilidades. De cualquier manera, creo que estos factores no son determinantes y, al final, un proyecto que demuestre solidez, con base tecnológica diferenciadora y alto potencial, encuentra la financiación necesaria.
¿Cuál es vuestro calendario de objetivos hasta lanzar el producto?
Nuestro proyecto está dividido en tres fases. La primera fase la dedicamos a poner en marcha la empresa e implementar el conocimiento técnico a nivel de laboratorio. En 2019 entramos en lo que consideramos la segunda fase, donde el objetivo es escalar el proceso y cumplir con las exigencias de la regulación Europea. En 2021 entraremos en la fase de industrialización y comercialización, momento en el que se empezarán a generar ingresos por ventas del entorno de los 10M €.
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