“Los agricultores están convencidos de las bondades de la digitalización del campo, lo que quieren es correr menos riesgos con su adopción”
La startup ha contado con el apoyo financiero e institucional de SODENA, a través de Orizont, de la UE, de Climate KIC…
AgroPestAlert es una tecnología disruptiva que a través del despliegue de una red interconectada en forma inalámbrica de dispositivos-trampas electrónicos, autónomos e inteligentes, se detectan e identifican a nivel de especie, insectos voladores catalogados como plagas agrícolas. Esta información llega a los ordenadores o teléfonos inteligentes de la comunidad de agricultores y de estaciones de aviso de plagas, en el momento justo cuando estas aparecen para que su infestación pueda ser contenida de manera oportuna antes de que sus poblaciones se salgan de control.
Todos los fundadores de la startups se dedicaban a la I+D+i en proyectos de electrónica, telecomunicaciones, informática y software en Venezuela. Unos con más trayectoria que otros porque dentro del equipo fundador hay varias generaciones. "Siempre afirmamos que somos un equipo que mezcla el empuje de la juventud con la serenidad de la experiencia", cuenta Louis Gerardo, uno de los cofundadroes.
Formaron el equipo al quedar finalistas en la convocatoria Wayra Venezuela a mediados del 2015 con un proyecto de Internet de las Cosas para ciudades inteligentes en su etapa inicial de desarrollo. "Como todavía nos faltaba un largo trecho para tener tracción comercial no fuimos escogidos para ser parte de la aceleradora, pero decidimos mantener la unidad del equipo y buscar otras oportunidades de negocios en el área de Internet de las Cosas", confiesa Louis. A partir de ese momento enfocaron sus esfuerzos en el desarrollo de soluciones de Internet de las Cosas en el sector agroalimentario.
Finalmente formalizaron su emprendimiento en España a través del registro en Navarra de la empresa a mediados del 2016.
AgroPesAlert ha formado parte de Climate- KIC, una de las principales iniciativas de la UE sobre cambio climático. Se trata de la mayor colaboración pública-privada de Europa centrada en la innovación para mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo. Climate-KIC Spain es, por su parte, la representación de esta iniciativa europea en España y cuya sede está ubicada en Valencia.
¿Cómo fue el tránsito del proyecto que teníais en Venezuela a vuestra iniciativa presentada en Chile y vuestro asentamiento en España?
Nuestro equipo se formó cuando nos conocimos en un Hackathon de Ciudades Inteligentes en marzo del 2015, donde cada uno de nosotros presentó proyectos diferentes. Uno de nosotros ganó un premio con un proyecto de Internet de las Cosas, y para consolidar ese proyecto, invitó a los otros a formar equipo y a seguir intentando participar en aceleradoras. Nos presentamos en el Reto Agro de Telefónica Chile, ganamos, y nos dimos cuenta que el potencial en agricultura 4.0 era enorme y nada saturado, por lo que decidimos pivotar lo que estábamos haciendo hacia allá, y específicamente en el área de detección de plagas en forma remota, que era un terreno aún más inexplorado. Lo presentamos en una aceleradora chilena llamada Imaginelab, aliada de Microsoft y fuimos escogidos. Me fui a Chile como representante del equipo, participé en esta aceleradora por tres meses, y estando todavía allá, llegó un correo invitándonos a participar en Orizont, aceleradora agroalimentaria de la Sociedad de Desarrollo de Navarra. Fuimos escogidos y en septiembre del 2016 llegamos a Tudela, Navarra, para incorporarnos a Orizont.
¿Qué supuso para vosotros formar parte de Orizont? ¿Qué importancia tienen estas iniciativas para fomentar el emprendimiento?.
Sin Orizont no existiría AgroPestAlert, al menos al punto en que estamos ahora. La noción de nuestros abuelos de que las empresas crecían de a poquito, sin deudas ni socios, hace tiempo ya quedó sepultada (¡afortunadamente!). Los emprendimientos deben crecen rápido y ser éxitos y fracasos con el menor esfuerzo y trauma posible. Ya se ha demostrado el papel fundamental que tienen las aceleradoras para dar ese primer empujón que requieren los emprendimientos y que, de otra manera, terminarían en el olvido. Orizont nos apoyó con formación, mentoring, recursos financieros y nos abrió las puertas de par en par a su red de contactos, lo que ha sido fundamental para que el proyecto haya dado un salto cuantitativo en su financiación y en el desarrollo de su producto.
A mediados de 2017 también fuisteis seleccionados por CLIMATE KIC, ¿qué os ha aportado esta experiencia?
Además del apoyo financiero, que siempre es esencial en las primeras etapas de cualquier emprendimiento (siempre se agradece), haber participado en CLIMATE KIC ha sido una experiencia extraordinariamente enriquecedora. Su énfasis en fortalecer las capacidades de comunicación ante la comunidad de inversores nos sacó de nuestra zona de confort y pudimos mejorar drásticamente esas habilidades.
Por otra parte, fue una gran oportunidad apreciar una faceta de nuestro proyecto a la cual no le habíamos prestado mucha atención, la de su capacidad de contribuir positivamente a mitigar el cambio climático y a la contaminación de los campos agrícolas.
¿Por qué la recomendariáis a otros emprendedores?
Porque ofrece una gran oportunidad de confrontar en profundidad nuestros proyectos ante otros emprendedores, mentores que han examinado decenas y hasta centenas de proyectos como el nuestro, exigentes y difíciles de impresionar y potenciales inversores; y, además, de forma remunerada. Al final, después de meses de escrutinio, hemos pivotado varias veces el proyecto original y somos capaces de comunicarlo con habilidades muy mejoradas.
La detección automatizada de plagas en fases tempranas reduce la huella de carbono de la agricultura, ¿cómo comunicáis la importancia de este efecto?
Una de las mayores fuentes de pérdidas en la agricultura actual son los brotes de plagas de insectos sobre los cultivos. Ocasionan a nivel global pérdidas entre un 20 a un 40% sobre el nivel potencial de producción porque además son vectores trasmisores de enfermedades causadas por virus, hongos o bacterias. Mitigar esas pérdidas significaría hacer llegar a las mesas alimentos suficientes para alimentar a unos 1.500 millones personas de los 3.000 millones que se sumarán a la población actual durante los próximos 35 años, en lugar de permitir que terminen en los estómagos de los insectos-plagas. El problema es que las tecnologías prevalecientes de vigilancia y control de plagas se muestran incapaces de afrontar este reto con éxito.
Esa enorme ineficiencia, además de la utilización de técnicas agrícolas intensivas en el uso de energía, causa la emisión del 30 % de los gases de efecto invernadero que escapan a la atmosfera cada año. Esto hace a la agricultura actual una de las actividades más sucias ambientalmente hablando y en una trayectoria clara de insostenibilidad.
AgroPestAlert es una tecnología disruptiva que a través del despliegue de una red interconectada en forma inalámbrica de dispositivos-trampas electrónicos, autónomos e inteligentes, detectan e identifican a nivel de especie, insectos voladores catalogados como plagas agrícolas. Esta información llega a los computadores o teléfonos inteligentes de la comunidad de agricultores y de estaciones de aviso de plagas, en el momento justo cuando estas aparecen para que su infestación pueda ser contenida de manera oportuna antes de que sus poblaciones se salgan de control. La celeridad en que llega esta información (en segundos y no en semanas) es esencial para tomar decisiones de control a través de la aplicación de mucho menos insecticidas, ya que el problema es atacado apenas comienza. Como las pérdidas se reducen, aumenta la eficiencia insumo-producto de la agricultura y por lo tanto se emiten menos gases invernaderos por cada kilo de producción.
La información sobre el enorme impacto ambiental de la agricultura no es popular y en general está poco difundida y entendida por la sociedad. Es difícil defender nuestra propuesta solo explorando esta faceta ante potenciales clientes, por lo que debemos hacer énfasis también en el aumento de la eficiencia productiva y la reducción de costos en la monitorización de plagas que supone la adopción de nuestra tecnología. Los dos mensajes deben ir de la mano para obtener la atención de los agricultores.
¿Cómo ha recibido el sector de la agricultura vuestra solución? ¿Quiénes son vuestros clientes?
La han recibido con un extraordinariamente entusiasmo y apoyo. Todo agricultor entiende perfectamente la importancia de una efectiva monitorización de plagas y las consecuencias que se pagan por bajar la guardia en estas amenazas. En una encuesta que hicimos recientemente entre agricultores españoles medianos y grandes encontramos que el 92 % de los casos adquirirían nuestra tecnología si era efectivamente comprobada. Todavía no estamos en fase comercial pero importantes empresas españolas que gestionan grandes explotaciones probaran nuestra solución durante el 2018.
Aseguráis que el agricultor tiene un carácter usualmente conservador, ¿cómo les convencéis de las ventajas de vuestra solución?
Cualquier agricultor es conservador adoptando nuevas tecnologías porque su actividad es de alto riesgo, dilatados tiempos de producción y bajo rendimiento económico y por lo tanto no puede darse el lujo de arriesgar una cosecha solo por ir probando tecnologías de reciente aparición. Siempre obtengo la misma respuesta: "Te compro cuando demuestres que funciona". Eso requiere más tiempo, dedicación y paciencia que lanzar un negocio digital en las redes sociales, por ejemplo. Los agricultores están convencidos de las bondades de la digitalización del campo, lo que quieren es correr menos riesgos con su adopción, por lo que estamos dedicados en obtener esas pruebas. Una vez obtenidas el mercado se abrirá de par en par.
Actualmente estáis en una fase precomercial, ¿qué plazos os habéis marcado?
Esperamos estar en fase comercial alrededor de julio de este año.
¿Cómo es innovar en el sector de la agricultura en España? ¿Qué dificultades os habéis encontrado?
Hay un gran apoyo institucional y financiero en la fase de ayudas a la I+D, pero cuando se requiere de grandes inversores para la expansión la situación se complica por varias razones: en general España, aunque mejorando rápidamente, carece de la profundidad y liquidez de un ecosistema de inversores de riesgos que apoyan a los emprendimientos en países como los EEUU o el Reino Unido con las cantidades dinerarias que exige un crecimiento acelerado exitoso. En un mundo globalizado e hipercompetitivo como el actual, ir lento te hace irrelevante; además, aunque se obtengan los fondos, se imponen cierto cumplimiento de hitos y condiciones de desembolso que ralentizan el crecimiento del proyecto; y por último, dentro de la cartera de proyectos de los business angels en nuevas tecnologías la agricultura de precisión es prácticamente inexistente. Su tiempo de maduración como proyecto es un obstáculo bajo la noción imperante de grandes ganancias en tiempo breve que impulsa la inversión de riesgo tal como la conocemos. Solo unas pocas inversiones de riesgo institucionales han puesto la mirada en este sector a pesar de la gran tradición agrícola del país. El año pasado la inversión en Agtechs se elevó a 10 billones a nivel global. La participación de España en ese colosal monto es prácticamente nula.
¿Cómo queréis expandir vuestra solución? ¿Tenéis planes de expansión?
El sector de las tecnologías agrícolas o Agtech no escapa a la consolidación global que ha estado ocurriendo en los negocios de nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, son tecnologías que poco a poco van convergiendo a un negocio digital, y como tal, hay grandes y pocos actores que van a ir comiéndose a peces más chicos como estrategia de conquista de mercados. En este escenario es muy difícil que un pequeño emprendimiento pueda hacerse global con su propio esfuerzo, por lo que hemos decidido crecer bajo una estrategia de alianzas con grandes distribuidores de productos y servicios agrícolas y emprendimientos consolidados de plataformas informáticas que tengan una base grande de clientes y que les falte la baraja de monitorización automática de plagas en su mazo de soluciones tecnológicas. Nuestra solución es difícil de desarrollar, no porque sea un reto tecnológico infranqueable, sino porque requiere de extensas pruebas de laboratorio y de campo que la mayoría de los emprendedores, individuales o corporativos, no están dispuestos a realizar. Hay menos de 10 emprendimientos como el nuestro actualmente en ejecución a nivel global y esto nos concede una ventaja a la hora de buscar alianzas en un rompecabezas tecnológico donde la detección automática de plagas es de un enorme valor.
¿Qué objetivos os habéis marcado para 2018?
Nos hemos impuestos cuatro objetivos para el 2018:
- Obtener certificados de funcionamiento de instituciones de I+D de gran prestigio en Europa.
- Pasar a la fase comercial.
- Cerrar alianzas de comercialización dentro y fuera de España.
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