"Estamos acostumbrados a las subidas y caídas vertiginosas del negocio en nuestro día a día"

Pensumo es una plataforma innovadora, creada por José Luis Orós en 2013, que busca implantar en Europa un pilar de ahorro complementario, por medición del consumo personal y detección de acciones responsables. El objetivo final es complementar los sistemas de pensiones estatales en base al consumo diario y a la realización de acciones sostenibles a lo largo de la vida. Por su innovación social, ha obtenido el premio ODS 8 de la Red Española del pacto mundial en 2020.
Después de generar a través de Pensumo millares de operaciones de ahorro centesimal sus responsables entendieron que premiar el reciclaje era el “reto” que más éxito tenía. Así nació Recicla y suma.
¿Cómo ha cambiado Pensumo desde vuestro nacimiento desde 2013?
Cuando nació la empresa, buscábamos la fidelización total del cliente, regalando pensión al comprar. Nos dirigíamos a los comercios y marcas.
En esa guerra luchábamos contra los sistemas de fidelización de todas las grandes superficies, que prefieren dar descuentos para consumir en sus establecimientos. Por ello, observando que el principal beneficiario de nuestro sistema era el consumidor final, nos comenzamos a dirigir a los consumidores finales. Y pasamos de la sartén al fuego. Ya no competíamos con las grandes superficies, si no con las Entidades Financieras.
Tras nuestro primer piloto en Borja, en el que vimos como habíamos hecho lo más difícil: hacer que llegara a una póliza de ahorro un euro, cuyo beneficiario era un consumidor, que no había realizado un pago por ello, sino simplemente comprar en una tienda, nos dimos cuenta que podíamos sumar dinero a las pólizas no solo con compras sino también por otros motivos. Podíamos orientar las compras, pero también orientar los comportamientos. Estábamos usando sin saberlo las teorías de economía conductual del Nobel de 2017 Norman Thaler para conseguir que la gente, consumiese, ahorrase, corriera una carrera o reciclase.
Nos dimos cuenta, que muchos de los modelos de negocio del mercado, pueden utilizar el estímulo de la Pensión por consumo, para beneficiar al consumidor (ahorro a largo plazo), beneficiar al comercio o marca (aumento de las ventas) y beneficiar a la sociedad (lograr que los consumidores adopten hábitos de consumo responsables).
¿Y cómo lo habéis hecho a raíz de la crisis de la covid19?
Somos una auténtica startup en todo lo que tiene que ver con la incertidumbre, y por tanto estamos más que acostumbrados a las subidas y caídas vertiginosas del negocio en nuestro día a día. Hemos sufrido, nos hemos endeudado con un ICO, pero quizá vemos esta anormalidad, mucho más familiar que la mayoría de las empresas.
Precisamente esta pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de un consumo responsable y sostenible, ¿creéis que el mensaje ha llegado realmente a la población?
No se puede generalizar, porque la sociedad sigue siendo tan diversa como siempre en este tema como en los demás, pero sí que la concienciación es cada vez mayor respecto al deterioro del planeta, sus mares, bosques, atmósfera…
¿En qué situaciones o pautas lo veis?
Aparte del postureo político que en muchas ocasiones es hueco, oportunista y como mucho acaba en el titular de un Medio, lo percibimos realmente en los Centros de Enseñanza y en las empresas. Vemos como las comunidades escolares buscan realizar acciones beneficiosas sobre el Medio Ambiente y que todo tipo de empresas quieren implementar planes objetivos de RSC que certifiquen su compromiso con los ODS.
Los consumidores buscan a empresas que estén en su sintonía: Preocupadas por el planeta y que actúen, que sean activas, casi activistas.
¿Por qué decidisteis unir ese consumo responsable con el concepto de pensión?
El estímulo del incentivo diario que satisface en el día a día (acumular) y a la vez promete un futuro mejor (pensión), es poderoso, y nos dimos cuenta que se podían orientar los consumos e incluso los comportamientos. Evidentemente, podríamos haber ofrecido aportaciones de pensión por apostar en el juego u otras acciones poco recomendables, pero optamos por la responsabilidad de incentivar lo más beneficioso para la comunidad.
Vuestra herramienta se plantea como una solución a la pérdida de poder adquisitivo del ciudadano, ¿qué implicaciones tiene que a esos problemas ya existentes se sume la pandemia?
La pandemia ha puesto en evidencia que el ahorro precautorio para crisis como esta es imprescindible. Nuestra herramienta con el modelo “Pensión por Consumo” es la maqueta para crear productos que generen cuantitativamente más ahorro y de una forma totalmente conductual, de forma que cuando lleguen estos momentos críticos todo el mundo cuente con una “despensa” financiera y no solo las clases medias y altas.
¿Por qué pagar al consumidor por reciclar? ¿Por qué creéis que es el reto con más adeptos?
El consumidor que recicla, no lo hacer por que le paguemos. El consumidor que recicla en este momento, recicla por concienciación y el incentivo para él es un reconocimiento que le hace intensificar su hábito y prescribirlo a su círculo cercano. Se trata de que la gente se divierta reciclando, colabore con su comunidad para mejorar sus huellas de Carbono, compita con otras comunidades…. Una especie de Strava del reciclaje que te paga a través de un partner.
¿Quiénes son precisamente esos usuarios? ¿Qué características les definen?
Los usuarios de RECICLA y Suma, son consumidores concienciados con el Medio Ambiente que quieren actuar de forma decidida para cambiar el futuro a mejor. Estadísticamente, en este momento, es mujer de 36,3 años y vive en una ciudad de más de 200.000 habitantes.
Vuestro objetivo es recompensar durante el primer año 2.000.000 de reciclajes, ¿en qué punto os encontráis ahora?
A principios de octubre (2 meses de funcionamiento), ya hemos llegado a los 20.000 reciclajes y tenemos 3 packs de 300.000 reciclajes pendientes de ser adquiridos por distintas empresas.
¿Cómo pueden las empresas participar en RECICLA Y SUMA?
Adquiriendo un “pack de sostenibilidad” que es comprar de 1000 a 1.000.000 de reciclajes por un precio que va desde los 36€ hasta los 30.000€. Así, por un precio menor que el coste de un clik, se asegura un número de interactuaciones enorme con la marca (cada día, o varias veces al día) de un consumidor potencial de su marca que es real y recicla (no es un avatar en una red social). El coste es la mitad que un “Me gusta” en una campaña de la Red Social más eficiente.
¿Cómo deberían comprometerse las grandes empresas con los ODS?
Actuando. Ya no es tiempo de hacer una comisión de estudio para llegar a una conclusión. Es tiempo de bajar a la calle y realizar acciones medibles en aquellos ODS que les corresponden por sector de actividad, zona geográfica, etc. Es el momento de los hechos. La Agenda 2030 no es una declaración de intenciones, es una hoja de ruta.
A nivel empresarial, ¿cómo fue vuestro proceso de inversión?
Comenzamos con pequeños préstamos bancarios que devolvimos, capital semilla para los primeros pilotos, préstamos participativos de SGR y financiación europea tras conseguir ser premiados en el programa H2020 de la Comisión Europea.
¿Queréis levantar nuevas rondas a medio/corto plazo?
Sí, pero no lo tenemos planificado.
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