"Todos los clientes de Circoolar tienen un nexo en común: su apuesta por la sostenibilidad y su deseo de construir un futuro mejor"

Circoolar es una startup que fabrica uniformes éticos y sostenibles mediante la transformación de botellas de plástico en tejido. Cada uno de los uniformes de Circoolar permite la reutilización de 18 botellas de plástico y están diseñados para no generar residuos. Además, las prendas son confeccionadas por mujeres en riesgo de exclusión social.
Celina Tamagnini, emprendedora con amplia experiencia en el mundo de la comunicación corporativa y Luis Ribó, que hace años se introdujo en el mundo de la sostenibilidad a través de la consultoría social, son los fundadores de esta compañía. Luis perseguía a Celina para convencerla para poner en macha algún proyecto de impacto social en la empresa multinacional donde trabajaba hasta que un día Celina le explicó su idea de negocio, le enamoró y los dos se pusieron manos a la obra.
La idea les llevó a ser ganadores del primer programa global de talento e innovación Eco-Disruptive de Bupa, matriz de Sanitas. Al inicio del programa los equipos de Bupa y Sanitas contactaron con 900 startups. Circoolar fue una de las 18 startups escogidas entre los proyectos de España y Chile, Australia y el Reino Unido para trabajar con los empleados de Bupa y Sanitas, y recibir financiación para desarrollar un producto mínimo viable con impacto positivo en el medio ambiente y la salud de las personas.
Ahora Sanitas y los negocios de Bupa Europe & LatinAmerica en México, Bolivia, Ecuador, Panamá y República Dominicana abren el periodo de búsqueda de startups para participar en la segunda edición del programa global de talento e innovación de Bupa, Eco- Disruptive. El plazo de búsqueda estará abierto hasta el 12 de octubre a través de la web.
¿Qué supuso para vosotros ganar el programa de talento Eco-Disruptive?
Un subidón total. Nacimos cuatro meses antes de la pandemia, con una propuesta de valor centrada en la ropa laboral cuando empezó el teletrabajo y muchos negocios cerraron. La cosa no fue fácil, pero conseguimos caminar. Ganar eco-disruptive supuso un impulso total, tanto a nivel moral, como económico, de visibilidad y de reconocimiento. Un premio al trabajo bien hecho. Un premio al compromiso y propósito social y compromiso social y medioambiental de Circoolar.
¿Cómo habéis vivido este último año tras haberos alzado con ese reconocimiento?
Muy intenso. Un trabajo duro pero con un gran equipo humano acompañándonos, el de Sanitas. Es increíble cómo el apoyo de una gran compañía consigue abrirte muchas puertas y demostrar que, aunque no se pertenezca a la industria textil, se puede crear impacto positivo.
¿De qué forma os ha impulsado la inversión de Bupa?
Nos ha permitido empezar a poner en marcha un proyecto de uniformidad ética y sostenible en sus clínicas dentales. También realizar labores de innovación en materiales, contactos con nuevos proveedores, nuevas iniciativas y triplicar la facturación gracias a este y otros proyectos que han salido. Hemos conseguido consolidar nuestro nombre como empresa especializada en ropa laboral e uniformidad ética y sostenible.
¿Por qué consideráis importantes este tipo de iniciativas?
Emprender no es fácil, y más si tu proyecto es de impacto y tiene un componente social. Iniciativas como eco-disruptive muestran claramente el compromiso de las grandes empresas tanto con la sostenibilidad como con las pequeñas que estamos empezando. Un impulso claro y necesario para nosotros y seguro que para los próximos participantes y ganadores.
¿Cómo decidisteis trabajar con mujeres en riesgo de exclusión social? ¿Qué supone para ellas formar parte de Circoolar?
Desde un inicio tuvimos muy claro que no queríamos centrarnos exclusivamente en el impacto medioambiental. Queríamos generar también un impacto social positivo. La industria textil, debido a la deslocalización de la producción, ha generado lo que actualmente se considera el “esclavismo del S.XXI”. Y no hace falta irse al sudeste asiático. Este problema existe también a nivel local. Lamentablemente, a fecha de hoy, son muchas las personas y colectivos en riesgo de exclusión que tienen que luchar por salir adelante y existen iniciativas como los talleres de confección de impacto. Talleres que generan segundas oportunidades para estos colectivos a través del empoderamiento, un trabajo digno, un sueldo digno. Desde un inicio tuvimos muy claro que queríamos formar parte de estas iniciativas y movimientos, así que sumamos a estos talleres a nuestro proceso de confección.
¿Qué proceso siguen las botellas recicladas para terminar siendo uniformes?
El poliéster obtenido de las botellas recicladas alcanza la misma calidad, durabilidad e incluso mejora el tacto porque, dado que los proveedores apuestan por la sostenibilidad, ponen sus esfuerzos en conseguirlo. Lo que cambia es la fuente de origen, en este caso, un residuo. Este es uno de los principios de la economía circular.
Básica y de forma simple, las botellas se trocean obteniendo lo que se llaman escamas. Dichas escamas se calientan y, a través de diferentes procesos, se obtiene hilo que se convertirá en tejido. Con este elaboramos parte de nuestras prendas.
¿Cómo disteis con ese desarrollo?
Por suerte, el hecho de trabajar con residuo PET para obtener tejido está cada vez más extendido. Contamos con proveedores partners pioneros y referentes que llevan tiempo trabajando con esta solución.
¿A quiénes vendéis esos uniformes? ¿Por qué apuestan por vosotros? ¿Hay conciencia sobre la importancia de consumir de forma sostenible y ética?
Nuestros clientes son totalmente transversales y pertenecientes a diferentes segmentos: farma, seguros, logística, hostelería, restauración, gran consumo... Todos tienen un nexo en común: su apuesta por la sostenibilidad y su deseo de construir un futuro mejor.
Apostar por Circoolar es darle un mayor valor a sus prendas, a su forma de vestir. Son muchas las empresas que visten a sus empleados cada día y hacerlo de forma ética y sostenible les aporta mucho valor. Primero, el valor medioambiental a la hora de la lucha contra el residuo, tanto plástico como textil (para muchos considerado el nuevo plástico en materia de residuo). También el valor medioambiental de usar materias primas que generan un menor impacto en el entorno en materia de emisiones de C02, consumo de agua y energía. Se une el valor social generado a través de la confección local con impacto y el valor en sostenibilidad a la hora de generar impactos reales, veraces y tangibles. Otro valor es el interno, de despertar el orgullo de pertenencia y engagement con los empleados que vestirán la “camiseta de los valores corporativos”. También internamente se crea el valor de fomentar una cultura interna basada en la sostenibilidad. Por último, otorgamos el valor en materia de comunicación, imagen y reputación posicionando a la compañía como una empresa activa y comprometida con el planeta y la sociedad.
Y es que como decimos en Circoolar, la ropa que elegimos es una herramienta de comunicación, concienciación y engagement. Nuestra forma de vestir explica quiénes somos y que queremos ser como individuos, como colectivo y como sociedad.
¿Os gustaría extender vuestro proceso a otras ramas textiles, otros sectores, etc? ¿A cuáles y cómo?
De momento estamos muy centrados en la ropa laboral, uniformidad y merchandising textil corporativo. Con eso ya vamos bastante “a tope”, pero el futuro ya dirá.
¿En qué momento os encontráis a día de hoy con respecto a la inversión?
Justo ahora iniciamos la segunda ronda de inversión que nos permita profesionalizarnos aún más y ubicarnos en la parrilla de salida frente a la gran revolución del textil. De cara al 2025 se plantean nuevos cambios y realidades: la ley de residuos y circularidad, ley de responsabilidad del productor, recogida selectiva de textil en nuestras ciudades, etc. El textil será el nuevo trending topic en materia de sostenibilidad. ¿Cómo van a reaccionar las empresas frente a esta nueva realidad? En su día ya hicieron un cambio en materia de plástico o movilidad eléctrica. Ahora tocara la evolución en materia textil, y debemos estar preparados.
¿Qué tipo de dificultades os habéis encontrado en este sentido por ser una empresa sostenible?
Como hemos dicho anteriormente, ser una empresa sostenible, una empresa que apuesta por la sostenibilidad o que vende un producto ético y sostenible, no es nada fácil. Nuestro principal enemigo actualmente podríamos decir que es el precio. O mejor dicho, la percepción de precio. El sistema lineal actual y conceptos como la obsolescencia programada y más en la industria textil (con el modelo fast fashion) nos ha llevado a aceptar precios irreales como precios reales. Exigimos precios baratos. Compramos prendas a precios irrisorios (low cost) sin plantearnos que hay detrás de cada prenda (know cost).
Si el consumidor (y las empresas) supiesen lo que hay detrás de algunas prendas, estamos seguros que no las comprarían.
En Circoolar no vendemos prendas, creamos impactos. Ofrecemos la posibilidad de construir un presente más justo y sostenible a través de un pequeño gesto diario como es el de vestirse.
¿En qué países estáis instalados a día de hoy? ¿Cómo visualizáis el futuro en este sentido? ¿Qué planes de internacionalización tenéis?
En estos momentos estamos centrados en España, con posibilidad de expandirnos a nuevos países.
Más allá de la expansión, ¿cuáles son las metas de Circoolar en cuanto a crecimiento en clientes, facturación, etc?
A día de hoy hemos triplicado la facturación. Tenemos nuestro plan de crecimiento, que por cierto es exponencial. Lo más importante es que el crecimiento económico va acompañado de un crecimiento de impactos sociales y medioambientales. Tenemos un modelo que combina profit con purpose. Un modelo que nos ha llevado a ser la primera marca especializada en ropa laboral en formar parte de la comunidad Bcorp. Y esa es la energía que nos despierta y nos motiva cada día.
Número de empresas tech e innovadoras en España
Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.