Desmontando Silicon Valley: mitos y realidades
Nadie duda de la existencia de un conjunto de valores y comportamientos que subyacen el éxito y atractivo de Silicon Valley y que le han convertido en un ecosistema único y líder mundial.
En España los valores, costumbres y mentalidad que nos definen sirven de poco en entornos tan diferentes como el de USA. Para tener posibilidades en Silicon Valley no hay más remedio que renunciar a estos valores e incorporar los que allí rigen.
Los emprendedores en Silicon Valley están acostumbrados a crear y crecer desde cero, y son muy adaptativos. Les cuesta muy poco adaptarse a los cambios y a las nuevas circunstancias. De ahí se explica su habilidad para liderar nuevos sectores y marcar el rumbo tecnológico y de tendencias de mercado en la mayoría de actividades.
Las empresas de éxito en Silicon Valley, conocidas por todos, son muy dinámicas y se reinventan continuamente, sometiéndose a una rotación voluntaria. Como destacaba Valentín Pitarque, reconocido inversor en la Bay Area, estas compañías están siempre dispuestas a cambiar o adaptarse sin límites para aprovechar las nuevas oportunidades.
El aperturismo social es una de las señas de identidad de Silicon Valley y la base para la tolerancia al riesgo y la predilección y estímulo hacia la creatividad.
En California y en USA en general la meritocracia es lo que cuenta. Como me decía Santiago Corredoira, se te valora por lo que ofreces, no por tus recomendaciones o referencias. Evidentemente las conexiones personales también importan pero sólo como un empujón final, nunca como criterio prioritario de admisión.
El emprendedor requiere gran capacidad para tolerar la incertidumbre porque el futuro de las compañías normalmente pende de un hilo y no hay tiempo para relajarse y acomodarse. Es una lucha sin cuartel y a contra reloj, enfrentándose a constantes obstáculos como el de la búsqueda de inversores.
Además de la incertidumbre el emprendedor debe tolerar la frustración y activarse con pensamientos positivos que le devuelvan la confianza. El emprendedor americano cree firmemente que en cualquier momento puede encontrar un cliente top, convencer a algún “developer crack”, o conseguir que un buen inversor estudie seriamente su propuesta.
El emprendedor debe acostumbrarse a sobrellevar la ansiedad. Gestionar una start-up puntera pone al emprendedor en situaciones extremas que debe saber gestionar.
Decidir rápido es fundamental, porque en muchas start-ups el plazo real desde lanzamiento hasta lograr inversores es de tan sólo 1 año. Con un plazo tan corto hay que trabajar mucho y a contrarreloj, multiplicarse y acertar en las decisiones.
La cultura de repartir equity y la figura de los Advisory Boards potentes, típicos en Silicon Valley son exportables a España.
La cultura de “compartir y repartir” redunda en una menor carga económica para la start-up, a cambio de repartir “equity” entre distintos “stakeholders” que la ayuden en las fases iniciales de arranque y lanzamiento al mercado.
El modelo “equity for employees” está muy arraigado e implica que la empresa se compromete a distribuir un porcentaje de sus acciones entre sus trabajadores, en función del status del empleado (lo relevante que sea para la empresa), el tiempo de permanencia o los objetivos cumplidos. El porcentaje en manos de los trabajadores va creciendo con el tiempo, lo que supone un buen incentivo para ellos.
El mercado laboral en Silicon Valley y en gran medida en el conjunto de USA, está muy polarizado en dos áreas, es una sociedad cada vez más dual:
1. Personal con habilidades avanzadas.
2. Resto, sin habilidades destacables.
Como muy acertadamente me decía Hector García, prestigioso investigador en Berkeley Lab, la globalización y la automatización están provocando menores necesidades de personal en puestos poco cualificados, provocando la precarización de los puestos de trabajo de poca cualificación porque compiten con tecnologías automatizadoras.
En cambio, en el otro polo, el de los empleos cualificados, especialmente los de carácter tecnológico, los salarios suben con rapidez. El perfil de software developer o engineer es el top en Silicon Valley y se ha generado una gran pugna entre empresas por atraer el mejor talento.
Silicon Valley es un ecosistema que da la bienvenida a talento procedente del exterior. Es seguramente el polo de atracción de los tecnólogos y emprendedores de mayor talento a nivel mundial.
Hoy en día, los emprendedores procedentes de Asia (principalmente China e India), acaparan la mayoría de nuevas startups en Silicon Valley. Los emprendedores indios son especialmente innovadores y disciplinados y se benefician de la potente comunidad india, con emprendedores, inversores, top managers, con un alto sentimiento de pertenencia y que se apoyan mucho entre ellos.
Jordi Plana, fundador de Beezy, resaltaba el aperturismo como un rasgo típico de la Bay Area, una sociedad particularmente abierta que acostumbra a dar a todo emprendedor la oportunidad de explicar su proyecto. Se fijan en lo que propone el emprendedor, independientemente de cómo sea, de donde venga. Lo que importa es el proyecto, si interesa adelante y sino, rápidamente se descarta.
Por otra parte, el sistema educativo USA presenta varias carencias notables. Hector García hacía hincapié en el bajo nivel de los estudiantes en matemáticas.
Las empresas más punteras necesitan a matemáticos y físicos que el sistema educativo nacional no está en condiciones de aportar. El perfil más valorado es el de matemáticos que sepan programar. También contratan de fuera a buenos ingenieros en desarrollo software.
Los perfiles más demandados y que resultan escasos entre los titulados americanos son:
- Computing + Maths
- Computing + Physics
La necesidad de captar profesionales extranjeros contrasta con las trabas a la inmigración.
Eneko Knorr me explicaba que el número de visas son muy limitadas y la permanencia a largo plazo en el país está muy restringida y sometida a control.
La “Green card” que permite trabajar por un tiempo prolongado en USA resulta muy difícil de conseguir y costosa. Al menos hay que pagar 4.000-5000 $ y demostrar que no hay ningún ciudadano USA que pueda realizar ese trabajo.
En Silicon Valley saben muy bien que la creatividad del futuro estará cada vez más vinculada a modelos de innovación disruptiva. Muchos opinan que se superará el “lateral thinking” y se avanzará hacia el “asymmetric thinking” porque las innovaciones disruptivas son eminentemente asimétricas.
Frank Giunta, mi mentor en UC Berkeley, tristemente desaparecido, hacía hincapié en el uso creciente del enfoque de los Skunkworks, término utilizado para describir a un grupo dentro de una organización dotado de gran autonomía, no afectado por burocracia y al que se le encomiendan trabajos en proyectos avanzados o secretos.
En Silicon Valley se espera que las start-ups demuestren una clara orientación a la venta desde el principio, desde su gestación.
En Silicon Valley tienen especial aprecio y afán por todo lo que sea nuevo, lo consideran positivo para ellos y para la sociedad. La novedad es valiosa e innovar es bien recibido porque se considera como un acicate para avanzar y reportar nuevas ventajas y beneficios. Si conlleva un avance tecnológico, nuevas funcionalidades y una “user experience” bien trabajada, las posibilidades de éxito se multiplican.
USA es un campo abonado para probar nuevas tecnologías y nuevas soluciones porque el mercado es muy abierto a las novedades. Este comportamiento exhorta a explorar y a experimentar aun con el riesgo de no fructificar.
El fracaso empresarial es una percepción muy vinculada al entorno social y cultural de donde provenga el emprendedor. Fracasar supone casi un estigma para el emprendedor español. En cambio el emprendedor USA no sufre este tipo de presión, sino al contrario, se siente estimulado a probar y fracasar, sin ninguna penalización social y menores implicaciones económicas. Por ello, aceptan rápidamente el fracaso y lo califican como una oportunidad para aprender y mejorar.
Más del 90 % de las start-ups desaparecen, pero esta estadística no parece importar al ejército de emprendedores llegados de todo el mundo que aterriza continuamente en esta pequeña zona conocida como la Bay Area. Pero, ¿por qué?
De las variadas razones que pueden argumentarse una despunta sobre las demás: Porque únicamente la tecnología avalada desde la BA-SV tiene opciones de triunfar. Como me decía Eneko Knorr, su implantación desde aquí es mucho más rápida y se difunde a todo el mundo. Tener la aprobación en Silicon Valley da credibilidad y supone un aval y espaldarazo definitivo para la tecnología desarrollada.
Ese es el principal motivo de muchos emprendedores para instalarse en Silicon Valley porque saben que desde este emplazamiento resultará más fácil abrirse y penetrar el mercado mundial.
En la siguiente entrega pasaré a desgranar el complejo ecosistema emprendedor de la Bay Area, destacando sus indiscutibles ventajas, pero sin olvidar las inevitables exigencias que conlleva instalarse en un entorno tan "Top".