Así queda Wayra tras remozar su estructura: la misma filosofía bajo una narrativa más homogénea

Wayra es una marca sobradamente conocida en el ecosistema. Fundada en 2011, hoy funciona como el brazo de corporate venture capital de Telefónica tras una reorganización que explica la directora de Wayra España, Paloma Castellano. “Este año hemos decidido aunar toda la actividad inversora y de innovación abierta en torno a la misma marca. La organización gana en uniformidad y aúna la inversión de Telefónica en etapas más tempranas (donde la tesis es más flexible) y en otras donde el ticket es superior cuando el nexo con el negocio de nuestra compañía es mayor”.

Castellano forma parte de la élite inversora del país, es decir, de ese elenco de personas con capacidad para tomar decisiones que acaban traducidas en empleos y riqueza. Wayra, recuerda, opera mucho más allá de España, con siete hubs diseminados por Europa y Latinoamérica y una hoja histórica de servicios que incluye 233 millones de euros de inversión acumulada, 172 exits, 530 startups activas en el porfolio y otras 190 que actualmente trabajan con Telefónica.

Como big tech española, la multinacional que dirige José María Álvarez-Pallete abraza la filosofía del elefante y el picabuey. Partiendo de inversiones en fases tempranas por un mínimo de 100.000 euros y siempre en comandita con otras gestoras de fondos, lo que Telefónica persigue es identificar empresas pujantes de ADN tecnológico con soluciones disruptivas susceptibles de ser trasvasadas tanto a su negocio como a terceras compañías con las que colabora.

Hasta el reciente rediseño de la estructura, Wayra se ocupaba del early stage con un planteamiento transversal que tocaba desde la IA hasta el blockchain pasando por la nube o el internet de las cosas. Lo que antes hacía Telefónica Ventures (esos tickets más generosos, de hasta cinco millones, y esa ligazón más profunda con la matriz) queda ahora bajo el paraguas de la propia Wayra.

“Hablamos de unos 8 millones de inversión al año y de entre dos y tres millones destinados sólo a España. La parte de growth la sigue liderando Pablo Moro. Estamos presentes en todos los países donde opera Telefónica y vigilamos lo que pasa en dos de los ecosistemas más boyantes del mundo, Silicon Valley e Israel. Wayra opera en Alemania y Reino Unido, en Latinoamérica (México, Colombia, Perú, Chile y Argentina) y, como categoría aparte por su peso demográfico y económico, en Brasil”, desgrana Castellano.

EL ACOPLE AL VC

Pese a tratarse de una plataforma de inversión con las singularidades derivadas del corporate venturing, los procesos de Wayra son similares a los de cualquier gestora. “Contamos con un grupo global de analistas y nuestra posición es la de acompañar a terceros en rondas que preferimos no liderar. El dealflow nos viene normalmente de otros fondos y hemos invertido con la mayoría de los de primera línea, incluidos Seaya, K Fund y Kibo, pero no aún conMundi Ventures”, destaca la directiva afincada en Madrid.

“Wayra -reivindica Castellano- es un proyecto de país. Hemos sido ancla para el primer fondo serie B de España, Leadwind, y siempre hemos intentado apoyar sin fisuras al sector tecnológico. Tenemos muchos mimbres como nación, pero necesitamos retener el talento y conseguir que nuestros fondos de referencia administren aún más recursos. Desde aquí se pueden construir equipos globales”.

NOMBRES Y SECTORES

Para ilustrar el carácter versátil de Wayra, Castellano cita algunas inversiones. Próximas al núcleo del negocio están, por ejemplo, Hiya (identificador y bloqueador de llamadas) y Airalo (eSIMs para viajes). Un vistazo a las firmas que forman o han formado parte del portfolio desvela movimientos interesantes: desde la Idoven de Manu Marina, especializada en cardiología e IA, hasta la edtech OpenWebinars, pasando por startups con pie o pie y medio en otro vertical de moda, climate tech, como ClimateTrade, Ezzing Solar y Solum. “La ventaja de Wayra es que trabaja no sólo con la perspectiva del rendimiento financiero, sino también del desarrollo de negocio. Intentamos allanar el camino a los emprendedores y ponerles en contacto con otros que han avanzado hacia fases superiores. Si los fundadores de Crossmint levantan una ronda en Miami, resulta de máxima utilidad que esa experiencia se comparta”.