La española Quanvia adquiere la latinoamericana Nimoy Cognitive Computing

Quanvia, empresa spin-off de la Universidad del País Vasco ha adquirido a Nimoy Cognitive Computing, reconocida en América Latina por el desarrollo de soluciones de inteligencia artificial y la computación cuántica.

Esta adquisición llega en un momento clave de esta tecnología. En ella, la velocidad de los desarrollos en hardware y software han crecido exponencialmente en los últimos años. Ha ocurrido lo mismo en las inversiones asociadas a iniciativas enmarcadas en este nuevo mercado.

"Estamos muy felices de poder acercar los beneficios de la computación cuántica a las empresas de América Latina, y seguir apostando a la educación y desarrollo de talento latino en este sector", ha explicado Javier Mancilla, Managing Partner de Quanvia.

Además, uno de los fundadores de Quanvia y destacado académico en el área de la física cuántica, Enrique Solano, ha declarado que: "los divulgadores de esta tecnología debemos centrarnos en lo que hoy es aplicable y útil para las empresas".

LA COMPUTACIÓN CUÁNTICA, UNA TENDENCIA AL ALZA

La computación cuántica se basa en un nuevo paradigma de procesamiento. Este, se rige por la manipulación de partículas como fotones o iones para obtener resultados más precisos y con mayor velocidad bajo problemáticas específicas. Estas últimas generalmente se enmarcan en los ámbitos de criptografía, optimización, machine learning o simulación. Las principales áreas industriales beneficiadas son la financiera, seguros, logística, química, biomedicina, energía, entre otras.

De hecho, la empresa ya cuenta con algoritmos desarrollados capaces de operar en problemas de combinatoria compleja. Este tipo de casos se pueden aplicar en rutas de distribución o delivery de mercancías. Al haber varios puntos por los cuales se deben pasar, las combinaciones pueden elevarse a millones si lo que se trata es hacer más eficiente el uso del combustible O tiempo.

Para procesar y entregar la solución más precisa, una computadora clásica podría tardar semanas en comparación a una cuántica que solo tardaría segundos.