El ecosistema europeo contratará a 100.000 trabajadores en 12 meses

A principios de 2019, 30 CEOs de las startups europeas más relevantes como N26, Blablacar, Transferwise, Revolut o Omio, entre otras, firmaron una carta en la que expresaban la necesidad de atraer talento a Europa. En la misiva recordaban que el sector tecnológico del continente nunca había sido tan fuerte, y apuntaban que, en los próximos doce meses, las startups europeas necesitan contratar a más de 100.000 trabajadores. La realidad expresada en este mensaje se ve también reflejada en un mercado laboral que, cada vez con mayor entusiasmo y recurrencia, requiere de perfiles tecnológicos con habilidades que se adapten a los requisitos del ecosistema startup. La propia naturaleza de esta demanda desemboca en el auge de la formación online, con ventajas tan obvias con la adaptación a los tiempos de cada estudiante o la posibilidad de compatibilizar la actualización de conocimientos con otras actividades.

Otra de las consecuencias de dicha coyuntura es que la oferta formativa se encamina hacia temáticas como la programación, el marketing online, blockchain, big data o emprendimiento. En este contexto, aparecen propuestas como el posgrado de experto universitario en App store marketing de la Universidad Isabel I, enfocado hacia el conocimiento práctico de la creación y comercialización de una app exitosa en un mundo digital donde la navegación móvil y el sector de las apps crece cada día.

A día de hoy, los españoles tienen de media 34 apps en su Smartphone, lo que hace fundamental desarrollar cada vez más y mejores aplicaciones móviles. Sin embargo, los usuarios que realizan gastos dentro de las apps se reduce y uno de cada seis nunca ha comprado en apps. Este dato, unido a que el 80% de las aplicaciones que se instalan se utilizan una única vez, es una de las razones que convierte en esencial un desarrollo eficaz, eficiente y convertible.

El avance en España y en Europa hacia una sociedad con mejores diseñadores, desarrolladores o ingenieros no pasa únicamente por este progreso y adaptación de la educación a los tiempos, sino también a una dedicación por parte de políticos e instituciones privadas. Así lo recogieron también en la carta los representantes de las startups, que reivindican políticas que pongan a los europeos en una posición de igualdad con respecto a otros ecosistemas. El verdadero cambio sólo podrá producirse cuando todos los agentes remen en la misma dirección y conviertan a la tecnología en un competidor duradero y eficaz.