Como ya sabemos la financiación pública es insuficiente para poder cubrir todo el ciclo de vida de una compañía del sector salud. De hecho, es cada vez más habitual fuentes de financiación pública que contienen en sus bases el requisito de que exista un porcentaje de financiación privada dentro del proyecto.
La financiación privada, y en este caso la no bancaria, es la alternativa de financiación principal en la mayoría de los proyectos empresariales y dentro de esta el Capital Riesgo o Venture Capital supone el vehículo principal.
Los orígenes de las actividades de Capital Riesgo en España se remontan a la década de los años 70 liderada por el ámbito público con la intención de impulsar el proceso de industrialización del país y la transformación de ciertas economías regionales desde los sectores primario (agricultura, ganadería y pesca) hacia el secundario. La entrada de España en la Unión Europea y la atracción de capital extranjero impulsó notablemente la actividad privada, que a principios de los 90 ya tenía una preponderancia superior a la pública en términos de recursos gestionados. La última parte de los 90 y el cambio de siglo vinieron marcados por el «boom» de las compañías tecnológicas y de internet que posteriormente se expandirían al sector Biotech, las cuales hicieron cambiar el foco de la industria desde empresas consolidadas a compañías start-up o en fase inicial de desarrollo. La crisis financiera del 2008 en España potencia aún más esta alternativa financiera ante la imposibilidad de los bancos en prestar el dinero en condiciones accesibles a estas empresas.
En la actualidad este tipo de financiación goza de buena salud, como muestra BIOCAT en su informe de la BioRegión de Cataluña 2021. En el informe se destaca que la inversión captada por las empresas emergentes de salud ha crecido un año más en Cataluña. El ecosistema ha vuelto a superar la barrera de los 200 millones y ha marcado un récord con 238 millones de euros levantados en 2021.
Esta misma tendencia también se refleja a nivel de toda España, como recoge el ”Informe ASEBIO 2020”, donde se indica que el volumen de capital privado captado por el sector biotech durante el año 2020 aumentó en España el 46% respecto al 2019.
Estos datos siguen estando liderados por el Capital Riesgo invirtiendo un total de 187 millones de euros en 2021, donde la inversión en biotecnológicas continúa siendo la principal.
Pero pese a que el Venture Capital constituye el modo de inversión prevalente respecto al volumen de inversión existente hay otros métodos de financiación como las 3 F (donde la inversión viene del entorno próximo del investigador que son: Family, Friends and Fools), los Business Angels y el Crowdfunding.
Las Venture Capital, al menos en el Sector de las start-ups en salud, normalmente co-invierten con otras sociedades en rondas de financiación elevadas cuando la start-up tiene un grado de maduración elevada. El problema radica en sobrevivir en los pasos previos a alcanzar ese grado de maduración, donde la inversión pública o privada de rondas semilla o rondas iniciales llevadas a cabo por las 3F o Business Angels es insuficiente para tener un producto lo suficientemente avanzado para que sea de interés para la ronda de Venture Capital orientada habitualmente hacia la validación clínica. Muchas de las start-up fracasan cuando el Venture Capital les exige más experimentos para elucidar mecanismos de acción y/o fases preclínicas en caso de fármacos o la obtención de prototipos en MD. Este espacio de tiempo es al que se denomina en la jerga financiera “Valle de la Muerte” y corresponde al periodo comprendido entre el momento que una start-up recibe su financiación inicial hasta que logar obtener ingresos por ella misma. Es aquí donde el crowdfunding ha pasado a cubrir ese espacio o gap evitando que muchas de estas prometedoras start-ups pereciesen por falta de inversión para avanzar en su investigación. Otros instrumentos recientes, que conviene nombrar, son los correspondientes a vehículos de inversión early-stage como GENESIS Ventures y GENESIS Tech Transfer Boost, que invierten tickets pequeños en proyectos poco maduros con el objetivo de acelerar su desarrollo y alcanzar hitos de valor clave para fundar la empresa y atraer una primera ronda de inversión de otros fondos de riesgo.
El Crowdfunding es una alternativa que surgió en países precisamente por la carencia de poco capital para financiar proyectos en las primeras fases del ciclo de vida. El crowdfunding aglutina a muchos pequeños financiadores donde las cantidades mínimas para invertir pueden ser muy bajas y que de otra manera no tendrían la oportunidad de invertir. La cantidad máxima de financiación que puede obtener una empresa por este método en España es de 2M€. El número de inversores es muy elevado y para favorecer la gestión, los inversores se sindican para otorgar poderes notariales en la toma de decisiones a favor de los fundadores.
En la siguiente tabla se realiza una comparativa de los diferentes modos de financiación privada:
En la actualidad existen diversas plataformas de crowdfunding en España que contemplan al sector salud entres sus inversiones: Startupxplore, Crowdcube, Dozen Investments.
Pero la única plataforma de crowdfunding especializada en la captación de inversión para empresas del sector salud es Capital Cell, a través de ella se captaron catorce millones de euros en 2020, contribuyendo al cierre de catorce rondas de financiación, frente a los diez millones de euros de 2019. Y en este 2021 esta cifra se ha visto incrementada hasta alcanzar más de 17 millones de euros en la realización de 18 rondas de financiación, constituyendo una proporción muy importante de las rondas de sector salud de 2021 según el periódico Expansión.
Por lo tanto, se está observando cómo el crowdfunding cada vez supone una parte más importante de las rondas del sector salud como se reflejó en el mencionado periódico, donde se mostró como varias de las rondas más importantes de este sector en 2021 en Cataluña corresponden a este tipo de financiación.
Todo hace suponer que este modo de financiación seguirá aumentando. La irrupción del COVID y la aparición de las vacunas y otros medicamentos ha cambiado la percepción del pequeño inversor hacia este sector biomédico convirtiéndolo a sus ojos en un valor de interés con un factor de multiplicación de inversión muy atractivo.