Los incentivos de ahorro por actividades de I+D+i son cada vez más habituales en empresas de cualquier tamaño. Por ejemplo, se pueden aprovechar las deducciones fiscales para recuperar parte de los gastos incurridos, generando un crédito fiscal que se puede aplicar para reducir el impuesto sobre sociedades, o monetizar (solicitar el abono) en caso de insuficiencia de cuota. También se pueden aplicar Bonificaciones que permiten reducir las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad Social, para el personal contratado en plantilla dedicado a I+D+i, lo que incluye el desarrollo de software.
Desde Núbica, trabajamos estos incentivos, siendo una de las 20 empresas con más volumen de informes motivados de deducción fiscal al año, y obteniendo un 100% en la tasa de aprobación de este incentivo.
Cada vez más, nos encontramos con empresas que aplicaron bonificaciones a la Seguridad Social en primer lugar, y que se arrepienten de ello por un motivo muy concreto: las bonificaciones son incompatibles con la deducción fiscal salvo que la empresa tenga un “sello de pyme innovadora”, mientras que, para conseguir este sello, una de las vías es disponer primero de una deducción fiscal con informe motivado.
En otras palabras, si una empresa comienza trabajando las deducciones fiscales por I+D+i y obteniendo un informe motivado, obtendrá el sello de pyme innovadora y luego podrá aplicar Bonificaciones a la Seguridad Social de forma compatible. Hacerlo a la inversa dificulta o imposibilita tal compatibilidad.
Como suele ocurrir, no hay una receta válida para todas las empresas. Si una entidad no va a superar cierto volumen de gasto anual en los próximos ejercicios, es posible que no le interese la deducción fiscal con informe motivado (además conlleva un coste de certificación asociado) y que prefiera aplicar solo las bonificaciones a la Seguridad Social, que es un ahorro inferior pero más directo.
Sin embargo, muchas empresas terminan queriendo aprovechar las deducciones, ya sea para aplicarlas en el modelo 200 o para solicitar su abono, y en ocasiones no habían sido informadas de este incentivo antes de aplicar bonificaciones a la Seguridad Social, y de las posibilidades de compatibilidad entre ambos.
Contar con una buena consultora que prevea todos los escenarios e informe de cuál podría ser la hoja de ruta óptima según las características de cada empresa, es importante para no dejar pasar oportunidades y optimizar el retorno sobre los gastos e inversiones a la I+D+i en las empresas.