El desalojo de las acampadas de Egipto se convierte en una matanza

Decenas de manifestantes han perdido la vida en Egipto tras las cargas policiales que tenían como objetivo desmantelar las acampadas de los seguidores partidarios a Mohamed Morsi en las plazas de Rabea al Adayiya y Al Nahda. La cifra de fallecidos es inexacta, según las fuentes oficiales hay 13 muertos y 98 heridos, mientras que los Hermanos Musulmanes han cifrado las víctimas en un centenar. La agencia APF habla de 43 islamistas fallecidos.

El Ministerio de Interior había anunciado en un comunicado días anteriores que en breve se iba a dar comienzo a la operación para desmantelar las dos acampadas de protesta, una en la plaza de Rabea al Adauiya, en el distrito de Ciudad Naser, y la otra en la plaza del Nahda, en Giza, a 20 kilómetros de la capital. También comunicaron la suspensión de todas las líneas de ferrocarril del país ante la amenaza de que los islamistas reciban refuerzos.

Durante la operación se han detenido a 200 personas, supuestamente armadas, de entre ellos varios líderes de los Hermanos Musulmanes. A pesar de la violencia de las cargas y la cantidad de víctimas, el Ministerio del Interior ha insistido en que sólo se ha utilizado gas lacrimógeno.

Aún hay helicópteros sobrevolando el centro de El Cairo llamando por megafonía a los seguidores de Morsi a que se vayan a casa, pero los manifestantes continúan congregados. Los buldóceres ya han comenzado a derribar la acampada entre fuertes enfrentamientos en los que se divisan barricadas ardiendo.

Los Hermanos Musulmanes se han dirigido a sus fieles para hacer un llamamiento a salir a las calles y no permitir “la masacre”. Han insistido en que la gente más bien “irá a un cementerio” que a casa. También han denunciado a través de Twitter que las autoridades han detenido a decenas de manifestantes durante el ataque.

CARGAS CON GASES LACRIMÓGENOS DESDE EL CIELO

Las fuerzas del orden comenzaron a disparar gases lacrimógenos contra las acampadas desde los helicópteros a primera hora de la mañana. Algunos testigos hablan de haber visto paracaidistas descender hacia las acampadas. Tres de los fallecidos son policías que recibieron disparos en la cabeza. La policía ha informado que tiene casi bajo control la plaza de Nahda, en Giza.

La televisión estatal ha explicado que en estos momentos la policía está dispersando la acampada en El Cairo, donde se han mostrado imágenes de tiendas de campaña arrasadas y vehículos abandonados. Las acampadas, de las que salen grandes columnas de humo, han sido rodeadas por los agentes antidisturbios.

LA MECHA PRENDE EN TODO EL PAÍS

Los Hermanos Musulmanes han llamado a sus fieles a tomar las calles para impedir "una masacre". ”Esto no es un intento de acabar con la protesta, sino una eliminación sangrienta de cualquier voz que se opone al golpe militar”, ha declarado el portavoz de la organización, Gehad al Hadad, en Twitter. Los islamistas se han echado a las calles por todo el país y están ocasionando disturbios en las ciudades de Alejandría, Asuán y más distritos de la capital.

En El Cairo, cientos de seguidores del depuesto presidente se han reunido en la plaza de Mustafa Mahmud, en el barrio de Mohandesin, donde han levantado barricadas para cortar el tráfico y se han enfrentado a la policía a pedradas. En Asuán el edificio de la gobernación ha tenido que ser evacuado cuando centenares de personas se han congregado frente al mismo. En Alejandría el paseo marítimo ha sido cortado por los seguidores de Morsi. Una Iglesia ha sido quemada en la céntrica localidad de Shagag.

En un testimonio recogido por la CNN, uno de los manifestantes ha amenazado al gobierno: “Lo quemaremos todo. Nos convertiremos en bombas humanas”.

La situación se recrudece en Egipto después de casi mes y medio de protestas. El pasado 3 de julio el Presidente electo Mohamed Morsi fue derrocado por el ejército y desde entonces sus seguidores no han cesado de protestar para exigir el regreso de su presidente.