Muñiz la lía en Elche

Un final inesperado y caótico para un Elche con ilusión. Un final desesperado que trastocó las expectativas del equipo alicantino en un campo cargado de máxima tensión en los últimos minutos de partido.El Elche supo cómo reaccionar durante todo el partido, sabía cómo enredar a un Madrid aturdido ante tanta usurpación. Vimos a un Elche activo en el campo, tocando el balón, incluso realizando algún que otro contragolpe. Pero ni con éstas, el Madrid reaccionó.Sus jugadores estaban sumidos en un profundo aburrimiento, tratando de hacer hueco y de mantenerse despierto. Y fue por esto, que su adversario aprovechó esa decadencia para marcar su primer tanto.

El Elche leyó bien las ideas de Fran Escribá. El mediocampo, lanzado por Rubén Pérez, salió en estampida en cuanto vio una oportunidad y el equipo tiró el fuera de juego como si sus zagueros estuvieran atravesados por la barra de un futbolín. Así se explica que el Madrid no atinara ni una vez la espalda de los centrales. De ahí la monotonía del fútbol madridista.

Todo ocurriría en la segunda parte. El protagonista, Muñiz Fernández al que el partido se le fue de las manos al no sacar a Ramos una indiscutible segunda amarilla. Cristiano Ronaldo sacó de falta, igualando el marcador. Pero vendría la ‘gran actuación’ de Muñiz al pitar un penalti de Carlos Sánchez a Pepe que no lo pareció y CR no perdonó desde el punto de penalti. No falló y mantuvo al Madrid a dos del Barça y del Atleti con la colaboración del árbitro. Un final de chispas en un Martínez Valero, en el que aún no estaba todo decidido.

Y SE HIZO EL CÁOS

El panorama cambió por completo. El partido se revolvió y lo donde imperaba el orden se desencadenó la pasión. Se imaginan: emoción descontrolada y corazones asomando por la boca. El Elche también supo jugar a eso, pero el Madrid lo hace mejor. Por cada aproximación leve de los locales, el Madrid acumulaba dos acercamientos asesinos, de los que pasan la cuchilla por el cuello del portero.

Pero el Madrid cayó en un error y es dar por finalizado el encuentro antes de tiempo. Apareció en el 91’, Boakye, que consiguió el empate con un cabezazo casi a quemarropa. El público también se precipitó al celebrarlo. Muñiz había salido poco en la televisión y arregló el asunto en el 94. Desde hoy, sus cinco minutos de gloria serán horas y días.

MUÑIZ, TODO UN PAPELAZO

El final devorará todo lo ocurrido en el Martínez Valero, un partido peleadísimo que pareció encontrar justicia con el empate de Boakye en el minuto 91. Sin embargo, la indignación de unos y el alivio de otros se comprende mejor al repasar lo sucedido, al recordar lo que costó avanzar cada metro, hasta que Muñiz ganó todos los metros de golpe.