"La digitalización ofrece la oportunidad de trabajar en nuevos medios que rompen con las limitaciones que había en la Interpretación del Patrimonio"

La Sibila es una empresa cultural que aplica las nuevas tecnologías para dinamizar espacios culturales o digitalizar del patrimonio histórico. A partir de la investigación arqueológica de los yacimientos y del conocimiento de la historia universal de la arquitectura por la Historia del Arte, La Sibila hace posible la reconstrucción virtual con un alto grado de exactitud científica de restos que se conservan en los yacimientos y conjuntos arqueológicos.
Abel Martín-Bejarano y Eduardo Galnares son los fundadores de esta compañía. Ambos coincidieron en el MARPH (Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico ETSA US e IAPH) de 2007. Este supuso para ellos, tal y como cuentan a El Referente, "una fuerte confrontación (en el sentido más positivo) de una formación de un marcado carácter humanista (Historia del Arte) con una serie de disciplinas técnicas que se servían de herramientas tecnológicas para la investigación y el desarrollo de proyecto".
Su experiencia resultó fundamental a la hora de plantearse qué utilidad podían tener estas herramientas en la investigación y, sobre todo, en la difusión e Interpretación del Patrimonio Cultural en la Historia del Arte. Sobre esa base, surgió la idea de utilizar dispositivos como móviles y tablets para transformar la forma en la que tradicionalmente se accedía a información en la visita a Espacios Culturales.
Así comenzaron a trabajar en un Plan de Negocio que demostrara la viabilidad de su empresa hasta llegar a Minerva en 2012. La aceleradora de empresas de base tecnológica respaldada por la Junta de Andalucía y Vodafone trabaja para impulsar el emprendimiento TIC y para ayudar a las empresas a consolidar sus negocios en Andalucía. En su programa participan proyectos, startups y empresas de todos los sectores. Siempre y cuando la base fundamental de su modelo de negocio sea la tecnología. Como colaboración público-privada, es una iniciativa sin coste para el emprendedor y no entra en el capital de las empresas aceleradas.
¿Cómo habéis visto mermada vuestra actividad a raíz de la pandemia?
Realmente, a nivel de producción no nos ha afectado. El hecho de que para nosotros sea habitual el teletrabajo y el uso de nuevas tecnologías, ha minimizado el efecto que la pandemia ha podido tener sobre nosotros a nivel de producción y desarrollo de proyectos. Tampoco se ha visto seriamente afectada la contratación de nuevos proyectos en los que estamos ya trabajando. De hecho, en cierto sentido, la virtualización del patrimonio ha sido clave a la hora de que el visitante pudiera seguir visitando virtualmente espacios culturales remotamente. Esto ha hecho entender mejor la importancia de la virtualización de nuestros Espacios Culturales.
¿Y el sector en general? ¿Cuándo creéis que se podrá alcanzar la normalidad?
Si bien ha habido retrasos importantes en la presentación de algunos proyectos que tuvieron que aplazarse debido a la pandemia, ahora que se van relajando las restricciones muchos de ellos verán la luz en pocas semanas. Entre ellos, una aplicación para interpretar el Patrimonio Cultural y la Historia de Lebrija por el que el Ayuntamiento de la ciudad está apostando fuerte.
¿Qué ventajas tiene para ellos contar con La Sibila? ¿De qué forma atraen más visitas?
A estas alturas, el visitante es plenamente consciente de las posibilidades que ofrecen sus dispositivos portátiles. Por eso, en su visita a Espacios Culturales, espera contar con contenidos tecnológicos que amplíen y mejoren su experiencia en la visita. La interpretación pasiva de los contenidos ha dado paso a la interacción con el contexto en una nueva Musealización de los Espacios Culturales en la que el visitante puede no sólo acceder a contenidos virtuales, sino interaccionar con el espacio y con las piezas. Se añaden de esta forma nuevas capas interpretativas que van más allá de la naturaleza física tanto del espacio expositivo como de sus contenidos.
Del mismo modo, las instituciones y administraciones van siendo conscientes de esta demanda por parte del visitante y de la necesidad de actualizar su oferta a las posibilidades que ofrece el uso de nuevas tecnologías en la presentación de los Espacios Culturales; en la mejora de contenidos y sobre todo, de la accesibilidad que proporcionan las Nuevas Tecnologías.
¿Qué implica digitalizar el patrimonio histórico?
Lo realmente novedoso es la técnica, lo que la revolución digital nos ofrece en cuanto a herramientas y sus posibilidades para la divulgación y la investigación del Patrimonio. Si lo pensamos, históricamente, desde el dibujo, el grabado o la fotografía, siempre ha existido una doble intención: difundir y conocer nuestro patrimonio siempre a través de medios donde la objetividad y la reproductibilidad eran la base de cada innovación. La digitalización responde al tiempo que vivimos; un contexto global donde prima la precisión técnica y la inmediatez a la hora de que cualquiera (público en general, investigadores) pueda acceder a la información para la investigación y la divulgación de nuestro patrimonio.
La digitalización, como soporte, ofrece la oportunidad de trabajar en nuevos medios que rompen con las limitaciones que hasta hoy había en la Interpretación del Patrimonio. Entonces permiten que el mensaje que queremos transmitir al público sea más efectivo, tal y como sucede en el resto de los ámbitos de la comunicación. Es un hecho innegable, un tren al que nuestras instituciones culturales deben subirse; una nueva oportunidad histórica para la que, esta vez sí, estamos preparados, y liderar el Turismo 2.0 o Turismo Digital que busca un valor añadido en sus visitas a Espacios Culturales.
¿Por qué las instituciones deben apostar por este tipo de soluciones?
Es el signo de los tiempos. Se trata, nuevamente, de no perder el tren tecnológico en un contexto en el que, dicha tecnología, está ya en el bolsillo de cada ciudadano.
Cuando presentábamos nuestro proyecto en 2012 podía sonar extraño, un poco a ciencia-ficción. Hoy día cualquiera entiende que es algo que debe formar parte de la estrategia de cualquier institución o administración para no quedarse fuera de la demanda globalizada en la que el ciudadano quiere poder relacionarse con el contexto a través de sus dispositivos portátiles. Lo dicho, es el signo de los tiempos.
¿Cómo ha sido el desarrollo de vuestra tecnología?
Hay una frase de Arthur C, Clarke, que, aunque pueda sonar un poco pedante, nos acompañó a lo largo de todo el desarrollo: "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Sabíamos que podía hacerse, pero no sabíamos cómo, sobre todo teniendo en cuenta que veníamos del ámbito de las Humanidades. Partíamos de una serie de innovaciones necesarias a las que debíamos buscar soluciones prácticas. Es decir, que no supusieran un coste excesivo en cuanto tiempos y requerimientos técnicos de desarrollo, y cada una de ellas suponía un reto. Creo que la clave ha sido dar con soluciones sencillas que sin embargo ofrecían unos resultados de gran espectacularidad. Esto, evidentemente fue posible gracias a que se dieron una serie de circunstancias externas que propiciaban los resultados.
Conocíamos algunos proyectos que habían procurado soluciones similares, pero que habían caído en “alardes tecnológicos” y costes de implementación que había provocado que quedaran rápidamente obsoletos. Para nosotros lo fundamental era que cualquiera pudiera utilizar nuestra solución y que dispusieran de los medios necesarios para hacerlo. Ahí la rápida evolución del Smartphone en cuanto a prestaciones ha sido fundamental.
A día de hoy ofrecéis a través de la app la visita de Baelo Claudia (Cádiz). ¿Qué acogida ha tenido? ¿Qué feedback estáis recibiendo?
El feedback siempre ha sido positivo. De hecho, la aplicación para Baelo Claudia sigue estando, cinco años después de su lanzamiento, plenamente vigente. Esto es, en mi modesta opinión, complicado para cualquier producto tecnológico. La visita a Baelo Claudia cambia radicalmente en el momento en que tienes una serie de herramientas que te permiten comprender los restos de la ciudad. Las reconstrucciones y los visores 360º, los vídeos y, sobre todo, la posibilidad de acceder a estos contenidos frente a los propios restos, le permite al visitante una mejor comprensión. Y, lo más importante, entender por qué es necesario el esfuerzo de la Administración por conservar nuestro Patrimonio. En un win-win entre visitante, empresa y administración, que hace una gran inversión en su tutela.
¿Habéis notado reticencias del sector cultural a aplicar nuevas tecnologías?
Afortunadamente, cada vez menos. Al principio, en 2011, nadie entendía muy bien qué pretendíamos llevar a cabo con nuestra idea. Tenía una base técnica e interpretativa que nos hacía difícil incluso a nosotros transmitir su carácter de innovación. Además, generalmente, estas innovaciones suelen pillar a la Administración con el pie cambiado. Por suerte, siempre encuentras a alguien dentro con la suficiente visión para comprender qué supone lo que le estás proponiendo y terminas contando con aliados que son fundamentales para que el proyecto prospere.
La aplicación fue presentada en 2016, cuando verdaderamente era un producto con un alto componente de innovación y hubiera supuesto un posicionamiento brutal a nivel global tanto para el Conjunto Arqueológico como para la administración que lo soporta.
Hoy día, cuando ya la mayoría de usuarios pregunta si hay alguna aplicación para la visita antes de entrar a un Espacio Cultural, comienza a haber una reacción y la Administración comienza a preocuparse por ofertar estos recursos. Esto ha supuesto que tengamos siempre proyectos en los que estar trabajando.
¿Por qué os centrareis, precisamente, en la cultura?
Tiene mucho que ver nuestra formación académica fundamentalmente humanista, pero también nuestros intereses personales y el contexto de revolución tecnológica en el que nos encontramos. También veíamos un nicho importante en cuanto a la aplicación de nuevas tecnologías en el trabajo Patrimonial, fundamentalmente en la Interpretación del Patrimonio Cultural.
¿Os gustaría expandiros a otros ámbitos? ¿En cuáles tendría cabida La Sibila?
Sin duda hacia una de las industrias de entretenimiento con mayor crecimiento. Estamos orientando parte de nuestra producción a la creación de Assets, objetos 3D indispensables tanto para grandes estudios como para desarrolladores independientes en la creación de videojuegos, en cuyo modelo de negocio acuden cada vez más terceros para obtener elementos de escenarios o diseño de personajes. En nuestro caso, estamos creando una línea alternativa de negocio basada en el e-market, en el que ofertamos estos Assets basados en el rigor histórico y que están orientados al desarrollo de videojuegos de tipo histórico, una temática cada vez más al alza.
En 2012 fuisteis elegidos por el Programa Minerva, ¿cómo habéis cambiado desde entonces?
Lógicamente bastante. Desde nuestro modelo de negocio, la relación con nuestros clientes, el propio equipo, que ha cambiado bastante… En lo que no hemos cambiado es en seguir intentando hacer de nuestra profesión un medio digno de trabajo, desde el que afrontar un proyecto vital.
Creo que era importante hacer ver que la Historia del Arte es una profesión de futuro que sabe adaptarse a los tiempos y que sigue siendo necesaria para la sociedad. Y eso pasaba por la tecnificación de la misma.
¿Qué aprendizajes sacasteis de aquella experiencia?
Creo que lo fundamental fue percatarnos de lo exigente que es el mundo del emprendimiento. Si no cuentas con un equipo promotor amplio y diversificado, la experiencia puede ser un poco abrumadora, porque tienes que aprender mucho sobre cuestiones muy diversas. Afortunadamente, el equipo del Programa Minerva tiene, no sólo una gran capacidad de trabajo, sino una gran cercanía hacia los proyectos que acelera y las personas que los promueven.
¿Por qué consideráis importantes este tipo de iniciativas para el ecosistema?
Te diría que es la única forma en la que es posible afrontar una experiencia tan exigente como el emprendimiento tecnológico con ciertas garantías de éxito. Aglutina muchas de las fases en las que, de otro modo, resulta fácil desistir de tu proyecto. Es fundamental que “alguien” te guíe en un proceso realmente complejo dada la poca cultura del emprendimiento de la que adolecemos.
¿Cómo fueron vuestros inicios como startup?
Imagino que como la de todos, muy complicados. Desarrollamos desde cero con un equipo promotor muy pequeño. Fue difícil ampliar el equipo, lo que provocó que los tiempos de desarrollo se eternizaran. A esto, hay que añadir que hubo un aprendizaje en paralelo al desarrollo. Hasta ese momento nunca habíamos trabajado el 3D, por poner un ejemplo. Además, lo compaginábamos con empleos a media jornada. No entramos a fase de financiación, lo que nos obligó a abaratar al mínimo los costes. No fue un inicio fácil, sin embargo, fue un buen aprendizaje.
¿Qué meta os habéis marcado para este 2021? ¿Y más a largo plazo? ¿Cuáles son vuestros grandes planes?
Fundamentalmente dos cuestiones: la diversificación y la internacionalización.
En cuanto a la primera, la revisión del modelo de negocio, nos permite ganar en solvencia y no depender únicamente de contratos por proyectos. Así diversificamos y ampliamos nuestros clientes potenciales. En cuanto a la segunda, estamos dando pasos de la mano de EXTENDA para intentar mejorar nuestro posicionamiento y abarcar nuevos proyectos de ámbito internacional a medida que el mercado nacional comienza a saturarse de iniciativas similares.
Número de empresas tech e innovadoras en España
Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.