"Lo que más valoran nuestros clientes es la capacidad de integración de nuestro equipo en el suyo"
Acid Tango es un estudio de software creativo que transforma las ideas de sus clientes en productos digitales siguiendo una metodología full-cycle, esto es, desde el momento de su concepción hasta el lanzamiento al mercado.
Alejandro González, cofundador de Acid Tango, cuenta a El Referente que él y su socio, Juan Nogueras, se conocieron en la universidad pero, al terminar los estudios cada uno tomó su camino: "Él en el mundo de los videojuegos y yo más enfocado en el sector tecnológico de Big Data. Después de varios proyectos personales, pensamos que sería buena idea volver a juntarnos y ayudar a otras empresas en lo que mejor se nos da: crear productos digitales".
Y así fue como surgió esta startup que, a día de hoy, cuenta con un equipo especializado en tecnologías blockchain, IoT, Big Data y encriptación cuántica. Acid Tango tiene como clientes a startups que han recibido financiación y quieren desarrollar un producto tecnológico de alta calidad; departamentos de innovación de corporates que buscan lanzar spinoffs o nuevas líneas de negocio; y venture builders que quieren desarrollar sus startups; a todos ellos les ofrece un desarrollo full-stack de software y diseño UX/UI de cualquier tipo de plataforma digital.
Actualmente la empresa tiene sede en España, aunque este mismo año abrirá oficinas en Ámsterdam y en Londres.
¿Qué comporta apostar por ser emprendedor en lugar de ejercer otras opciones laborales?
Arriesgas más, y aprendes a diario. Siempre, pero especialmente teniendo en cuenta la situación actual en la que nos encontramos, el emprendedor es un valiente. Parones económicos, alto grado de incertidumbre, volubilidad de clientes, inseguridad legal en ocasiones… Ser emprendedor es difícil. Precisamente porque somos conscientes de las dificultades a las que se enfrentan las empresas como nosotros, acabamos de activar una campaña de ayuda para aquellas empresas que se hayan visto afectadas por el Covid-19, para que tengan acceso a una semana gratuita de trabajo con nuestros diseñadores y desarrolladores.
¿Qué os aporta esta experiencia a nivel tanto profesional como personal?
Ser emprendedor implica que quizá no tengas siempre éxito profesional, pero el aprendizaje y la satisfacción personal es más grande que en otras opciones laborales. Al final del día, lo que queda es las experiencias que te llevas, la gente que has conocido, y el esfuerzo que has invertido en conseguir algo.
¿Qué fórmula creéis esencial a la hora de formar un equipo?
No creo en las fórmulas mágicas, pero si tengo que apostar por algo es por el talento de las personas que contratamos y por el compañerismo que desarrollan entre ellos. Tanto Juan como yo teníamos muy claro los valores fundacionales de Acid Tango y de las personas que lo integraran: un equipo excepcional, compromiso entre nosotros y con nuestros clientes, transparencia, y responsabilidad sobre nuestro trabajo. Creo firmemente que estos elementos son básicos a la hora de formar equipo.
¿Por qué decidisteis estableceros como un estudio de software creativo?
No queríamos ser una consultora más. El mundo está lleno de esas empresas que se dedican a decirte qué y cómo tienes que hacer las cosas. Nosotros queremos integrarnos en los equipos de nuestros clientes, quitarles la razón si no la llevan, aportar soluciones únicas y a medida. Eso lo conseguimos mediante equipos reducidos pero muy versátiles, de ahí que nos sintamos más cómodos con la definición de estudio.
¿Y por qué trabajáis con la metodología full-cycle? ¿Qué beneficios tiene para Acid Tango y para sus clientes?
Nuestro equipo está compuesto por perfiles de UX/UI, desarrollo móvil, frontend, backend y devOps. Esto nos permite dar una respuesta integral a nuestros clientes, desde el momento mismo de la incepción de su idea de producto o servicio, ayudándoles en la investigación de funcionalidades, de experiencia de usuario, diseño de interfaces, desarrollo de software y su infraestructura necesaria, etc. Todo ello llevando a cabo ciclos cortos y ágiles de entregas periódicas que permiten una iteración rápida para ir testando qué funciona y cambiando aquello que no, hasta finalmente poder lanzar un MVP al mercado. Si un estudio de producto digital no aplica una metodología full-cycle, será incapaz de llevar a cabo este proceso integral.
¿Cuál es vuestra relación una vez se produce ese lanzamiento al mercado?
La experiencia nos ha demostrado que una vez se produce el lanzamiento al mercado cada relación evoluciona de forma diferente, en gran parte en función del cliente. Nuestra forma idónea de trabajar es con la modalidad “tech for equity”, ya que nos permite convertirnos en socios del proyecto y nuestros clientes son conscientes de que nuestra involucración es total, ya que resultado de este producto en el mercado nos afectará de forma directa.
Pero no todas las empresas pueden, o les interesa, contratarnos de esta forma. En estas situaciones en las que la relación podría terminar una vez el producto se lance, siempre estamos abiertos a futuras colaboraciones y mejoras. Además, en todos los casos en los que es necesario llevamos a cabo una transición y traspaso de conocimientos de nuestro equipo al equipo técnico de nuestro cliente, desarrollamos servicios de interim CTO o incluso contratamos al futuro equipo técnico del producto.
Siempre buscamos mantener una relación cercana y de confianza con nuestros antiguos clientes, invitándoles en ocasiones a participar en charlas en nuestras oficinas, desarrollando talleres, y colaborando en proyectos donde puedan tener cabida.
¿Qué capacidades (no solo técnicas) valoran vuestros clientes de manera especial? ¿Qué os hace únicos?
Por los comentarios que hemos recibido, lo que más valoran nuestros clientes es la capacidad de integración de nuestro equipo en el suyo. Nuestra involucración total hace que desde el minuto 1 la interacción y colaboración sea muy fácil. Pero sin duda, lo que nos hace únicos es precisamente ese “acid twist” que intentamos incorporar en todos nuestros proyectos. Queremos frescura, gente que piense diferente, y crear productos con los que la gente abra la boca.
En el caso de las startups, ¿cómo os adaptáis a ellas? ¿Qué requieren de vosotros?
Las startups necesitan agilidad y resultados rápidos sobre los que ir pivotando y optimizando sus ideas y nosotros nos sentimos muy cómodos trabajando con ellas, ya que compartimos cultura y metodologías. También es curioso ver cómo, a menudo, nuestros propios clientes nos aportan mejoras a nosotros mismos. Es muy enriquecedor trabajar mano a mano con estos equipos, sentir su motivación y alto grado de exigencia.
Trabajáis con otros colectivos dedicados a la innovación y el emprendimiento, ¿cómo os introdujisteis en este sector?
Actualmente trabajamos sobre todo con fondos de inversión y departamentos de innovación de grandes empresas, pero en un primer momento empezamos ayudando a startups más pequeñas y sobre todo a través de hubs como Google Campus o Tetuán Valley. Estos proyectos iniciales nos permitieron más adelante ir afrontando desafíos de mayor complejidad e ir haciendo crecer nuestro equipo.
Sois expertos en tecnologías blockchain, IoT, Big Data, o encriptación cuántica, ¿qué otras tecnologías os gustaría incluir en Acid Tango? ¿Cuáles serían útiles pero están aún en fases de desarrollo?
A mayor diversificación, más difícil es poder definirte como experto. Preferimos apostar por las tecnologías más sólidas y a las que más futuro vemos actualmente, y enfocar nuestro conocimiento en ellas. Gracias a esto los clientes confían en nuestro saber hacer. Creemos que estos verticales tecnológicos son muy afines unos a otros y que nos permiten crear productos bastante rompedores en el mercado.
En cuanto a sectores que siempre nos han fascinado pero en los que aún no hemos metido la cabeza, creo que temas como la Inteligencia Artificial o los algoritmos genéticos son tecnologías que nos hacen, literalmente, volar la cabeza.
Con respecto a las que trabajáis ahora, ¿cuál fue vuestro proceso de adaptación a las mismas?
La verdad es que fue un proceso bastante natural. Nuestra involucración en proyectos de gestión de flotas de coches, tecnología para grandes eventos y proyectos de seguridad en comunicaciones nos ha permitido ir posicionándonos como expertos en IoT, Big Data o nuevos sistemas de encriptación.
2020 será el año en el que abráis oficinas en Ámsterdam y Berlín, ¿cómo se ha dado este proceso de internacionalización? ¿Qué factores habéis tenido en cuenta?
Ha sido un proceso de crecimiento orgánico. Desde hace unos años queríamos abordar el mercado europeo, pero no imaginábamos que en marzo se desataría esta situación de aislamiento y parón económico sin precedentes a causa del coronavirus.
Entre los factores que hemos tenido en cuenta el más importante ha sido sin lugar a dudas buscar mercados que hubieran sido menos afectados por la pandemia. También que se trataran de focos de atracción del talento innovador y emprendedor, como son estos hubs europeos.
¿Os imaginabais poder dar este paso cuando iniciasteis Acid Tango?
Acid Tango empezó como 2 personas, así que, aunque podíamos llegar a imaginarlo en un futuro, lo contemplábamos como uno de nuestros logros a medio/largo plazo. Personalmente, me alegra mucho ver hasta dónde hemos conseguido llegar, porque ha sido gracias al esfuerzo de todas las personas que han colaborado con nosotros.
¿Qué otros logros, objetivos o deseos tenéis para un medio/largo plazo?
Deseos, muchos, pero nuestros objetivos primordiales son afianzarnos en estos mercados, ser reconocidos como una empresa líder en el desarrollo de producto digital y actuar como venture builders, desarrollando y lanzando nuestras propias spin offs, algo que ya hemos empezado a ofrecer como servicio.
¿Cómo fue vuestro proceso de inversión? ¿De dónde sacasteis los recursos iniciales?
Cuando comenzamos veníamos un poco quebrados de los proyectos personales que habíamos lanzado, así que lo primero que hicimos fue pedir un crédito para poder gestionar nóminas los primeros meses. Nuestro objetivo principal en ese momento era conseguir proyectos para rodar cuanto antes.
Una vez empiezas a conseguir clientes ya no te planteas la financiación en un modelo de negocio como el nuestro, ya que son los propios proyectos son los que te permiten capitalizarte. A todos los efectos funcionamos con un gran estudio de arquitectura o un bufete, pero ya con muchas miras puestas no solo en ofrecer servicios sino en invertir en proyectos que nos llegan, así como en desarrollar nuestros propios ventures alrededor de la tecnología.
¿En qué punto os encontráis ahora en este sentido?
A pesar de la situación generada por el Covid-19, nos encontramos bastante bien capitalizados para afrontar la crisis. Aunque en un primer momento nos pareció que podía llegar a ser un desastre, lo cierto es que han surgido muchas nuevas oportunidades, sobre todo para aquellas empresas que han sido capaces de ver esta crisis como una oportunidad para lanzar productos de gran disrupción aprovechando la coyuntura actual. Esto también favorece que nuestro expertise tecnológico sea muy valorado en estos momentos, por lo que nos mostramos optimistas respecto a los próximos meses.
¿Cuáles serían vuestras recomendaciones para quienes están empezando?
Aquellos que están empezando ahora mismo se están enfrentando a un panorama tremendamente inestable y arriesgado. En esta situación, nosotros tenemos claro que lo que nos está permitiendo salir adelante es nuestro principal valor fundacional: el compromiso. Sin el compromiso hacia nuestros empleados y nuestros clientes no tendrían sentido algunos de los sacrificios que hemos llevado a cabo estas semanas para seguir funcionando. Por eso, mi recomendación es que se mantengan siempre fieles a su propósito, que recuerden qué es lo que les impulsó en un primer momento a lanzarse a esta aventura, y que piensen que esa razón debe ser su motor e inspiración para seguir adelante.
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