“Lo más importante que le puedo decir a otros emprendedores es que definan el equipo antes de crear una empresa”
En abril del 2010 se creó IMICROQ como una empresa spin-off de la Universitat Rovira i Virgili (URV)y como compañía de base tecnológica con el objetivo de explotar comercialmente la tecnología para la producción de microsistemas integrados serigrafiados de bajo coste, de fácil y rápido uso. Esta tecnología fue desarrollada, Emente en la URV, en el centro de investigaciones Advanced Innovation Technology Centre, ATIC, (anterior DINAMIC).
El equipo promotor de la empresa se conformó con los investigadores que desarrollaron esta tecnología, junto a dos promotores con experiencia en la gestión de proyectos de investigación europeos, nacionales y regionales, así como experiencia gerencial en el desarrollo de nuevos negocios y con conocimientos técnicos en el área de biotecnología.
Tal y como cuenta Carlos Arias, actual CEO de la empresa, Ioanis Katakis le ofrecé hacer un doctorado, a lo que él le propuso hacer un negocio. “Ioanis me comentó que llevaban dos años intentando hacer una empresa con el nombre de IMICROQ para el desarrollo de sensores electroquímicos serigrafiados de bajo coste. Le dije que sí y nos pusimos a armar el equipo con los diferentes investigadores y técnicos del centro Dinamic, del cual el era el Director. La conformación del equipo se orientó a los que fueran relevantes para la tecnología que se pretendía desarrollar. Por esto se limitó a los cinco fundadores”, cuenta Carlos.
El equipo fundador lo completan Pablo Lozano, Diego Bejarano y Maria Viviana. En cuanto a los socios, un tercio de las participaciones está en sus manos, mientras que otro tercio es de Caixa Capital Risc a través de tres fondos: Invierte Industria, Biomed y Micro. El resto de participaciones es de inversores particulares como Somtobir, Valtari, Sider, Laymatec, Argentia o Jaime Ulloa.
Este proyecto también ha recibido un préstamo participativo de Enisa, la institución pública de referencia de apoyo al emprendimiento en España del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que ofrece financiación alternativa a proyectos empresariales viables e innovadores de la pyme española, propiciando la diversificación de sus fuentes de financiación y prestando servicios de valor añadido más allá de la financiación.
¿Qué ha supuesto para vosotros haber nacido como spin-off de la Universitat Rovira i Virgili?
Eso, el nacimiento. Tal vez por mi experiencia de negocios anterior, una vez creada fue necesario enfocarla y el objetivo era salir rápidamente del vivero de empresa de la FURV para empezar a formar una empresa en un polígono industrial. Hemos tenido apoyo de la FURV, pero hemos seguido nuestra propia dirección
Además el equipo de desarrollo, ¿contáis con un Consejo Asesor? ¿Cuál es su labor?
IMICROQ es una empresa participada por inversores privados y por un VC, que es la Caixa Capital Risc. Tenemos un Consejo de Administración a quien reporta el CEO de la empresa. En el desarrollo de tecnología y de negocios, tenemos asesores independientes en diferentes especialidades (finanzas, legal, industria avícola, alimentos, etc).
IMICROQ ha desarrollado la tecnología para la producción de microsistemas integrados serigrafiados de bajo coste con el objetivo de explotarla comercialmente, ¿qué aplicaciones tiene?
IMICROQ ha desarrollado su propia tecnología y eso nos ha llevado a construir QFast, una plataforma integrada para la detección de patógenos, ADN e inmuno ensayos para aplicaciones en salud animal y seguridad alimentaria. Actualmente los principales productos que tenemos son QFast Salmonella, certificado ISO 16140 para todo tipo de muestras alimentos y veterinarias, Gen QFast Listeria Monocytogenes, y Salmonella enteritidis y typhimurium. En la parte de detección de patógenos tenemos también E. Coli spp para agua de bebida en granjas.
¿Con qué agentes de la industria agroalimentaria tenéis acuerdos? ¿En qué consisten?
Dentro de la misma no tenemos ningún acuerdo, sí clientes y clientes potenciales. Actualmente QFast Salmonella es usado en forma continua en laboratorios acreditados ISO 17025 en España, productores de alimentos, laboratorios de control interno, productores de materias primas y piensos, etc.
¿Y con centros de investigación especializados? ¿Cómo se desarrolla vuestra relación?
Actualmente estamos colaborando con IF Sensing de Manchester, UK, y con la LIU, en Suecia, para el desarrollo de electrodos para un proyecto de detección de marcadores de enfermedades renal. Recientemente, hemos exportado biosensores a medida para un centro de investigación de la Universidad de Lyon, con quien nos interesa avanzar en un proyecto de I+D.
IMICROQ tiene sus propias instalaciones de investigación, ¿en qué áreas? ¿Qué proyectos han salido adelante de la misma?
Toda nuestra área de I+D se enfoca en el desarrollo de aplicaciones sobre nuestra plataforma de instrumentación QFast para la detección de patógenos, ADN e inmuno ensayos. Como tal, tenemos laboratorios de Microbiología y Biología Molecular, Electroquímica.
Además de las instalaciones de I+D tenemos una línea de producción de sensores electroquímicos con capacidad de 35.000 sensores/semana con una reproducibilidad superior al 97%, línea de llenado de soluciones estériles ISO 5 y un área de preparación de pedidos, almacenamiento en seco y refrigerado.
Estáis enfocados principalmente en el desarrollo de productos para detección de patógenos en muestras de alimentos, ¿en qué consisten los kits que tenéis actualmente en desarrollo?
Los kits de detección de patógenos para industria de alimentos se enfocan a cumplir con los estándares establecidos en las normativas europeas para el control de contaminaciones bacterianas en los alimentos. Los principales parámetros son Salmonella spp, Listeria Monocytogenes, parámetros de control microbiológico (enterobacterias, E. Coli, coliformes), o Staphylococcus Aureus, entre otros.
Estos kits requieren ser certificados ISO 16140 antes de que puedan comercializarse. Cuando el cliente que lo va a usar es un laboratorio acreditado, requiere validar y auditar la técnica certificada de acuerdo con la ISO 17025. En el portafolio de productos de IMICROQ ya ha sido certificado Salmonella spp, y está en proceso de certificación Gen QFast Listeria Monocytogenes y QFast Sakazaki. Este año se lanzan al mercado para control interno (sin certificación), Gen QFast Salmonella Enteritidis y Salmonella Typhimurium.
Estos kits llevan todo lo necesario para poder hacer 48/96 test del patógeno de interés. Como tal, llevan los medios de cultivo, reactivos, sondas y solución electroquímica y los sensores electroquímicos al final.
Para realizar los test, IMICROQ comercializa también su propio pack de instrumentación que está compuesto por incubador, rack de tubos y lectores electroquímicos que se ajustan a las necesidades de muestreo del usuario final. Adicionalmente, si el cliente no lo tiene, se ofrecen los equipos de termociclador y centrífuga con su juego de micropipetas para un protocolo de detección de ADN.
¿Cómo financiasteis el proyecto en los inicios? ¿Qué recomendaciones dariáis a los emprendedores de vuestro sector a la hora de lanzar un proyecto de estas características?
Como casi todas las empresas, iniciamos nuestra actividad con un capital aportado por los socios fundadores; en este caso, de 3.100 euros. Empezamos a buscar financiación tanto en Cataluña, como en el conjunto de España y en la Unión Europea. A los pocos meses me di cuenta que el modelo de negocio que teníamos inicialmente no era viable y decidí enfocar toda la empresa en un solo proyecto de detección de Salmonella en industria avícola.
La presentación era entonces más creíble y buscamos inversores para financiar la primera parte de desarrollo de IMICROQ. Enfocado el plan de negocios, logramos un proyecto con ACC10, Caixa Capital Micro aprobó su primer préstamo participativo capitalizable, y conseguimos la primera Torres Quevedo para financiar al primer empleado que teníamos, quien es hoy nuestro Director de Producción.
Con esta financiación montamos el primer laboratorio de microbiología y electroquímica en el vivero de la FURV y seguimos adelante con las tareas de I+D. Entonces compartíamos algunas actividades y recursos con la Universidad, en el centro Dinamic. Esta forma de operar tenía muchas restricciones y la viabilidad de la tecnología transferida comezaba a ser cuestionable. Sin embargo, en el año 2011, nos aprobraron INNPACTO del Ministerio de Ciencia e Innovación y, con el apoyo de los directores de Dinamic, nos incluyeron en un proyecto EU FP7.
En esta conyuntura, los primeros inversores empezaron a mostrar interés, y es así como en el inicio del 2012 cerramos nuestra primera ronda de inversión y de ampliación de capital. En total llevamos cuatro rondas de inversión. Hemos a la fecha obtenido 6.5 M€ de los cuales 3.5 M€ son aportes de inversión por ampliación de capital y 3.0 M€ son fondos gestionados por el equipo de IMICROQ entre préstamos blandos para I+D, subvenciones FP7, PTQ, etc y fondos de cobertura como pólizas de crédito, ICO, confirming, factoring.
Lo más importante que le puedo decir a los emprendedores es que antes de crear una empresa, definan quiénes van a conformar el equipo de desarrollo, quiénes se compromete a trabajar más allá del 100% del tiempo y quién, desde el inicio, va a asumir el liderazgo del desarrollo del negocio.
Si se tiene un equipo capaz e interdisciplinar, una idea robusta con serias intenciones de ser un negocio, se dedica un tiempo a construir el modelo inicial... el resto de cosas se irán juntando en el camino. Se necesita plena convicción para lograr que loslogros sucedan; se necesita perseverancia, resistencia, insistir y tocar muchas puertas.
¿Qué ha supuesto para vosotros haber recibido un préstamo Enisa?
Enisa nos ha apoyado en dos ocasiones con préstamos que nos han permitido financiar nuestro proyecto. Es grato tener entidades en España que apoyen el trabajo de crear cosas nuevas. Es un riesgo y una oportunidad para toda la sociedad.
¿Qué papel creéis que tiene la Administración Pública en el ámbito de la investigación y el desarrollo? ¿Qué carencias tiene España en este contexto?
En general creo que existe un buen sistema de apoyo, muchísimo mayor que en otros países. Si bien es cierto que es necesario separar la investigación básica, que demanda recursos a fondo perdido para la creación de cosas nuevas, de la financiación de proyectos de desarrollo en empresas spin-off, que debería orientarse en ideas de negocios con mejor estructuración de base.
Muchos de los emprendedores que apuestas por sus empresas carecen del apoyo especializado de personas con capacidad empresarial para impulsar, enfocar y desarrollar sus negocios. Cuando una idea está en un papel y nos emocionamos con ella, no somos conscientes de lo que viene, cómo lo vamos a enfrentar y qué podemos lograr. Si en el equipo de arranque no hay nadie que lidere y sea capaz de centrar, escuchar y decidir, la situación es como un océano de ignorancia. En los momentos críticos se rompe la unidad y se tienen discusiones sin sentido, pero tiene que existir la autoridad suficiente para tomar decisiones y, lo más importante, para adoptarlas y ejecutarlas.
¿Cómo esperáis evolucionar a medio-largo plazo?
IMICROQ ha pasado por la mayoría etapas de una empresa de este tipo. Hemos sido capaces de seguir adelante después de una fase de crecimiento y consolidación inicial, así que creo que lograremos los objetivos esperados por nuestros inversores, socios, clientes, proveedores y empleados. Todos ellos han apostado por nosotros.
El Ministerio de Economía os ha reconocido con el certificado de Pyme Innovadora, ¿qué implicaciones reales tiene este título? ¿Qué supone para vosotros?
Es un logro que certifica nuestro trabajo y que allana el camino para obtener la documentación requerida para obtener las deducciones fiscales por I+D.
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