"La estética urbana no es un adorno: es el lenguaje con el que conectamos con el cliente"
Jeanstrack es una startup de moda española creada en 2017, con sede en Morella (Castellón), que combina ropa técnica para deportes outdoor con la estética casual y urbana del denim.
La startup diseña y fabrica prendas pensadas precisamente para actividades como la escalada o trekking, pero también para el día a día. Así, combinan funcionalidad técnica (elasticidad, resistencia, transpirabilidad, adaptabilidad para montaña o ciclismo) con estilo urbano. La mayoría de dichas prendas se fabrican en España y Europa con tejidos sostenibles.
La persona detrás de la marca es Jaime Ripollés, su CEO. Y es que Jeanstrack nace de una mezcla natural entre su historia personal y la tradición textil de su familia. Jaime creció entre telares y tejidos, pero también entre montaña, bici y roca. "Durante años veía a la gente ir a escalar, a pedalear o a caminar con prendas muy técnicas, que en cuanto salías del monte no te ponías para ir a tomar algo o para ir a trabajar porque ibas "disfrazado”. Y al revés: la ropa “de calle” que nos gustaba no estaba pensada para moverse, sudar, caerse o rozarse con la roca sin romperse a la primera", cuenta el emprendedor.
Ahí vio un hueco claro: mucha ropa outdoor muy técnica pero poco cercana, y mucha ropa urbana estética pero poco funcional. Jeanstrack nace exactamente desde ese lugar, con la idea de que no tener que elegir entre ir cómodo, protegido y a la moda. "El objetivo es que puedas ir del rocódromo a una cena sin cambiarte de pantalón, o de la bici al trabajo con la misma chaqueta. Y que, además, todo esto se haga desde aquí, apoyando la industria textil local y poniendo el foco en la sostenibilidad real, no solo en el discurso", cuenta Jaime.
La startup forma parte de Órbita, un programa de aceleración empresarial que selecciona startups escalables y con potencial y les acompaña en un proceso de crecimiento exponencial y sostenible y garantizándoles el acceso a financiación privada.
El Referente habla con Jaime Ripollés sobre el futuro de su compañía o sus planes de crecimiento, entre otras cuestiones.
Vuestra propuesta fusiona estética urbana con tejido técnico para outdoor. ¿Cómo llegasteis a esa idea?
La idea surge de algo muy sencillo: vestir cada día como realmente vives. Yo nunca he entendido tener “ropa para la vida real” y “ropa para el deporte” como dos armarios completamente separados. La gente que practica escalada, trail, MTB o commuting en bici suele tener un estilo de vida muy activo, pero también le gusta el diseño, el denim, el look urbano. Un día me di cuenta de que seguía usando mis vaqueros favoritos aunque no eran nada funcionales. Y ahí vi la oportunidad.
A partir de ahí, trabajamos con la lógica inversa: cogemos códigos estéticos de la calle –denim, cargo, chinos, overshirts– y los reinterpretamos con tejidos técnicos, patronajes pensados para moverse y detalles funcionales (rodillas preformadas, cintura cómoda, refuerzos, bolsillos útiles, etc.). Probamos mucho con escaladores, ciclistas y gente que se mueve en la ciudad todos los días; cometemos errores, aprendemos y ajustamos. La estética urbana no es un adorno: es el lenguaje con el que conectamos con el cliente, pero el producto está pensado de verdad para usarlo, disfrutarlo y repetir.
¿Qué es lo más difícil de innovar en un sector con tantos grandes actores?
Lo más difícil es que el listón de expectativa es muy alto. El cliente outdoor está acostumbrado a marcas gigantes que invierten fortunas en I+D, campañas y tecnología. Y el cliente de moda urbana está acostumbrado a una rotación enorme de propuestas nuevas. Como marca independiente tienes que encontrar tu espacio sin caer en la trampa de intentar imitar a los grandes, porque en esa batalla siempre vas a ir por detrás.
La clave para nosotros ha sido aceptar que no podemos competir en volumen, pero sí en autenticidad, cercanía y foco. Innovar para Jeanstrack no significa inventar la fibra del futuro en un laboratorio, sino encontrar combinaciones inteligentes entre tejidos, patronajes y procesos de acabado que aporten valor real al usuario. Y, sobre todo, escuchando a nuestros clientes y deportistas. Ese diálogo constante es nuestro verdadero I+D.
¿Cuál consideras vuestra innovación más diferencial?
Nuestra innovación más diferencial es precisamente la capacidad de hacer prendas con apariencia muy urbana –incluso de “vaquero de toda la vida”– con prestaciones técnicas que normalmente solo asocias a una prenda 100% outdoor. Es decir, no se trata solo de usar un tejido elástico o resistente, sino de diseñar un pantalón o una chaqueta que puedas llevar en tu día a día sin parecer que vienes de hacer una expedición.
También hemos apostado desde el inicio por un modelo muy cercano de desarrollo: series cortas, mucha prueba en rocódromos, rutas de bici, viajes en tren… Escuchando al usuario casi uno a uno. Eso nos permite introducir cambios muy rápido, ajustar patrones, refuerzos o largos de pierna sin tener que esperar a un ciclo industrial enorme. En un sector tan masificado, esa agilidad y esa escucha cercana al deportista y al cliente final es, en sí misma, una innovación.
Fabricáis en España/Europa y con criterios de sostenibilidad. ¿Cómo se sostiene este modelo? ¿Lo valoran los clientes?
Realmente hoy en día y especialmente en España, es difícil de sostener. El público en general no dispone de un alto poder adquisitivo que le permita gastarse 90€ en un pantalón, y por desgracia la mentalidad en España está muy enfocada al precio y nos olvidamos de otros valores como la sostenibilidad y la producción de cercanía. En cambio, en otros países de Europa esto cambia y se valora mucho más la sostenibilidad y el made in Europe. Además de que el poder adquisitivo es superior, lo cual muy posiblemente vaya ligado.
¿Qué métricas o hitos ambientales podéis compartir hoy?
Más que obsesionarnos con una única métrica, trabajamos en varias líneas: proximidad, selección de materias primas y durabilidad del producto. Hemos ido incrementando cada año el peso de tejidos con certificaciones ambientales y sociales reconocidas, reduciendo el uso de fibras más problemáticas y apostando por mezclas que alargan la vida útil de la prenda. También hemos priorizado trabajar con proveedores cercanos, lo que reduce desplazamientos y nos permite controlar mejor procesos y consumos.
Otro hito importante para nosotros es el propio concepto de “comprar menos pero mejor”. Cuando un pantalón o una chaqueta aguantan años de uso intenso –roca, bici, lavados, viaje– sin perder funcionalidad ni forma, estás reduciendo el impacto global de tu consumo. Nos sentimos especialmente orgullosos cuando un cliente nos escribe para decirnos que sigue usando un modelo de hace varias temporadas y que aún no ha encontrado motivo para cambiarlo. Que una prenda no sea “de usar y tirar” es, en sí, una métrica muy potente.
¿Cómo equilibráis sostenibilidad con seguir creciendo?
En este momento nuestro principal objetivo es abrir nuevos mercados en Europa, porque ahí es donde está nuestro cliente potencial, que valora la sostenibilidad y la producción de cercanía y se puede permitir pagar precios más elevados.
¿Dónde vendéis hoy más y por qué? ¿Qué canales funcionan mejor?
Nuestro corazón sigue estando en España, donde la marca es más conocida y donde la comunidad de escaladores, ciclistas y amantes del outdoor nos ha ayudado a crecer desde el primer día. A partir de ahí, hemos ido consolidando presencia en otros países europeos en los que la cultura de deporte y vida activa se mezcla de forma natural con la ciudad, algo que encaja muy bien con nuestra propuesta.
En cuanto a canales, la venta directa online y la colaboración con tiendas especializadas y rocódromos son clave. El canal digital nos permite explicar bien el producto, contar la historia que hay detrás y hablar directamente con el cliente. Y los puntos físicos –especialmente los que respiran deporte y comunidad– son el lugar perfecto para que la gente toque la prenda, se la pruebe y la ponga a prueba. Esa combinación de cercanía digital y puntos físicos cualitativos es la que mejor nos funciona.
¿Ha cambiado vuestro modelo desde el inicio? ¿Qué habéis tenido que reajustar?
Sí, ha ido cambiando a medida que nos íbamos encontrando con realidades del mercado. En un principio queríamos compaginar la venta online con la venta a través de distribuidores en Europa. Pero nos hemos ido dando cuenta que el modelo de distribución y venta final a tienda absorbe unos márgenes que nosotros no nos podemos permitir fabricando en España, ya que el coste de producción es muy alto comparado con Asia, y si a esto le sumamos margen del distribuidor más margen de la tienda, nuestro precio está fuera de mercado.
Por lo tanto, hemos ido orientándonos cada día más a la venta online a través de nuestra web y a la venta online a través de e-commerce especializados y marketplaces. Hemos ido dejando la venta física en tienda y en rocódromos como puntos muy concretos donde se puede testar y tocar el producto, pero solo en tiendas muy estudiadas y escogidas.
¿Tenéis previsto levantar inversión? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Nos lo planteamos como una herramienta, no como un fin en sí mismo. Nuestro objetivo es construir una marca sólida, coherente y rentable, y la inversión solo tiene sentido si nos ayuda a acelerar eso sin diluir nuestra esencia.
Ahora mismo, nos planteamos una ronda, para afrontar la internacionalización, básicamente en Europa, atacando un país por año.
De momento somos muy prudentes: preferimos crecer paso a paso, consolidando mercados y procesos. La industria textil está llena de ejemplos de crecimientos demasiado rápidos que luego han sido difíciles de gestionar. Si entramos en una fase de inversión será con socios que entiendan nuestro ritmo, nuestras convicciones y el valor de producir aquí, con este nivel de exigencia social y ambiental.
¿Cómo ves el ecosistema español de marcas sostenibles? ¿Qué hace falta para que sea lo habitual?
Por desgracia en el sector en el que estamos y en el de la moda pura, el 90% se fabrica en países asiáticos, con lo cual la sostenibilidad se ha caído, por mucho que le quieran poner etiquetas de tejidos reciclados. Eso es puro marketing.
Para que sea lo usual, hace falta concienciación de que, si no compramos productos fabricados en nuestro país, la industria se va a ir a pique en muy pocos años. Ya nos estamos convirtiendo meramente en un país de servicios; y esto solo se puede revertir cambiando la mentalidad de la gente. Cosa bastante difícil cuando se tienen problemas para llegar a fin de mes. A esa persona no le hables de sostenibilidad…
¿Cuáles son los objetivos clave de Jeanstrack para los próximos dos años? ¿Nuevas líneas de producto? ¿Nuevas categorías deportivas?
En los próximos dos años queremos hacer crecer Jeanstrack sin perder nuestra esencia: ropa técnica que también funciona en el día a día.
Nuestros objetivos son tres:
- Consolidarnos en Europa (Francia, Alemania, Italia).
- Ampliar el producto con nuevas prendas y tejidos técnicos, manteniendo el estilo urbano.
- Reforzar la marca y la comunidad, para posicionarnos como estilo de vida, no solo ropa.
En nuevas categorías, vamos a expandirnos de forma natural hacia trail, senderismo más técnico y escalada indoor, donde nuestro enfoque urbano-outdoor encaja perfecto. También sumaremos chaquetas ligeras, sudaderas urbanas y algunos accesorios.
La realidad es que buscaremos más producto, más Europa y más identidad, pero siempre fieles al ADN Jeanstrack.
Jeanstrack ha pasado este año por el programa Órbita. ¿Por qué lo recomendáis?
Entrar en Órbita ha sido de las mejores decisiones que hemos tomado este año. Es un programa muy práctico, muy cercano y pensado para que las startups aterricen estrategia de verdad. No es teoría, es bajar al barro: entender tu modelo, tu marca, tu cultura, tus métricas y tomar decisiones con foco.
Lo recomendaría porque te da una claridad brutal. Llegas con mil frentes abiertos y sales con un plan claro, prioridades definidas y una visión de empresa mucho más sólida. Además, el acompañamiento es real, los mentores no están para soltar discursos, sino para retarte, cuestionarte y ayudarte a ejecutar, implicándose de verdad.
Y, sobre todo, porque te cambia la mentalidad. Te obliga a pensar más grande, más rápido y con más criterio. En nuestro caso, Órbita nos ha ayudado a ordenar la casa, reforzar la marca, definir el camino para Europa y sentar las bases para escalar Jeanstrack en 2026. Por eso lo recomiendo sin dudar.
Número de empresas tech e innovadoras en España
Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.