"En Assembler creemos que el mejor talento tecnológico debe tener fácil acceso a la mejor formación"

Assembler School, fundada por Cristian Fondevila y Kasia Adamowicz, nació en junio 2019 de la necesidad empresarial de encontrar programadores altamente cualificados para afrontar los retos tecnológicos del entorno real de las empresas. Este 2020 ha sido premiada en los premios excelencia educativa a la mejor innovación en educación tecnológica y al mejor centro presencial de educación tecnológica. Hasta la fecha ha formado a más de 100 candidatos en su Master in Software Development. Ofrece másters con pago a éxito, en los que los alumnos pagan una vez encuentran trabajo, así como Executive Programs de especialización como el de DevOps.
Ambos se conocieron en SeedRocekt en 2017. Así lo cuenta Kasia: “Yo era la manager en esa época y Cristian se alojó en la aceleradora con su startup. Finalmente, en febrero de 2019, decidimos montar Assembler School of Software Engineering para cambiar por completo el paradigma de la educación tradicional, aplicando una metodología de aprendizaje colaborativo, sin clases, sin profesores y sin coste por adelantado”.
Para ambos, emprender otorga a quien lo hace cierta libertad y una gran satisfacción. Además de ser "la manera perfecta para crear cosas nuevas y hacer algo que te llene profesionalmente, pero también que te ayude a crecer como persona". Aunque recuerdan que, a la vez, es un gran reto y una aventura inolvidable. "Ser emprendedor (o emprendedora) no es fácil, requiere mucho esfuerzo, autodisciplina, responsabilidad y constancia, y también hacer ciertos sacrificios", sentencian.
¿Cómo habéis cambiado desde vuestro nacimiento en 2019?
Hasta la fecha cerca de 100 alumnos y alumnas han confiado en nosotros: en nuestro Master in Software Development (presencial y en remoto), así como Executive DevOps Program. Hemos alcanzado el hiring rate de +90% en 3 meses, hemos estrenado un Campus nuevo, un espacio diáfano de +500m2 en el pleno centro de Barcelona y hemos crecido en equipo. Ahora somos 13 personas. Además, hemos demostrado que nuestro método de aprendizaje colaborativo y basado en proyectos de empresas reales funciona. Hasta la fecha 100% de nuestros alumnos y alumnas reconocen que este método es más eficaz que otros.
Este camino, el de crecer en medio de la pandemia, no ha sido fácil. Pero nos hemos adaptado rápido a los cambios y hemos aprovechado para avanzar el lanzamiento de programas en remoto con éxito.
En 2020 fuimos premiados con tres premios de Excelencia Educativa: a la Mejor Innovación en Educación Tecnológica 2020, al Mejor Centro de Formación Presencial en Educación Tecnológica 2020 y al Mejor Plan de Formación Internacional en Educación Tecnológica 2020.
¿Y cómo lo ha hecho el sector edtech a raíz de la covid19?
En general el sector EdTech está experimentando un crecimiento exponencial. La crisis provocada por la COVID-19 ha dejado en evidencia que la educación y la tecnología en España todavía no están al nivel óptimo y el sistema educativo se ha visto obligado a reinventarse para garantizar una enseñanza a distancia. Las universidades y centros de formación apuestan más por el remoto, que está tomando cada vez más peso. El cambio se ha reflejado también en la inversión en EdTech. Según fuentes oficiales se triplicará en la próxima década, y se prevén más de 87.000 millones de dólares de financiación de Global EdTech hasta 2030. Es evidente que son necesarios nuevos modelos y tecnologías que garanticen la capacidad de escalabilidad, la calidad educativa y la velocidad de reacción necesaria, para formar perfiles cualificados y que cumplan con las necesidades reales de las empresas.
¿Y concreto la necesidad empresarial de encontrar programadores altamente cualificados? ¿Cómo ha aumentado con la pandemia y cuál es su evolución prevista?
Hoy en día cualquier sector necesita programadores. Según un estudio de Linkedin en España en los próximos cinco años se crearán más de dos millones de empleos vinculados con las nuevas tecnologías.
Uno de los sectores menos afectados por la pandemia es el tecnológico. Sigue habiendo más ofertas de empleo que programadores altamente cualificados. Aunque es cierto que, debido a la pandemia, la contratación de perfiles junior se ha reducido, principalmente por la salida de perfiles senior al mercado. Nuestros candidatos tienen la suerte de estar bien formados tanto a nivel de hard como soft skills y encuentran trabajo en menos de tres meses tras finalizar el máster. Además, los que venimos del sector tecnológico estamos acostumbrados a los métodos de trabajo en remoto, las metodologías ágiles y las herramientas de gestión de proyectos. Todo ello nos ha permitido afrontar mejor esta crisis.
En general, la pandemia ha acelerado la digitalización y por tanto se espera que, en cuanto la situación se normalice de nuevo, la demanda de perfiles tecnológicos se multiplique exponencialmente.
Los alumnos únicamente pagan vuestros programas en caso de encontrar trabajo al finalizar el curso. ¿Por qué os habéis decantado por este modelo? ¿Qué ventajas tiene para vosotros?
Este modelo “a éxito” existe en EEUU desde hace años, pero nosotros fuimos los primeros en traerlo en España con nuestro Master in Software Development. Creemos que todos y todas deberían tener acceso a una formación excepcional y esta modalidad de pago lo facilita. Nuestro éxito es tu éxito, si tú ganas yo gano. Para nosotros es la mejor forma de alinear los intereses e impulsar la innovación y la excelencia educativas. Además, en momentos como este, en medio de una crisis global, el hecho de no tener que pagar por adelantado grandes sumas de dinero para formarte es un gran alivio. Al alumno le proporciona cierta tranquilidad a la hora de estudiar y hace que realmente se centre en adquirir y mejorar sus habilidades sin pensar en cómo va a pagar el máster. Además, nosotros le ayudamos a encontrar su “dream job”, mediante nuestro Career Hub.
En Assembler creemos que el mejor talento tecnológico debe tener fácil acceso a la mejor formación. Por eso para acceder a nuestros másters solo tienes que pagar una pequeña matrícula por adelantado. El resto se empieza a pagar una vez encuentres trabajo.
¿Por qué estáis tan enfocados al mercado laboral? ¿Cómo garantizáis el trabajo a vuestros alumnos?
Es una buena pregunta, pero desde el día en que lanzamos Assembler nos preguntamos por qué el sistema educativo está tan lejos del mercado laboral, y por qué ningún ente público y privado ha hecho nada para cambiarlo. Por eso en Assembler School ofrecemos un Career Hub que ponemos a disposición de los alumnos y las alumnas para ayudarles a alcanzar el éxito y desarrollar su carrera profesional como ingeniero/a de software. No solo les ayudamos a conseguir los conocimientos y habilidades que las compañías buscan en un buen programador, sino que también les ayudamos a desarrollar las soft skills. Estas les ayudarán a aterrizar más fácilmente en el mundo laboral. Además, les proporcionamos un talent manager, que les guiará para preparar mejor las entrevistas. Trabajamos con una amplia red de partners que buscan buen talento y con los que tenemos una estrecha relación.
Creemos que nuestra misión no acaba en formar a profesionales altamente cualificados, sino también ayudarles a dar un salto en su carrera junto con nuestra comunidad.
Además de este beneficio económico, ¿qué van buscando los alumnos en Assembler School?
Los alumnos y candidatos que aplican a nuestros programas buscan un aprendizaje y desarrollo profesional verdadero, además de una experiencia académica innovadora que les permitan evolucionar profesionalmente.
También destacan la metodología pedagógica que implementamos. En en palabras de una alumna, “todo se hace desde la práctica y nos enfrentamos a diario a problemas cotidianos y al nivel de estrés que conlleva tener un tiempo limitado para terminar un proyecto. Fomenta mucho el trabajo en equipo y la importancia de hacer un análisis previo de los proyectos para estimar los tiempos”. También aprecian mucho la dedicación del equipo académico y los mentores. El beneficio económico, diríamos, es una forma para que el alumno se alinee con nosotros y entienda que aquí remamos todos juntos, como cualquier equipo de trabajo.
¿Quiénes son, precisamente, vuestros alumnos? ¿Qué perfil tienen y por qué acuden a vosotros?
Nuestros programas están dirigidos a perfiles tecnológicos que tengan experiencia en programación y tecnología, ya sea por estudios, trabajo o autoformación.
Una de las claves de Assembler es que sólo admitimos a 2 de cada 10 candidatos en los másters. Nos fijamos tanto en conocimientos más tecnológicos como habilidades interpersonales, ya que, al fin y al cabo financiamos una parte del coste de su formación. Así, nuestro candidato tiene que demostrar ciertos conocimientos de programación previos y una gran pasión y determinación por el sector.
¿En qué consiste vuestra metodología propia? ¿Cómo fue el desarrollo de la misma y cómo la vais adaptando a medida que avanzan los cursos?
Cuando empezamos a investigar sobre pedagogía validamos el hecho de que la educación no ha cambiado desde hace siglos. Eso, sumado a que todos podríamos decir que cuando más hemos aprendido es cuando nos hemos enfrentado a experiencias laborales, nos impulsó a cambiar las reglas de la educación tradicional. Mediante nuestro método, los alumnos no solo ganan conocimientos y habilidades tecnológicas, sino que también aprenden a trabajar en equipos, como se hace en las empresas reales. En ellas si surge un problema y tienes que solucionarlo, normalmente no lo haces solo, sino en pareja o en grupo.
Nosotros ponemos mucho hincapié en aprendizaje práctico y colaborativo en el que los alumnos se convierten en sus propios “profesores”. Aunque hay un equipo académico que se ocupa de guiar y mentorizar al alumno durante el programa, pero desde una figura de consejero y no de transmisor de conocimientos. La verdad es que hasta la fecha nuestros alumnos han valorado muy positivamente esta metodología. De ella destacan la dinámica de los programas, que aunque son muy intensos, permite aprender muchísimo.
Cabiedes & Partners o Lanai Partners han apostado por vosotros como inversores. ¿Cómo fueron los inicios en este sentido? ¿En qué punto os encontráis ahora?
Entre Cristian y yo tenemos muchos años de experiencia en el sector tecnológico y algún que otro éxito a nuestras espaldas. Además desde Assmebler tenemos una visión muy clara de cuál es nuestra misión y nuestra causa. Eso siempre genera confianza en los inversores, porque el cómo lo harás es algo que demuestras día a día, pero mantener una misión clara es lo que nos llevará a cumplir nuestra meta. Ahora estamos en el momento de pleno crecimiento y consolidación del mercado local y nacional.
¿Por qué apostasteis por las rondas como método para crecer?
Cuando planteamos un business model como el de Assembler, en el que dejamos el 90% del coste del programa a éxito, la única forma de arrancar es conseguir la confianza de inversores que apuestan por tu visión. El modelo a éxito es muy atractivo para el talento, y muy exigente para la empresa, tanto a nivel financiero como a nivel interno. Sólo cabe la excelencia, porque cualquier error impacta significativamente en tus resultados. Eso nos obliga a encontrar muchas otras formas de financiación que pueden complementar rondas de capital.
¿Qué metas tenéis para este 2021? ¿En qué queréis convertir Assembler?
Assembler nació con el objetivo de construir un lugar con las mejores condiciones para convertirse en un gran profesional de la tecnología. Concretamente huimos mucho del concepto de bootcamp y universidad tradicional. Siempre decimos que nos parecemos más a un entorno laboral que a una escuela, por eso decidimos detectar las principales deficiencias del sector educativo y enfocar nuestros programas a resolverlas.
Queremos crear la universidad del futuro, proponer un nuevo paradigma de aprendizaje en tecnología centrado en el alumno y las necesidades reales del mundo laboral, y seguir ofreciendo formación accesible para cualquier persona, aplicando una metodología de aprendizaje colaborativo, que apueste por las personas. 2021 va a ser el año de la consolidación de nuestro modelo de negocio, el crecimiento y la preparación para llegar a más de 500 alumnos anuales en 2024.