"El concepto de innovación abierta es clave en el tercer sector, y queremos involucrar a startups, empresas y otras ONGs"
UNICEF España e ISDI, la primera escuela nativa de negocio digital, lanzaron hace unas semanas una plataforma de innovación colaborativa para identificar y poner en marcha proyectos que ayuden a paliar los efectos negativos que la pandemia de COVID-19 está teniendo en algunos de los grupos de población más vulnerables, como son los niños, los adolescentes y sus familias. La Plataforma de Innovación Colaborativa: COVID-19, abierta a las aportaciones de toda la sociedad, financiará los proyectos más viables a través de donaciones. Se enmarca dentro de la iniciativa UNICEF Lab, que lanzó hace unos meses su primer proyecto, una aceleradora para startups de impacto social.
La finalidad que tiene este proyecto es con vocación de permanencia, su objetivo en una primera fase es encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que enfrentan la infancia, la adolescencia y las familias en España a causa de la pandemia. Aunque la situación actual evidencia focos de necesidad muy inmediatos entre los grupos más vulnerables, UNICEF Lab busca poner en marcha proyectos duraderos que consigan cambios reales y mejoren el escenario que enfrentaremos todos una vez haya pasado la emergencia inicial.
El diario El Referente habla con Miguel Ángel Díez Ferreira, Director ISDI Accelerator & IMPACT Accelerator, sobre el nacimiento de esta colaboración, y su extensión en el tiempo. Los interesados en participar pueden consultar los requisitos así como inscribirse aquí.
¿Cómo surgió la colaboración con UNICEF y por qué entendisteis que esta organización era a la que más podíais aportar?
En realidad UNICEF e ISDI llevan colaborando varios años. Desde ISDI Accelerator en concreto hemos desarrollado con ellos un programa de Innovación Corporativa que incluye formación, intra-emprendimiento, incubación de proyectos propios y también una aceleradora de startups. En este contexto de la pandemia, nos preguntaron si se nos ocurría algo para luchar contra ella, y les propusimos una plataforma de innovación abierta, donde cualquiera pudiera contarnos sus problemas, y también presentar sus proyectos para luchar contra las secuelas del Covid-19, no sólo sanitarias, sino también económicas y sociales. En lugar de crear nosotros algo, decidimos apoyar con dinero y recursos a los proyectos más prometedores, centralizando esfuerzos.
¿Cómo está afectando a los más pequeños y sus familias esta crisis?
Hay un impacto general que es el psicológico; y, por supuesto, todo lo derivado del encierro en sí (no poder ver a amigos y familiares, etc). La profundidad del impacto en los niños depende mucho del nivel de ingresos de cada familia. Cuantos menos ingresos, mayor es el daño: quizá vivas en una casa sin luz natural, pequeña, sin espacios para estudiar, sin equipamiento informático para las clases a distancia… Eso sin entrar en que hay familias con problemas para comprar comida, porque muchas personas se han quedado sin ingresos.
Y lo peor, ¿cómo será para ellos el escenario después de la pandemia?
Pues está por ver, porque aún hay mucha incertidumbre sobre el futuro. Obviamente los problemas económicos serán muy graves, pero también está el problema educativo: muchos niños podrían ver imposibilitado su acceso a la educación. Por esa razón en ISDI Accelerator también hemos lanzado el paralelo IMPACT EdTech, enfocada en encontrar soluciones educativas con startups de toda Europa.
¿Es este el motivo porque la plataforma de innovación abierta tiene carácter permanente?
En realidad lanzar una plataforma de innovación abierta formaba parte de los planes de UNICEF Lab, sólo que con esta situación decidimos adelantarlo y enfocarla en las consecuencias de la pandemia. Pero la plataforma será permanente, creemos que el concepto de innovación abierta es clave también en el tercer sector, y queremos involucrar a startups, empresas y otras ONGs para encontrar problemas ocultos en relación a la infancia, y potenciar proyectos innovadores que aporten soluciones.
¿Por qué habéis decidido que la iniciativa nazca, precisamente, como una plataforma de innovación abierta?
Creemos mucho en el concepto de innovación colaborativa. Sabemos que hay muchísima gente muy inteligente y creativa interesada en desarrollar proyectos que ayuden a los demás, y nosotros, aunque no somos los más listos, sí podemos ayudar al desarrollo y crecimiento de esos proyectos aportando visión estratégica, metodología, mentorización, formación, contactos y acceso a financiación. Al final se trata de concentrar todos los esfuerzos en los mejores proyectos, evitando que el tercer sector se comporte como el “ejército de Pancho Villa”. Juntos somos más fuertes.
¿Cuáles son los retos que habéis recibido a esta hora?
Hemos recibido hasta ahora 13 retos y otros cinco están pendientes de información. También han llegado 27 proyectos y hay otros 12 pendientes. Esta semana hemos aprobado el primero proyecto al que vamos a apoyar, y también tenemos ya 8 retos, todo ello se publicará en la web esta semana.
¿De qué forma planteáis la colaboración entre empresas, startups e instituciones públicas?
Cuando se habla de ONGs tendemos a pensar siempre en términos de dinero y donaciones, pero se puede hacer mucho más. Un buen ejemplo sería el primer proyecto que hemos decidido empujar, que es para la fabricación de respiradores. Obviamente les hará falta dinero para la producción, pero eso es sólo una pequeña parte del problema. Antes de eso necesitan apoyo científico para validar su prototipo, y ayuda para conseguir las homologaciones pertinentes de la Administración de forma acelerada y con garantías. Para solucionarlo, estamos hablando con una gran empresa farmacéutica que nos proporcionaría su experiencia y sus contactos, la idea es una colaboración a múltiples bandas entre UNICEF, ISDI, la startup, una gran empresa y la Administración, todos trabajando juntos para aportar su granito de arena con un objetivo común.
¿Por qué es importante esta unión?
Por la experiencia y el conocimiento que aporta cada uno. Y porque si todos trabajamos de la mano es mucho más probable que los proyectos lleguen a buen puerto, y a la gente que lo necesita.
¿Cómo se realizará la inyección de capital en los proyectos seleccionados?
En los casos en los que sea necesario aportar capital se hará a través de donaciones, y no se pedirá nada a cambio. La idea es canalizar donaciones hacia la innovación, para generar un mayor impacto. Un euro donado de forma directa a los necesitados sin duda es de gran ayuda, ¿pero y si ese euro donado a través de proyectos innovadores acaba generando 3 euros en ayuda social?
Por supuesto, habrá startups que necesiten más financiación, y en ese caso lo que haremos será ayudarles a buscar ese dinero extra.
¿En qué os fijáis a la hora de elegirlos?
Lo primero es la viabilidad técnica, para lo que contamos con un gran grupo de voluntarios que analizan cada reto y cada proyecto, y a su vez ellos pueden consultar con un Comité de Expertos donde hay médicos, psicólogos, abogados, ingenieros… Luego se analiza su impacto y escalabilidad para asegurarnos que afecta a un número suficiente de personas, si ya hay proyectos similares en marcha y en qué estado están, el equipo que hay detrás, y por supuesto nuestra capacidad para ayudarles. Si todo eso tiene sentido, y encaja con los fines de UNICEF Lab, entonces se aprueba y nos ponemos a empujarlo.
¿Por qué habéis incluido una cláusula que indica que, al menos el 50% de las iniciativas apoyadas deberán ser lideradas por mujeres? ¿Por qué lo consideráis importante?
Porque queremos impulsar una mayor participación de la mujer en la Innovación y el Emprendimiento, porque creemos en la diversidad y en la igualdad de todos. Tanto UNICEF como ISDI compartimos esos valores.
¿Cómo está afrontando ISDI Accelerator esta situación?
Para nosotros, que siempre trabajamos con nuestras startups y corporaciones en remoto porque tenemos empresas de todo el mundo, ha sido una transición natural. Sólo hemos tenido que pasar a online algunos eventos presenciales como los Demo Day o los bootcamp de formación, que han funcionado genial, así que el impacto ha sido mínimo. En el tiempo de confinamiento hemos lanzado la plataforma de UNICEF Lab, nuestra incubadora ISDI Start y la open call de IMPACT EdTech, y estamos preparando nuevos proyectos. Además de seguir con el resto de programas.
¿Cómo os habéis adaptado a la misma?
Ahora en lugar de tomar un café en persona lo hacemos de forma virtual, pero no ha habido muchos más cambios, ya estábamos acostumbrados a trabajar así.
¿Cuál es la situación de vuestras startups y socios?
Pues hay de todo, claro. A algunas startups les ha venido bien esto y están aprovechando para crecer, otras se están reinventando con nuevos productos y servicios para adaptarse a la nueva situación, y algunas lo están pasando mal y seguramente no lo superen. En cuanto a las corporaciones, la mayoría se han dado cuenta de que deben potenciar aún más la innovación si quieren sobrevivir, toca reinventarse en todos los aspectos.
¿Qué planes tenéis a medio/largo plazo con las predicciones que hay a día de hoy?
Seguiremos apostando por la innovación y las startups como motor de crecimiento, y vamos a lanzar nuevos programas de incubación y aceleración en los próximos meses, además de potenciar nuestro Club de Inversión para asegurar la financiación de las startups con las que trabajamos.
Nuestra misión no ha cambiado, y quizá nuestra ayuda sea más necesaria que nunca, así que toca trabajar aún más duro para seguir apoyando a startups, instituciones y corporaciones que crean en lo mismo que nosotros: que la innovación es generadora de riqueza y bienestar para la Sociedad.
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