“Es imposible cumplir los compromisos y alcanzar los objetivos que se están marcando, enfrentando el reto de manera arcaica” 

Dcycle es una startup que capacita a las pymes para que puedan afrontar el reto de la sostenibilidad de forma fácil, accesible e inteligente. Se trata de una solución B2B que facilita una gestión completa de la sostenibilidad medioambiental, ayudando a empresas de diversos sectores a medir, reducir y comunicar su impacto y el de sus productos.
Además, ofrece la posibilidad de compensar o negativizar las emisiones que no se han podido reducir a través de la Oficina de Cambio Climático de las Naciones Unidas. Implementar el análisis de la compañía es un proceso muy rápido. Se puede crear una cuenta y comenzar a usar la herramienta en cuestión de minutos. Dycle aprovecha las tecnologías en la nube, lo que significa que no se requiere implementación en el sitio. La startup ya ha ayudado a más de 100 pymes como Reby, South Summit, miller&marc, Recovo, etc.
Su propuesta tecnológica ha logrado obtener financiación pública con dos préstamos Enisa y una subvención Neotec, así como cerrar con éxito una ronda de inversión superior al millón de euros de la mano de Angels Capital, Draper B1, Ship2B y Bstartup10.
Silvia Cóbreces entrevista a Jacobo Umbert, CRO y cofundador de Dcycle, quien explica en detalle qué es lo que ofrece Dcycle a las empresas.
¿Qué problema resuelve Dcycle?
Vivimos en la anhelada época en la que los grandes poderes empujan en la misma dirección: descarbonizar la economía para salvar la humanidad.
¿Cómo? Por parte de lo público en forma de regulación o de criterios para la financiación. En lo privado esto último también sucede. No obstante, el fenómeno más transformador en lo privado es el “network effect” o telaraña en el cual las empresas obligadas a controlar su huella obligan a su vez a sus proveedores a calcularla, y así sucesivamente y en cascada.
Apasionante, ¿verdad?
En este contexto, nos hemos acostumbrado a ver cómo las distintas organizaciones sociales: empresas, administraciones y demás instituciones, se marcan grandes objetivos a décadas vista y nos salpican con su orgullo esnobista de lo comprometidas y concienciadas que están.
A mí me encanta que hagan marketing -siempre que sean honestas- de ello. Si no, la concienciación ambiental seguiría irrumpiendo en nuestros oídos de la mano de los mismos ecologistas de siempre. A los que debemos tantísimo. Pero que, sin embargo, debido a que nuestro tribalismo natural condena cualquier mensaje que provenga de alguien perteneciente a una tribu considerada dispar. Ya puede ser un mensaje tan evidente como que el humo que vemos aproximarse venga de un fuego inminente. Hasta que no veamos el fuego, no creeremos a nuestro -indigno- vecino.
Ahora que sube la temperatura, nos lo vamos creyendo al fin. Aunque todavía hay más de uno que antepone la ceniza a la razón. Pero gracias a la ciencia (y a DiCaprio), los menos.
Bien, y entonces, si ahora todos lo tenemos claro y los poderes impulsan el cambio, ¿dónde está el problema? En la manera en la que se aborda la ecología desde las empresas, que son lo más sustancial y representativo de nuestra sociedad. No tiene ningún sentido. Y si desde los mismos pilares definitorios de nuestra comunidad no somos capaces de atajar el problema, nada va a cambiar.
Es imposible cumplir los compromisos y alcanzar los objetivos que se están marcando, enfrentando el reto de manera arcaica. Estas formas solo agrandan la brecha que hay entre la sostenibilidad y las empresas porque no se adaptan a la realidad del mercado.
Hay tres razones principales.
Primeramente, la forma que tenemos de abordar los objetivos como humanos. Nos centramos más en lo que no controlamos (el objetivo) que en lo que sí (los procesos a través de los cuales los alcanzaremos). La sostenibilidad ambiental es un camino de transformación largo, y pensar lo contrario conduce a frustraciones y sinsentidos, o peor, a la inacción.
Seguidamente, la gran barrera que se levanta por el lenguaje técnico e ingenieril de las ciencias ambientales. Si le hablamos a una persona de negocio en un lenguaje distinto al suyo, no vamos a llegar a ningún lado. Lo que no se entiende, no sirve para nada. No es útil. ¿Cómo vas a poder hablar un idioma que ni siquiera entiendes?
Para rematar, las soluciones actuales son ineficientes en tiempo y coste. Se cobra por horas un trabajo manual cuyo resultado no es accionable para los que lo encargan. Un resultado mucho más cercano a lo académico que a lo mercantil. Con una foto, generalmente, desactualizada.
Por resumir, la consecuencia más grave es un descontrol absoluto sobre el impacto ambiental por parte de las empresas. Un caos.
Y sí, Dcycle es la solución a todo esto.
¿Cómo nace Dcycle?
En 2020, mi socio, Juanjo, y yo, sin experiencia ni presupuesto, nos lanzamos a por una idea tan bonita como ruinosa. Montar un marketplace de productos ecológicos con el fin de facilitar al ciudadano un consumo más responsable. Un Amazon de mínimo impacto ambiental y alta calidad, en resumidas cuentas.
En el transcurso de este -mejorable- proyecto, nos dimos cuenta de que cuando les pedíamos a las marcas ecológicas que justificaran su bajo impacto ambiental de cara a una posible incorporación en el marketplace, encontraban serias dificultades para hacerlo. Y fue ahí el momento del océano azul. Si las empresas más posicionadas necesitan ayuda, el 99,9% del mercado, ¡imagínate!
Eres abogado experto en nuevas tecnologías, ¿qué es lo que te llevó a dedicarte y especializarte en la sostenibilidad e impacto medioambiental de las empresas?
No quiero sonar pedante, pero siempre he pensado que para salirse de lo corriente y de la implacable inercia de la vida hay que hacer cosas diferentes. Vi la oportunidad de resolver un problema que yo mismo tenía, y ahí me lancé.
¿Qué ofrece Dcycle a las empresas?
Ayudamos a las empresas a integrar la sostenibilidad. Medir, mejorar y comunicar. Que sepan dónde están, a dónde deben ir y cómo llegar hasta ahí.
¿Qué definís como inteligencia ambiental?
Para nosotros, la inteligencia ambiental es la capacidad de una empresa de incorporar la sostenibilidad como un elemento generador de valor. Nosotros lo hacemos a través del desarrollo de tecnología para empresas con el objetivo de que el control de su sostenibilidad sea fácil, muy económico y que tenga una visión de negocio muy clara. Es decir, que sea útil.
¿Hay mercado para un software de inteligencia ambiental?
Cada vez es un mercado más evidente. Hay una serie de macrotendencias empujando a todas las empresas a enfrentarse a la revolución de la sostenibilidad, y hacerlo a la antigua, ha dejado de tener sentido. Por lo que sí.
¿Cuál es el modelo de negocio de Dcycle?
Un modelo de suscripción mensual, anual o plurianual.
Haciendo una radiografía de vuestros clientes, ¿qué tipos de clientes tenéis?
Hemos desarrollado Dcycle desde una perspectiva tanto cross-sector como cross localización. Lo que nos permite atender a clientes de todo el mundo, o con operaciones en más países, y de cualquier segmento.
Actualmente Dcycle cuenta con más de 100 clientes de múltiples sectores, tamaños y países como agroalimentario, sanidad, textil, plásticos, mobiliario, construcción, producción audiovisual, consultoría, producción de maquinaria y tecnología.
Tras explicar el modelo de ingresos y los clientes, ahora entramos en la parte de la financiación…, ¿Podrías profundizar sobre las fuentes de financiación a las que habéis recurrido en estos años?
Desde que comenzamos en 2020, la forma de financiarnos ha sido mediante varias ampliaciones de capital complementadas con financiación pública.
Este 2022 obtuvimos la financiación proveniente de una subvención NEOTEC, que, junto con la última ronda cerrada a mediados de año, y complementada con un préstamo ENISA, en la que han entrado importantes fondos como Angels Capital, Draper B1, BStartup10 (Banco Sabadell) o Ship2B Ventures, nos permitirá escalar el proyecto con más velocidad.
¿Qué os ha aportado Finanziaconnect en ese proceso?
Aparte de la viabilidad de poder llevar a cabo nuestro proyecto, una de las cosas más importantes que puede decirse de alguien es la facilidad tanto en la gestión y consecución del Neotec (un proceso más largo) como de dos préstamos ENISA, pero, sobre todo, confianza.
Es un equipo muy profesional con el que podemos contactar en cualquier momento, casi una colaboración llave en mano para lograr la financiación que hemos necesitado para seguir adelante. Y de momento, 100% de éxito, así que seguiremos.
¿De qué os sentís más orgullosos en el camino recorrido?
Más allá de los premios, que es lo que más se ve, de lo que más orgullosos estamos es de tener clientes satisfechos y comprometidos. Además de un equipo inigualable, tanto en lo profesional como en lo personal.
¿Cuál es el futuro de Dcycle? ¿Dónde queréis estar dentro de unos años?
Nosotros vemos Dcycle a largo plazo como herramienta de referencia del control de la sostenibilidad para las empresas. Tenemos una visión muy clara que es abarcar todas las verticales y mercados posibles porque ahora mismo todos necesitan ayuda.
Las soluciones que hay hoy en día no sirven, no son útiles, no se adaptan al día a día de las empresas y esto es una situación que nos impide hacer frente al reto climático que como sociedad tenemos por delante.
Al abarcar todos los mercados y verticales posibles, y alcanzar a cuantos más países mejor, podremos hacer de tractor y palanca para apoyar a las empresas a crecer, y a su vez a reducir su impacto logrando con ello un planeta mejor donde vivir.