"No puedes esperar que de tres a cinco años tengas un pelotazo": la transparencia y los números de Laura González-Estéfani

Desde el SuperReturn International Miami, un evento de capital privado, y mientras levanta su quinto fondo, Laura González-Estéfani pronto empieza a hablar de números. La CEO de TheVentureCity, fondo de venture capital que invierte en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, suele expresarse en plural, dejando claro que no sabe trabajar sola y que forma parte de un equipo que hace que las cosas sucedan. Al igual que invierte en empresas en las que no ve solo al fundador, sino a todo un equipo.
Aunque siempre ha invertido de manera personal, su carrera profesional ha pasado por el emprendimiento y empresas tan grandes como eBay o Facebook. Su inmersión en el venture capital se debe al ánimo de querer cambiar las cosas. "Me di cuenta de que 25 años después, el mundo de los inversores estaba exactamente igual. Las mismas firmas, caras, términos e incluso problemas". Así nació en 2017 The Venture Capital, con el propósito de ser en fondo con el que sonarían fundadores de éxito o altos ejecutivos de tecnológicas.
Reconoce Laura González-Estéfani que su concepto de fondo era innovador y no todo el mundo lo entendía al principio. "Éramos más caros que el resto porque invertimos en talento operativo dentro de la compañía, tenemos data engineers o product engineers a tiempo completo. Eso es un sobre coste si lo comparas con otros fondos, pero hemos sido capaces de demostrar que a la larga no lo es. A la gente le costaba entender que no éramos solo un fondo, sino una plataforma que de alguna manera tiene la capacidad operativa de ayudar a las compañías en datos, productos e ingeniería. No éramos el estándar", confiesa.
2025, UN AÑO PARA INVERTIR
La aventura parece ir mejor que nunca. El venture capital, como muchos, ha pasado por un desierto, pero ahora está recogiendo muchos frutos. De un primer fondo de friends and family de unos 5 millones de dólares ya han devuelto un 1,2 con un MOIC (Múltiplo sobre el Capital Invertido) de 2.4 y apuntan que puede llegar a los 5x o 6x. El fondo I, de 2017, ya está en 2.2x con un 40% ya devuelto, y el fondo II, de 2018, está en un 2.8x, con un 20% devuelto.
Con estas cifras, González-Estéfani enfatiza el momento que se está viviendo en el venture capital y en el mercado secundario: "Empezamos a ver mucho movimiento por fin". Reivindica un mercado que da agilidad a los fundadores, liquidez a los APIs de los fondos, "que a lo mejor ya llevan invertidos seis o siete años y quieren salir", así como a los y va a dar liquidez a los general partner y gestores de los fondos que llevan "tres años de sequía".
"2025 pinta extraordinario para invertir y desinvertir", aventura. "Hemos pasado de la era de las mega rondas, que no tenía ningún sentido, a la era de las mega adquisiciones. Lo que ha pasado con Wiz, adquirido por Google por 32 millones de dólares, es impresionante", ejemplifica. Así, opina que toda la rigidez sufrida en los últimos tres años se va a traducir en un exceso de actividad. "Creo que en Europa todavía no se ve, pero se va a ver. Mi sentimiento es muy optimista. Creo que la agilidad que va a aportar a los mercados hace que el venture capital sea uno de los mejores activos alternativos en los que invertir en los próximos 10 años sin lugar a dudas".

NI A CORTO PLAZO NI HACER LAS COSAS SOLO POR DINERO
Pero no es oro todo lo que reluce y en el venture capital las cosas nunca son rápidas y fáciles. Haciendo un ejercicio de transparencia y honestidad, la CEO habla de la dificultad de levantar un fondo cuando aún no has dado retorno. "El inversor de venture capital tiene que ser antipelotazo, largoplacista, mirar de 7 a 10 años vista. No puedes esperar que de tres a cinco años tengas un pelotazo", explica. "Lo que ha pasado en los últimos años es que como el contexto era tan complicado, la gente se ha asustado, pero el mundo es cíclico. Yo ya veo la salida del túnel". Nosotros estamos en el séptimo año", bromea.
Relata los éxitos con la misma facilidad que los fracasos y defiende que lo primero para invertir en una empresa es el feeling. "Casarse por dinero es lo peor que te puede pasar en la vida. Si no ves al inversor como un socio, estás jodido. Si te imaginas una situación complicada con ese venture capital y no te ves capaz de trabajar con él, no cojas ese dinero. Es una relación a 10 años y eso es mucho tiempo de tu vida. ¡Si vives 80 años es un octavo de tu vida!", enfatiza.
Además, insiste en que es una relación muy dura en la que te pasas el 90% del tiempo resolviendo problemas y el 10% celebrándolos. Por ello, desde The Venture City tienen muy claro lo que quieren y lo que no. Del lado del sí están las empresas que son capaces de generar millones de transacciones o tener cientos de miles de usuarios B2B. También que operen en más de un país, a menos que sean países muy grandes como Brasil o Estados Unidos, con fundadores con una capacidad disruptiva clara, un MVP y la capacidad de hacer test de monetización.
Por el contrario, se alejan de "los sabelotodos", "los founders que lo único que necesitan son capital, no somos el fondo para eso. Nos gusta poder contribuir y no ser solo un escritor de cheques". Founders que sepan pedir ayuda, que a veces es una de las cosas más difíciles. Tampoco invierten si el cap table no está en manos de los fundadores o si estos tienen un horizonte al exit de tres a cinco años. "Sabemos que construir compañías importantes lleva más, a menos que haya IA, ahí puede que los ciclos cambien". Si el equipo fundador ve límites, no se casan con ellos.
LAS PARTICULARIDADES DE CADA MERCADO
Trabajar con tres mercados tan diferentes implica para González-Estéfani estar en constante revisión. Por ello, con su equipo realiza una reunión cada jueves en la que reflexionan sobre el trabajo de la semana, que no son más de 30 minutos. Cada seis meses hacen una reunión back to basics en la que analizan errores y aciertos, ejecutando un plan de acción. Si está en Madrid, tampoco es de extrañar verla caminar por el retiro haciendo one to one con equipo y fundadores, algo que dice haber aprendido de las grandes tecnológicas.
Cada mercado es único y González-Estéfani tiene claro las particularidades de cada uno. "Los estadounidenses tienen un mercado maravilloso, rápido y ágil que les permite probar producto muy rápido. No son austeros con el capital. Siempre levantan rondas muy grandes porque son mercados caros y grandes que requieren de mucho capital para tener éxito".
"Los europeos tienden a ser demasiado conservadores. En Europa a los fundadores que tienen la mentalidad de comerse el mundo, los inversores no les dejan, son más austeros. A veces se ríen cuando alguien les dice que quiere cambiar el mundo. El fundador europeo tiene vocación, sabe que va a ser difícil, hay menos capital y se va a encontrar con más regulación", expone.
"Los latinoamericanos son los más austeros, tremendamente ágiles y detectan las crisis mucho antes que el resto. Financieramente hablando son unos genios porque están acostumbrados a devaluaciones y demás. Son los que hacen las compañías rentables antes. Tienen la capacidad de llegar a breakeven antes y mucha capacidad de reacción" e independencia en la compañía económica es de ellos. ", concluye.
Número de empresas tech e innovadoras en España
Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.