Mi aventura con Wippass comenzó como un simple proyecto personal. Un amigo y yo queríamos organizar un evento y no queríamos que los asistentes tuvieran que desplazarse para comprar entradas físicas. Con mis conocimientos en desarrollo, creé una app para gestionar la venta online. Lo que empezó como una solución puntual pronto me hizo ver su potencial escalable: con una sola aplicación, podía dar servicio a múltiples discotecas y promotoras.
Decidí apostar por la idea, hice números, me di de alta como autónomo y durante seis meses me dediqué a desarrollar la aplicación mientras terminaba mi grado en Inteligencia Artificial. No fue fácil, ya que estaba completamente solo en el proyecto: programaba, buscaba clientes, arreglaba fallos y daba soporte a los asistentes. Un auténtico caos, pero mi motivación me llevó a conseguir los primeros eventos, que me sirvieron como pruebas piloto.
Uno de mis logros más importantes fue conseguir que una promotora de eventos en Bilbao utilizara Wippass para vender entradas. Con ellos, logramos nuestros primeros SOLD OUT en una sala de 1.000 personas. Sin embargo, estos eventos eran esporádicos, apenas dos veces al año, y para que el negocio fuera realmente rentable, necesitaba un cliente con recurrencia. Un grupo de discotecas en Bilbao, por ejemplo, me habría asegurado unos 2.400 asistentes al mes, lo que se traduciría en ingresos de entre 1.600€ y 2.000€ mensuales.
Lo veía al alcance, pero al mismo tiempo, casi imposible. Convencer a las empresas para digitalizar la venta de entradas era un reto, ya que muchas preferían seguir operando en efectivo para evitar declarar todos sus ingresos. A pesar de los desafíos, continué trabajando con la promotora en eventos puntuales hasta que llegó un punto de inflexión en mi vida: terminé la carrera y tuve que buscar trabajo.
La empresa que me contrató me exigió darme de baja como autónomo y apuntarme al paro para que ellos pudieran recibir subvenciones por la contratación. Y así terminó mi primera etapa con Wippass.
Sin embargo, la historia no está cerrada. Actualmente, estoy en conversaciones con un socio especializado en la parte comercial, lo que podría reactivar el proyecto. Con su ayuda, podríamos tener más oportunidades de convencer a alguna discoteca importante. Las ganas nunca se pierden, y quién sabe, tal vez Wippass aún tenga mucho camino por delante.