La Comisión Europea ha publicado hace unos días su estrategia intentar convertir a la Unión Europea en el mejor lugar del mundo para crear, escalar y consolidar empresas tecnológicas. Este documento está alineado con el diagnóstico y recomendaciones recogidos en los informes sobre este tema coordinados por Enrico Letta, Manuel Heitor y Mario Draghi, en los últimos meses.
Tuve oportunidad de escuchar a los dos primeros en un evento celebrado en el CSIC hace unas semanas y a Mario Draghi el pasado 14 de mayo en el encuentro de Cotec Europa presidido por el Rey Felipe VI y los presidentes de Italia y Portugal. El título de este acto era “una llamada a la acción”. Y esa es la idea principal de los informes: aunque cada vez queda menos tiempo, todavía hay oportunidad para posicionar a Europa en un contexto de crecimiento económico social manteniendo los derechos de los ciudadanos y su calidad de vida
En el presentado ahora por la Comisión Europea (denominado técnicamente COM(2025) 270 final), Bruselas se compromete a transformar el capital intangible en motor real de crecimiento. Para ello se convierte en herramienta clave para que las startups europeas escalen sin salir del continente.
Durante décadas, la propiedad industrial ha sido percibida por muchos emprendedores como un trámite administrativo o una defensa legal. Hoy, la Comisión la redefine como un activo estratégico, instrumento de financiación, puente hacia la comercialización y clave de la soberanía tecnológica europea.
A los que llevamos desde hace muchos años tratando de difundir esta idea en los foros europeos, nos congratula este posicionamiento destacado de la PI como palanca de crecimiento empresarial y social.
El documento destaca que muchas startups enfrentan dificultades para utilizar su PI , como patentes, marcas o know-how, como garantía para obtener financiación. Entre los obstáculos: prácticas bancarias conservadoras, falta de sistemas fiables de valoración de PI y escasa confianza en los mecanismos existentes.
En respuesta, Bruselas anuncia para 2027 un marco europeo de valoración de la propiedad intelectual, desarrollado en cooperación con la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO). Esta iniciativa busca estandarizar criterios de valoración, aumentar la confianza del sistema financiero y abrir la puerta a nuevas fórmulas de financiación como los préstamos garantizados por PI o los fondos basados en activos intangibles.
El documento reconoce una infrautilización alarmante de la PI generada en universidades. Solo un tercio de las patentes registradas por instituciones académicas se explotan comercialmente. El resto duerme en cajones.
Para revertir esta situación, la Comisión pondrá en marcha en 2026 la iniciativa "Lab to Unicorn", que incluye un modelo europeo de licenciamiento, reglas claras sobre participación accionarial y reparto de royalties,y un programa de fortalecimiento de las oficinas de transferencia de conocimiento (nuestras OTCs)
Además, se elaborará una guía sobre el uso de ayudas públicas para facilitar la cesión o licenciamiento de PI desde organismos públicos a startups, asegurando el cumplimiento de las normas sobre ayudas de Estado.
Otro terreno en el que la propiedad industrial desempeñará un papel más activo es la contratación pública innovadora. El objetivo: que las administraciones se conviertan en clientes tempranos de soluciones innovadoras desarrolladas por startups.
Bruselas prepara reformas normativas para que las licitaciones contemplen cláusulas más flexibles de propiedad intelectual —evitando que los derechos sobre las soluciones innovadoras queden en manos exclusivas del comprador público— y fomenten el uso compartido o la cesión parcial de derechos.
Como ya destacamos en el grupo de trabajo sobre soberanía tecnológica basada en la PI, promovido por Cotec y coordinado por PONS IP, la propiedad industrial también se convierte en un instrumento geopolítico. En sectores como inteligencia artificial, biotecnología, energía limpia o defensa, la Comisión aboga por proteger los derechos de PI desarrollados con fondos europeos y garantizar que permanezcan en manos europeas o bajo control compartido.
En este sentido, el control de inversiones extranjeras y las normas sobre ayudas públicas se aplicarán con mayor precisión a startups con activos estratégicos de PI, especialmente cuando se trate de adquisiciones por parte de actores de fuera de la UE.
En un continente donde más del 80% del valor de las empresas líderes reside en activos intangibles, la conversión de la propiedad industrial en palanca de crecimiento y competitividad ya no es opcional, sino una obligación estratégica.
Esperemos que este planteamiento que, en España, venimos apoyando desde asociaciones como LES, FEI, Ametic, DigitalES y la propia CEOE, se plasme en los próximos meses en medidas concretas que sitúen a la gestión de los intangibles en donde debería de estar desde hace mucho tiempo.
Europa creó en Venecia el primer sistema de patentes del mundo en 1479, y éste fue una herramienta fundamental para sostener el imperio de la Serenísima, que gobernó el Mediterráneo Oriental durante 300 años basado en activos intangibles.
Ahora toca volver a aprovechar esa oportunidad y ser conscientes de que la gestión de la PI es una herramienta estratégica que tiene que ser explicadas en las escuelas, y no sólo en “las de negocios. Las siguientes generaciones nos lo agradecerán