"Somos un complemento del transporte público y una alternativa al coche privado"

Gabriel Herrero-Beaumont y Jorge González son los fundadores de Bluemove, una empresa dedicada al carsharing y que ambos fundaron en el año 2010 en Madrid con 28 y 26 años respectivamente. Su idea fue exportada del extranjero. Pese a que EE.UU. fue el país donde nació la iniciativa, ya en Suiza estaba muy asentado el concepto de cooperativa de compartir coche hace más de 30 años.
Gabriel y Jorge estudiaron la carrera en CUNEF, y antes de lanzarse a crear Bluemove, ambos trabajaron en banca y consultoría. Mientras Gabriel pasó por Morgan Stanley, Oquendo Corporate y fueel fundador de Nexer Renovables; Jorge hizo lo mismo al trabajar en KPMG y Morgan Stanley.
¿De quién es la ideal original de montar Bluemove?
La idea es de Grabriel, aunque en realidad todos le hemos ido dando forma. La idea originaria empieza en Suiza hace treinta años y después se ha extendido por muchos países, como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, por lo que faltaba en España. Aquí los proyectos similares eran muy pocos, con poco bagaje y pensamos que podríamos hacer una buena oferta a los madrileños.
¿Cómo y cuándo decidís desarrollar este proyecto?
Gabriel andaba buscando nuevos proyectos y la verdad es que fue algo espontáneo y rápido. Jorge en esos momentos trabajaba, por lo que tuvo que tomar decisiones un poco más fuertes.
Según habéis dicho, ¿exportáis la idea de otros países?
Si, de varios países. Originalmente, el competidor fuerte lo encontramos en América, pero Suiza empezó hace treinta años a modo de cooperativa. Quienes realmente crearon la empresa, con preceptos multinacionales fueron los americanos y a partir de ahí, han surgido grandes grupos. Desde entonces, el sector está creciendo como la espuma.
¿Por qué escogisteis el nombre de Bluemove?
Porque el color azul era el símbolo que refleja la sostenibilidad dentro de la industria. Además, el azul era el nuevo verde. El verde estaba ya muy quemado, ya que se asocia a la sostenibilidad pero también es caro. Nosotros presentamos un azul que también es sostenible económicamente, que genera ahorro y que representa la nueva manera de consumir.
¿Necesitasteis inversión inicial? ¿Con cuántos coches empezasteis?
Sí, claro. Empezamos con muy poco, concretamente con cuatro coches a modo de prueba y así estuvimos los primeros meses. Después, cuando entendimos mejor la operativa del negocio, llegamos a tener una flota de diez coches.
¿La crisis ha influido positivamente a la hora de impulsar su iniciativa?
Sí, pero también ha influido el cambio tan acelerado del mundo virtual. La crisis sí que ha cambiado un poco las costumbres que tenemos, lo que ha incidido en reducir la dependencia que tenemos los madrileños o los españoles del coche, lo que nos ha afectado positivamente. Aunque también creo que viene una ola mucho más fuerte, que es toda la revolución digital que se está produciendo y que afecta mucho más.
¿Cuál es el principal gasto a la hora de mantener una empresa de estas características?
La estructura de vehículos, sin duda. El vehículo al final está aparcado en un parking y tiene una tecnología. El pack vehículo-tecnología es lo más costoso.
¿Qué personal necesita la empresa a diario para dar un buen servicio en Bluemove?
Desde la perspectiva del carsharing dependería del volumen de operaciones que se tengan. Nosotros estamos creciendo muy rápido y cada vez tenemos un volumen de operaciones mayor. El equipo fijo que tenemos ahora es de unas 10 personas, aunque es variable.
Actualmente, ¿cuántos coches tenéis en Madrid?
Actualmente nos encontramos en expansión y tenemos unos 100 coches entre Madrid y Sevilla.
La poca cultura por compartir los coches entre los españoles, ¿ha sido una barrera de entrada para lanzar y consolidar vuestro proyecto?
A partir de nuestra experiencia podemos decir que hemos reventado bastantes mitos que tenemos sobre nosotros mismos. Uno de ellos es que el servicio requiere de una comunidad de usuarios y el cuidado que destinan es brutal en cuanto a puntualidad, el cuidado hacia los coches comunitarios, no hay robos y la verdad es que estamos teniendo una experiencia bastante positiva. Al igual que todos estos mitos que hemos eliminado, está también el de compartir ya que estamos teniendo un crecimiento mayor que en otros países cuando se iniciaron en estos servicios.
¿Cuál es vuestro ratio de acción a la hora de compartir un coche? ¿Puedo emplear un coche para salir fuera de la capital y dejarlo en un punto de la Comunidad de Madrid?
En cuanto al ratio de acción, tú puedes coger el coche e ir donde quieras, pero el coche hay que dejarlo en el mismo sitio de inicio.
Algunos políticos pueden ver la iniciativa como un competidor directo al transporte en las grandes ciudades ¿Tenéis esa apreciación?
No, somos radicalmente lo contrario a ese punto. Somos un complemento del transporte público, por lo que somos una alternativa al coche privado. Además, nosotros convencemos a la gente para que no tenga coche. Los desplazamientos que se hacen a través de nuestro servicio generalmente son fuera de la ciudad para salir de ella y volver. Generalmente, esos tipos de desplazamientos no se hacen en transporte público, por lo que es totalmente lo contrario.
¿Habéis tenido problemas con alguna administración que os haya cerrado las puertas a la hora de presentar y apoyar el proyecto?
Creemos que la administración se tiene que adaptar a la realidad de los tiempos en los que nos movemos, por lo que es normal que el impulso privado traiga las tendencias de fuera. Nosotros, al ser pioneros en este proyecto junto con otros en España, hemos tenido que ser los primeros en traer a la mesa de la administración pública este tipo de conceptos, convencer de la benevolencia social que tiene y en ese contexto si que se podría decir que nos hemos encontrado con ‘problemas’ Aunque simplemente se trata de la casuística especial que trae consigo el proyecto. Por otro lado, en los últimos meses estamos viendo como la propia administración pública tiende a dar un apoyo más importante a este tipo de proyectos.
¿Desde qué puntos de Madrid podemos hacer uso de vuestros coches?
Por todo Madrid realmente. Los puntos son zonas de elevada densidad, donde hay gente que no tiene coche y donde coexisten empresas y particulares. Como ya hemos dicho, prácticamente tenemos coches en casi todo los puntos de Madrid, dentro de poco tendremos que decir que si no encuentras uno a menos de quinientos metros te devolvemos tu dinero (ríen).
¿Cuánta gente utiliza vuestros coches a diario?
Es difícil de decir. Nosotros tenemos actualmente unos seis mil socios y va creciendo cada día. Depende un poco del día, pero generalmente un mismo coche se suele coger dos o tres veces en un mismo día y cada vez que se utiliza, lo hace una persona distinta.
¿De cuánto tiempo suelen ser los alquileres?
Varía mucho, pero suelen ser horas. Podríamos decir que entre dos y seis horas y entre treinta y sesenta kilómetros son las cifras habituales.
¿La gente repite?
Efectivamente. De hecho, el servicio tiene vocación total de recurrencia. Cuando te das de alta, todo el programa está preparado para que al final te conviertas en socio de un club de coches compartidos y que recurrentemente, cada vez que lo necesites lo uses. Se podría decir que repite casi todo el mundo porque tampoco es un servicio pensado para un solo uso.
¿Nos podríais contar en pocas palabras cómo utilizar el servicio desde que cojo el coche hasta que lo dejo en el destino final?
Primero registrarse en la web, donde se adquiere la tarjeta Bluecar con la que se podrá acceder a los coches. Después, con el teléfono móvil o el ordenador, se reserva el coche más cercano. Se trata de un proceso sencillo y fácil. En ese momento, te diriges al coche que se abre con la tarjeta o con Smartphone y las llaves están dentro. Se usa, se devuelve al mismo sitio y se vuelve a cerrar con la tarjeta o el Smartphone. Nuestros clientes solo pagan por lo que se ha usado. Por otro lado, nosotros hemos querido que la experiencia del usuario se acerque al máximo a la de tener coche propio.
Como habéis comentado, tenéis previsiones de expansión, ¿dicha expansión se ha visto frenada por algún motivo o simplemente queréis ir despacio?
La expansión viene derivada de la realidad del mercado, por lo que a medida que vamos creciendo, vamos estructurando la oferta para que se adapte a ese crecimiento. En términos generales, es este país cualquier tema relacionado con la expansión de una empresa está acotado por los recursos financieros. Además, habitualmente está vinculado al sistema bancario y ente país en los último años ha vivido una situación muy complicada, lo que se ha convertido en el mayor problema.
¿Por qué después de 4 años sólo os habéis expandido por dos ciudades?
El potencial que tiene este negocio en cada ciudad es muy elevado, por lo que hemos querido explotar al máximo el mercado en el que estamos operando. Se trata de un proyecto costoso y se necesitan de ciertas inversiones iniciales y aún estamos lejos de tocar techo en los mercados donde nos movemos.
¿Tenéis previsto instalaros en otras ciudades españolas?
Sin duda el futuro es parte de nuestra vocación. No sabríamos decir cuándo, pero nuestro plan incluye una expansión geográfica nacional y potencialmente, internacional también.
¿Creéis que falta poca conciencia a la hora de que los españoles sean más conscientes de la importancia del medioambiente y la mejora del tráfico de la ciudad?
En general al ser humano le falta conciencia y se pregunta poco qué estamos haciendo con nuestro planeta. En cuanto al madrileño, creemos que tiene poca consciencia en cuanto a lo que afecta el tiempo que pasa en un coche en su día a día, lo que tiene fuertes impactos en la vida de una persona.
¿Bluemove ayuda a Madrid a convertirse en una ciudad más cosmopolita, limpia y moderna?
Cien por cien que sí (ríen). Es un hecho. El impacto en emisiones es brutal y hemos montado un negocio en el que esa parte viene sola, ya que el carsharing tiene un impacto importante sobre la ciudad en lo que en ese aspecto se refiere.
¿Los turistas utilizan vuestros coches?
No es el grueso de nuestros clientes, pero algunos sí que lo hacen. Como decía, la vocación del servicio es la recurrencia.
¿Por qué a algún ayuntamiento no se le ha ocurrido implantar esta medida en sus ciudades? ¿Demasiados intereses políticos?
Sí que se les ha ocurrido. En Barcelona se les ocurrió, pero finalmente se lo vendieron a una empresa americana porque realmente se trata de un negocio muy difícil de gestionar y más por una empresa pública. Aunque ciertamente, creemos que se trata solo de una cuestión de tiempo, ya que el apoyo es cada vez en mayor por parte de la administración pública.
Y los taxistas, ¿qué opinión tienen de esta nueva forma de moverse por la ciudad? ¿Lo ven como un competidor directo?
Somos lo mejor que les ha pasado a los taxistas en su historia. Nosotros convencemos a la gente para que no tenga coche, por eso decimos que es lo mejor que le ha pasado a este sector. En cuanto a cómo nos ven, les encanta la idea
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