"Si una empresa no es sostenible, nunca podrá tener un impacto significativo"

Lowbus es una plataforma para la optimización del transporte discrecional, reduciendo el número de trayectos realizados en vacío. Su objetivo es maximizar los beneficios de las compañías adheridas, incrementando la comunicación y colaboración en el sector. En el modelo no hay agencias ni cliente final de por medio que generen guerras de precios, sino que Lowbus es exclusivamente para compañías de autocares.
Encajando los trayectos en vacío, las compañías pueden rentabilizar sus servicios hasta un 50% más que antes. Si ya lo hacían a través de Whatsapp o Telegram, esta startup les permite no solo te permite acceder a empresas de toda España, sino que también ofrece la posibilidad de llevar un hilo de mensajes con otras empresas, hacer valoraciones sobre los servicios, e incluso ligar automáticamente cada servicio a un calendario.
Su fundadores, Javier Diéz (COO), Eduardo Torres (CEO), y Nacho Jarillo y Ángel Velilla, lanzaron la idea en junio de 2017. "Nos dedicábamos al sector turístico, y nuestra propia operativa generaba vacíos continuamente. Éramos conocedores de la falta de digitalización del sector, y era el momento de tomar partido", comentan.
Vuestro objetivo es reducir 10k toneladas de CO2 anuales a partir de 2021, ¿en base a qué criterios os lo habéis marcado? ¿Qué pasos tenéis que dar hasta entonces para que se haga realidad?
Nos hemos basado en el estudio de mercado que hemos estado elaborando durante seis meses, entrevistando a buena parte de las empresas a nivel nacional, y estimando el tamaño del mercado de vacíos. Nuestro objetivo es seguir mejorando nuestra tecnología, y hacerla accesible para cualquier empresa de autobuses. El número de usuarios es clave para el encaje de esos trayectos.
¿Cómo concienciáis a los usuarios y a la población en general de la importancia de esta labor?
No es tarea fácil, porque es un sector que no está muy digitalizado, y nosotros proponemos que el impacto medioambiental venga de la mano de la digitalización. Hemos recurrido a mucha venta telemática, posicionamiento en medios y blogs informativos. Por otro lado, contamos con la ventaja de que la concienciación con las emisiones de carbono cada vez es mayor, y la tendencia va a nuestro favor.
Actualmente actuáis entre empresas y no con cliente final y sobre trayectos vacíos de carácter discrecional; ¿por qué elegisteis este modelo? ¿Qué ventajas tiene?
El modelo de concesiones español no permite la venta individual de los trayectos de los que hablamos, porque intercederíamos en las rutas públicas. Es por eso que apostamos por la colaboración entre empresas, acompañado de la digitalización del sector. La ventaja principal es que, con Lowbus, tanto la empresa que vende su trayecto vacío, como la que lo compra, gana hasta un 50% adicional (un win-win). La clave es dotar a las empresas de la posibilidad de colaborar, y distanciarse de la guerra de precios de los últimos años.
A medida que crezcáis, ¿cómo pretendéis evolucionar? ¿Qué mejoras tenéis en mente?
Pretendemos posicionarnos como líderes tecnológicos del sector, y acompañar a las empresas en su proceso de digitalización. No solo con el encaje de vacíos, sino con distintas herramientas que optimicen su operativa. Actualmente, ya tienen la posibilidad de comunicarse tras una avería, y reducir los tiempos de espera del remplazo; solicitar refuerzos y ligar todos sus servicios a un calendario en la nube.
¿Cuál es vuestro modelo de negocio?
Actualmente estamos dando la oportunidad a las empresas de utilizar la primera versión de manera gratuita, con el fin de fomentar su uso y recoger feedback. Nuestro modelo de negocio se basará en una suscripción, que adaptaremos a las necesidades de nuestros usuarios (la plataforma está adaptada tanto para pequeñas como grandes empresas).
¿Dónde está disponible vuestro servicio actualmente? ¿Cuáles son vuestros planes de internacionalización?
Inicialmente nos centramos en Valencia, Madrid y Barcelona, pero ahora ya hay empresas de todo el territorio nacional. Por otro lado, estamos recibiendo peticiones de empresas de Portugal y Francia para unirse, pero aún no está operativa en ambos países. Nuestro objetivo es empezar la internacionalización en ambos territorios (por su elevado tráfico hacia España), para después dar el salto al resto de Europa.
Proponéis un proyecto de cooperación entre empresas para el beneficio mutuo, ¿cómo ha calado este mensaje en el sector? ¿Cómo es posible implementarlo en la sociedad en general?
Las empresas ya colaboraban entre sí, pero solo lo hacían en un círculo reducido. El hecho de poder acceder a una mayor red, y de facilitar todo el proceso, ha tenido muy buena acogida en el sector. Tanto es así, que en tan solo seis meses ya se han unido más de 250 empresas.
Cada vez hay más proyectos de economía colaborativa, y herramientas de ganancia mutua. No es fácil cambiar la tendencia, pero una vez el usuario ve el valor real de la colaboración, es el primer promotor del mensaje.
Habéis sido premiados por Climate KIC, ¿qué importancia tiene esto para vosotros?
Ha sido muy importante. Al margen del apoyo financiero, nos han dado acceso a una red de contactos por toda Europa, y una mentorización continua. De hecho, tuvimos la oportunidad de ser una de las cinco startups en exponer en el Climate Innovation Summit 2017 (Milán), lo que nos ayudó mucho a darnos a conocer en el resto de países.
¿Qué valor aportan las aceleradoras a las startups que no se consiga de otro modo?
Tenemos la suerte de poder estar también en el programa Garaje, de Lanzadera y entendemos que el principal valor es el rodearte de un entorno que te ayuda a crecer, y te hace aprender a marchas forzadas. La financiación y los conocimientos no sirven de mucho si no eres capaz de rodearte de personas que te ayudan a crecer, y a las que es difícil acceder de otro modo.
¿Qué papel creéis que cumplen las instituciones tanto públicas como privadas en el freno del cambio climático?
Es un papel muy relevante. Sin ir más lejos, Climate KIC es un proyecto público-privado para impulsar proyectos cleantech. Ahora hay muchas herramientas a nuestra disposición, y se está apostando por empresas limpias y rentables. Este segundo punto es importante, ya que si una empresa no es sostenible, nunca podrá tener un impacto significativo.
¿Qué objetivos os habéis marcado para 2018?
Queremos superar el medio millar de empresas registradas y empezar el proceso de internacionalización. Todo ello pasa por seguir mejorando nuestra tecnología y hacerla accesible a todo el mercado.
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Fuente de datos: Ecosistema Startup, la mayor plataforma de empresas españolas.