"Nuestro principal objetivo es que motmo.pro se termine convirtiendo en la biblioteca de Alejandría del conocimiento y aprendizaje musical"

Motmo.pro es una propuesta innovadora y disruptiva en la industria musical. Con origen en España, la plataforma nace desde y para los músicos. Su objetivo y valor principal es acabar con los problemas que habitualmente encuentran éstos para interpretar sus canciones favoritas y ofrecer una forma de aprendizaje única a sus usuarios.
Bruno de Zabala, Janire Vázquez, David Iruzubieta y Vicente Mozo son los fundadores de este proyecto, aunque ya habían emprendido conjuntamente en otra empresa previamente. Después de años en el sector musical querían hacer algo para solucionar el problema al que ellos mismos se enfrentaban: poder encontrar materiales oficiales para aprender a tocar una canción.
Tras validar la idea, han conseguido que más de 150 grupos musicales como: Izal, Dvicio, Despistaos, Mägo de Oz, Sôber, María Parrado y más de 30 editoriales hayan confiado en ellos para la digitalización de su contenido.
La plataforma funciona con un modelo de suscripción en la que los propios artistas enseñan a tocar sus canciones junto a un reproductor de acordes y partituras interactivo. Además, incluye contenido audiovisual con entrevistas exclusivas a los músicos.
Entre las entidades que colaboran con el proyecto están la Universidad Pompeu Fabra y su Music Tech Group, especializado en música e Inteligencia Artificial. Además, actualmente tienen acuerdos comerciales con las discográficas y editoriales más importantes del país como son Warner Music, Universal, RLM, Peermusic, Cultura Rock o Maldito Records entre otros.
En los últimos meses, han sido capaces de financiar la empresa con un total de 200.000 euros, gracias a una financiación de 100.000 euros y un préstamos ENISA de la misma cantidad. Ahora están en conversaciones con diferentes inversores e instituciones para cerrar una ronda que permitirá el desarrollo de la herramienta de IA que hará posible que cualquier músico con cualquier instrumento y en cualquier parte del mundo pueda subir su contenido audiovisual y generar automáticamente una partitura.
En 2022 fueron los ganadores del premio al mejor proyecto nacional del Zinemaldia Startup Challenge, y este año se proponen un nuevo reto: conseguir el desarrollo de una herramienta que permita digitalizar cualquier partitura.
La quinta convocatoria de Zinemaldia Startup Challenge, dirigida a personas emprendedoras y startups estatales y europeas cuyos proyectos incorporen nuevas tecnologías aplicadas al ámbito audiovisual, se encuentra abierta hasta el el 1 de junio. Los detalles y el formulario para la misma está disponibles a través de la web.
La iniciativa se inscribe en el marco de Zinemaldia & Technology, una apuesta estratégica del Festival en su objetivo de posicionarse como un espacio para reflexionar sobre tecnología e industria audiovisual y estrechar lazos entre ambos sectores.
En 2022 ganasteis el premio al mejor proyecto nacional del Zinemaldia Startup Challenge. ¿Qué significó para vosotros? ¿Cómo os ha impulsado?
Sin duda ha sido uno de los mejores momentos como startup, poder hacerlo dentro del marco del Zinemaldia con todo el prestigio y glamour que rodea al festival es sin duda una experiencia única. Gracias al premio hemos recibido mucha atención por parte de diferentes medios y nos ha ayudado a abrir alguna que otra puerta que teníamos bloqueada.
¿Por qué recomendaríais a otras startups presentarse a la convocatoria de este año?
Creo que el Zinemaldia es muy diferente al resto de concursos que hemos asistido, la presentación es como si fuese una gala de cine y esta experiencia solo la hemos conocido aquí. Creo que tienen un standard de calidad muy alto en todo lo que hacen y se nota.
Para 2023 vuestro reto es desarrollar una herramienta que digitalice cualquier partitura. ¿En qué punto os encontráis? ¿Qué tecnologías hacen falta para hacerlo realidad?
Nos hemos dado cuenta de que disponemos de algo único, el video del artista original, el audio de esa toma y la canción completa. Por lo tanto tendríamos la manera de descifrar y crear cualquier partitura de forma automática gracias a un sistema multimodal de computer vision. Hasta el día de hoy no se había conseguido una precisión de más del 80% para crear partituras por la falta del vídeo, ya que en un instrumento, una nota se puede tocar en diferentes lugares del mástil. Además, el hecho de contar con los artistas originales hace que podamos descifrar este componente que faltaba, nosotros lo llamamos “el santo grial”.
Tenéis acuerdos comerciales con las discográficas y editoriales más importantes Warner Music o Universal. ¿Cómo llegasteis hasta ellas? ¿Por qué os eligen como socios?
Fue un proceso bastante natural. Grabamos con algunos de sus artistas y al gestionar la cesión de derechos hablamos con ellos. Les pareció una idea que aporta mucho valor al sector y desde el primer momento nos han ayudado. Tenemos acuerdos con más de 30 editoriales a día de hoy y prácticamente cada semana se están sumando nuevas.
¿Y con los artistas? ¿Por qué han decidido confiar en Motmo?
A muchos de ellos les piden sus partituras a través de las redes sociales y no las tienen. Eso dificulta que sus fans puedan aprender a tocar sus canciones y es una situación muy frustrante. Además, lo que estamos haciendo es ayudar a que moneticen sus unidades impresas (partituras), que es una parte de sus derechos de autor que hasta el día de hoy no estaban monetizando y por tanto, les genera una nueva vía de ingresos.
¿Cómo os gustaría llegar a bandas y ecosistemas internacionales? ¿En qué momento os encontráis con respecto a dicha internacionalización?
Lo cierto es que la parte de llegar a los artistas es seguramente la más sencilla, ya que entienden perfectamente el proyecto y están enamorados del mismo. De hecho, ha cambiado mucho desde que comenzamos. Antes teníamos que buscarnos la vida para contactar con los artistas y ahora son ellos los que nos escriben, ya sea por la plataforma o redes sociales para poder digitalizar su catálogo y aparecer en motmo.pro.
¿Por qué apostáis por las rondas de inversión para crecer?
Tenemos una ambición muy grande con este proyecto, no queremos que quede como una pequeña empresa que hizo algo bonito por la cultura y el patrimonio musical. El lenguaje musical es un idioma universal por lo tanto, no tendríamos barreras importantes de entrada en ningún país y para hacer rodar esto a nivel global hace falta gasolina.
¿A qué habéis destinado los últimos recursos recibidos?
Sobre todo en crear el equipazo que forma ahora motmo, con perfiles altamente cualificados y con un background muy top. Hemos notado una aceleración vertiginosa en el proyecto y también nos ha permitido llegar a acuerdos con artistas y editoriales musicales más grandes.
¿De qué forma estáis negociando la siguiente operación? ¿Cómo la afrontáis?
En este momento estamos haciendo una operación con notas convertibles. Esto es, debido al enorme interés que ha supuesto el nuevo desarrollo que estamos haciendo. Éste tiene la ventaja competitiva por tener nuestro propio dataset con la posibilidad de eliminar las partituras de cualquier web de la competencia.
¿Qué otros objetivos tenéis a medio-largo plazo? ¿Qué queréis que sea del futuro de Motmo?
Nuestro foco principal está en poder terminar de desarrollar los algoritmos de IA para la generación automática de partituras y lanzar nuestra propia plataforma, para no depender de terceros. Esto es lo que nos facilitará la escalabilidad y nos ayudará a conseguir nuestro principal objetivo: que motmo.pro se termine convirtiendo en la biblioteca de Alejandría del conocimiento y aprendizaje musical.