"Requerimos que crezca el número de personas que vean y sientan el emprendimiento como sinónimo de empleo de mayor estabilidad y calidad"

Jordi García Brustenga, director de Fomento del Ecosistema Emprendedor en ENISA, ha hablado con El Referente sobre la importancia del fomento el emprendimiento desde lo público y los beneficios de dicha apuesta. También sobre su trayectoria en el ecosistema y cómo vislumbra el futuro del mismo.
Un futuro que pasa, entre otras cosas, por implementar la conocida como Ley de Startups. A raíz de la misma ENISA ha sido nombrada como certificadora de startups. Un centenar de ellas ya han sido calificadas como tal por la entidad desde que se puso en marcha el mecanismo el pasado 21 de julio. El objetivo es convertir las nuevas tecnologías en un motor de crecimiento económico más intenso y sostenido, rico en empleo de calidad, con mayor productividad y que contribuya a la cohesión social y territorial.
ENISA es una empresa pública adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, que desde 1982 participa activamente en la financiación de proyectos viables e innovadores, impulsados emprendedores y emprendedoras y por pymes.
¿Qué importancia tiene que se fomente la innovación desde lo público?
Una importancia vital, ya que es la palanca principal de la competitividad de miles de proyectos que se hacen realidad cada año y otras tantas empresas que crecen y se internacionalizan. En ENISA podemos dar fe de ello. A lo largo de nuestros 41 años de existencia hemos invertido más de 1.297 millones de euros para 8.486 préstamos desembolsados que han beneficiado a 7.410 empresas. En todos estos casos, el dinero público de ENISA ha servido como activador de la inversión privada.
Este año añadimos más valor como entidad pública certificadora de las empresas emergentes que desean aprovechar los beneficios fiscales y sociales de la conocida como Ley de Startups, una legislación pionera en Europa que crea un entorno legal favorable para el crecimiento y éxito de las mismas. Desde el pasado mes de julio, mes en el que se aprobó la Orden Ministerial que hizo operativa el procedimiento, hemos certificado cerca de 200 empresas que han acreditado su carácter de emprendimiento innovador y su modelo de negocio escalable.
¿Por qué es ENISA relevante en ese ecosistema? ¿Cómo ha alcanzado esa buena reputación?
Ha sido a fuerza de mucho trabajo, pero, sobre todo, de tener muy clara nuestra vocación, que no es otra que la de contribuir, desde la mayor proximidad y utilidad, a que proyectos viables, innovadores y escalables, impulsados por emprendedoras y emprendedores o pequeñas y medianas empresas españolas, encuentren la financiación necesaria para desarrollarse y competir en un mercado global. Esta labor ha sido potenciada en los últimos cinco años de una forma muy profunda, multiplicando por cerca del 50 % el presupuesto ejecutado.
Por otro lado, ENISA se ha ido consolidando en los últimos dos años como el organismo estatal de referencia del emprendimiento innovador. La Estrategia Nacional para España como Nación Emprendedora y la Ley de Startups, aprobada a final del año pasado, han ido asignando a ENISA un papel protagonista en este ámbito, más allá del papel tradicional de socio financiero de startups y pymes innovadoras.
¿Qué significa, a nivel personal, formar parte de dicha institución? ¿De qué forma le ha ayudado su experiencia previa en este puesto de director de Fomento del Ecosistema Emprendedor?
Sin duda alguna, es una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel humano como profesional, ya que es palpar de primera mano la transformación de un sector esencial para nuestro país. Estar en contacto con el ecosistema y formar parte de un antes y un después, es muy gratificante. Además, haber sido director de Operaciones me ha dado una mirada que es fundamental para esta nueva etapa en la que toca ir más allá.
Yo empecé en los años 90 en un servicio público local de creación de empresas, en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), con los primeros fondos de la UE destinados a esto. Viendo en perspectiva la evolución del ecosistema emprendedor durante estas décadas me llena de orgullo como país, más estando ahora en ENISA.
¿Por qué es más importante que nunca el emprendimiento?
Porque sin emprendimiento no hay futuro. Requerimos que crezca el número de personas que vean y sientan el emprendimiento como sinónimo de empleo de mayor estabilidad y calidad, puesto que con ello también nuestro país crece como factor de competitividad exponencial. Y no vamos mal. Según el último Informe GEM el 9,4 % de la población española está pensando en emprender, y 6 de cada 100 personas están poniendo en marcha un nuevo negocio. En la fase de consolidación del proceso emprendedor apenas se reduce el porcentaje de la población inmersa en iniciativas emprendedoras consolidadas (7 %) respecto al año 2021 (7,2 %), aunque el abandono empresarial (2,5 %) aumenta ligeramente respecto al año anterior (2,2 %).
Esta perspectiva general muestra un proceso emprendedor saludable en el que cada vez hay más personas con intención de emprender que se convierten en emprendedoras reales, aunque el propio entorno en el que desarrollan esa actividad depura en alguna medida a aquellas menos solventes que se ven obligadas a abandonar, y corrige a la larga el porcentaje de empresas que se consolidan en el tiempo. Sin duda alguna, aumentar la ratio de emprendimiento es sinónimo de palanca para la innovación tecnológica, el desarrollo empresarial, la modernización económica y el progreso social.
¿Cuál es el papel del emprendimiento en España y en qué destaca del resto de Europa y del mundo?
Me gustaría remitirme de nuevo a los datos, ya que creo que son la mejor demostración de lo que somos como país emprendedor. Según GEM, la actividad emprendedora en España es menor, pero más resistente que la de otros países, con las tasas de cierre más bajas de su grupo de referencia. Durante los años de pandemia (2020-2021) España se posicionó como uno de los países europeos en los que quienes emprendieron resistieron mejor el periodo de incertidumbre, manteniendo las empresas consolidadas y evitando el cierre de aquellas que habían comenzado un proyecto de emprendimiento. Sin embargo, durante 2022 se aprecia una depuración de empresas en la fase de consolidación. El porcentaje de emprendedores y emprendedoras a cargo de empresas consolidadas se reduce ligeramente respecto al año anterior, hasta alcanzar un 7 %, un nivel igual al del 2014, y el abandono empresarial aumenta hasta un 2,5 %. No obstante, la tasa de población que cierra definitivamente el negocio es de un 1,5 %, lo que significa que algunas personas abandonan una actividad para emprender otra, mientras que otras retoman la iniciativa anterior.
Por ello, podemos concluir que contamos con una dinámica emprendedora saludable y con potencial de crecimiento. Las comunidades autónomas con mayor tamaño y concentración de población se afianzan como el entorno más favorable para emprender. A nivel europeo, Barcelona es la tercera ciudad europea más valorada entre los emprendedores para iniciar una empresa emergente o startup, según el ranking Startup Heatmap Europe.
¿En qué hay que hacer hincapié para que el ecosistema siga creciendo y generando valor?
Creo que se hace muy importante remarcar y fomentar “el gusanillo” por emprender desde edades tempranas. Que no sea por necesidad, sino más bien porque se tenga muy claro que se quiere emprender. Esto, a su vez, tiene mucho que ver con la innovación y la cultura del emprendimiento. Para ello, la Ley de Startups contiene la creación de un programa de Startups de Estudiantes, que gestionaremos desde ENISA para la promoción y facilitación del emprendimiento liderado por estudiantes de universidades, escuelas de negocio y centros de FP.
¿Cómo han sido los primeros meses de aplicación de la Ley de Startups? ¿Qué balance hacen desde ENISA?
De momento hemos superado ya las 200 certificaciones. El balance es muy positivo porque la Ley de Startups es una oportunidad única que nos hace demostrar la fuerza que tenemos como país en el emprendimiento innovador. Lo pionero de la norma es la seguridad jurídica que proporciona a las empresas emergentes, ya que incorpora un importante conjunto de medidas dirigidas a facilitar su creación y crecimiento, así como a promover la inversión en innovación, impulsando instrumentos públicos destinados a apoyar al ecosistema de empresas emergentes y a reforzar la colaboración público-privada con el fin de promover su crecimiento. Además, favorece el establecimiento en España de quienes quieren emprender.
Aunque no hace ni tres meses que abrimos el procedimiento y hemos recibido muchas solicitudes, por nuestra experiencia y conocimiento en solicitudes de préstamos a ENISA, aún faltan muchas empresas por certificarse. Animo desde aquí a todas las empresas emergentes a que se sumen al listado para poder aprovechar todos los beneficios fiscales que supone la certificación.
¿Y cómo esperan acabar el 2023? ¿Qué objetivos faltan por alcanzar en este último trimestre del año?
A lo ya descrito y al compromiso de seguir promoviendo la certificación de startups y brindando oportunidades de crecimiento y desarrollo, sumamos el lanzamiento de Spain Up Nation, una iniciativa del Comisionado para España como Nación Emprendedora que recae en ENISA. Esta trata de poner en valor todo el potencial del emprendimiento innovador en España, hacia dentro y hacia fuera, como un elemento más de la transformación económica que está llevado a cabo el país. Entre otras cosas, vamos a llevar a cabo 40 eventos en 10 semanas, hasta final de año. Se organizan a lo largo y ancho de todo el territorio, como reflejo de nuestra determinación de no limitarnos a los principales núcleos de emprendimiento.
El recorrido comenzará el 16 de octubre en Tarragona, concluirá el 21 de diciembre en Teruel, y abarcará muchas provincias de las diferentes comunidades autónomas, incluyendo las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Queremos ayudar a romper todas las brechas, destacando la territorial y la del emprendimiento femenino.
Además, en otra escala, la nueva adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia acordada entre el Gobierno de España y la Comisión Europea, establece la creación de un fondo para el emprendimiento que nos permita no depender de la aprobación anual de nuestras líneas y nos encarga la gestión de proyectos vinculados a varios PERTE a partir de la segunda mitad de 2024, con el fin de que puedan extenderse más allá de 2026. Todo esto supone movilizar un presupuesto de 3.233 millones de euros. Un gran fin de año, que augura una gran transformación de ENISA como agencia, no solo para el impulso del emprendimiento y la pyme innovadora, sino también para la transformación industrial de nuestro país.