La apuesta por el talento y el impulso de nuevos proyectos ha adquirido durante las últimas décadas una creciente importancia debido a los efectos favorables que las nuevas pequeñas y medianas empresas generan en términos de producción y de empleo. En este marco resulta una obligación de buen gobierno impulsar el talento innovador. Y más cuando se trata de proyectos con un alto potencial de crecimiento.
Esta es el compromiso de la Xunta de Galicia, que trabaja en estos retos desde hace años, apostando por generar un contexto económico capaz de conjugar la puesta en marcha de nuevas iniciativas con la innovación para actuar como motor de refuerzo de la modernización y diversificación de la economía de Galicia.
En este punto cobra especial relevancia el apoyo público a las startups, que se materializa este año en dos grandes novedades. Por un lado, la activación de la primera línea específica de apoyo a startup gallegas; y, por otro, la nueva business factory ambiental (ClimaTech), que busca atender a la sostenibilidad ambiental como forma de garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo.
La nueva BFClimaTech complementa la red de aceleradoras activada por la Xunta y que incluye las Business Factories de alimentación (BFFood), automoción (BFAuto), aeronáutica (BFAero) o medicina (BFMedicines); y todo ello sin olvidar la aceleradora de internacionalización Galicia Avanza, que tiene como objetivo la búsqueda y aplicación de soluciones innovadoras que fortalezcan la presencia de nuestras empresas en el mercado exterior. De este modo, se refuerza la consolidación del tejido productivo gallego en el mercado internacional al tiempo que se abren escenarios de futuro al acceder a nuevos segmentos de clientes.
No hay otro camino. Necesitamos ser más competitivos y más internacionales, y para ello hace falta contar con una mayor autonomía estratégica. Factores que pasan por reforzar nuestro talento innovador y tecnológico para que fructifique en nuevos proyectos empresariales. Y, al mismo tiempo, contribuir y facilitar la captación de las inversiones capaces de proporcionar el capital necesario para impulsar el crecimiento empresarial, financiar proyectos de investigación y desarrollo, y llevar al mercado esos productos y servicios innovadores.
Es muy difícil, por no decir imposible, que estos retos se alcancen en solitario. Los gobiernos, las empresas y otros actores relevantes debemos trabajar juntos para crear un entorno propicio para la innovación y la inversión. Esto incluye políticas públicas que fomenten la investigación y el desarrollo, incentivos fiscales para la inversión en innovación, y la creación de ecosistemas empresariales que promuevan la colaboración, el intercambio de conocimientos y la creación de redes.
Y para que todo fluya, a la Administración le toca poner herramientas dinámicas y efectivas. Es ahí donde cobra sentido la puesta en marcha de un mapa industrial de la comunidad -para localizar necesidades y oportunidades en el territorio- o la nueva Oficina Económica de Galicia -que sirve de puerta de entrada y acompañamiento para las empresas facilitando trámites y acercando la información-. Solo así lograremos la permeabilidad competitiva, con un buen equilibrio que propicie la llegada de capital al territorio y la salida de las empresas gallegas a todo el mundo.