Se suele decir que no se entiende un mercado primario (emisión de nuevas acciones) sin un mercado secundario (compra-venta de acciones existentes). Para fomentar la inversión es imprescindible aportar liquidez al inversor, sino éste se mantendrá cautivo siendo un gran desincentivo. Por tanto, una de las claves para el desarrollo del ecosistema emprendedor, es facilitar vías de salida a sus inversores.
El mercado secundario español apenas tiene 30 años de historia, estando concentrado principalmente en el grupo BME (Bolsas y mercados españoles) el cual desde 2001 agrupa a las bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, así como el BME Growth (antiguo MAB), entre otros. De hecho ya ni siquiera podemos hablar de un grupo español, dado que el pasado año BME fue adquirida por el grupo Six, y ha pasado por tanto a formar parte del tercer mayor operador de infraestructuras de mercados financieros por ingresos de Europa.
En el mercado secundario español, se da liquidez a mercados de valores, renta fija y derivados. Sin embargo los enormes requerimientos y costes para cotizar en el mercado continuo hace que la inmensa mayoría de sociedades no accedan a este tipo de mercado, existiendo una gran necesidad de vías de liquidez para los inversores de este tipo de compañías. De las casi 50.000 grandes empresas que hay en Europa, el 90% no cotizan.
En los últimos años, se están desarrollando cada vez más alternativas de liquidez para las compañías tecnológicas de mediano y gran tamaño, si bien el acceso por parte de las startups sigue siendo muy limitado:
- Mercados alternativos como BME growth y Euronext, recientemente han creado iniciativas como entorno premercado (BME) y el programa Techshare (Euronext), enfocados a preparar a las pymes tecnológicas para su salida a bolsa en dichos mercados. Hasta la fecha son muy pocas pymes las que han optado por cotizar en estos mercados debido a los altos costes que llevan implicados.
- Fondos de secundario, como Bewater o Bonsai Partners junto con otros fondos de capital riesgo, han sido lanzados en los últimos 5 años principalmente destinados a adquirir participaciones a socios de startups. Sin embargo, esta opción todavía está reservada a inversores cualificados, el inversor minorista aun no tiene acceso a este tipo de inversión.
- Special Purpose Acquisition Company (SPAC): vehículo que permite levantar fondos en una salida a bolsa (IPO) de cara a adquirir una empresa(s), también es un mecanismo cada vez más popular para dar liquidez a socios de una startup (con sus ventajas y riesgos asociados). Para ponerlo en contexto, en 2020, en EEUU el 50% de todas las salidas a bolsa fueron a través de una SPAC. Por el momento se trata de un vehículo americano y hasta la fecha Wallbox es la única compañía española que ha debutado a cotizar con esta modalidad.
- Cabe resaltar los mecanismos de liquidez asociados al mundo crypto como son los Initial Coin Offering (ICO). En España destaca el proyecto de Token City, plataforma de financiación participativa autorizada por CNMV, que funciona como un mercado secundario de tokens, gestionando la emisión y compra venta de security tokens.
¿Por dónde debería evolucionar el mercado secundario en los próximos años?
La tendencia de los últimos años en el sector financiero, hace pensar que la evolución de este mercado pasa por simplificar, abaratar, descentralizar y democratizar.
Si tomamos como referencia EEUU, hace más de 10 años ya veíamos empresas como SecondMarket o recientemente CartaX tratando de crear un mercado secundario de startups ofreciendo una solución más rápida y escalable basada en tecnología similar a la que se utiliza en el mercado de valores tradicional. Por otro lado, las plataformas de Crowdfunding que han surgido en los últimos 7 años han dado acceso al inversor minorista a un mundo hasta ahora inaccesible para él. Si bien por el momento estas plataformas en España sólo permiten la inversión en mercado primario, y por tanto no dan solución al problema de la escasa liquidez, en UK plataformas como Seedrs ya ofrecen la posibilidad de comprar y vender participaciones de startups en tiempo real por medio de un marketplace.
En España es cuestión de tiempo que la CNMV dé el visto bueno a la creación de plataformas que posibiliten un mercado alternativo que por medio de la digitalización, la reducción de intermediarios y por tanto de costes y tiempos, pueda ser una opción atractiva para aportar liquidez a las startups, sin renunciar por ello a la regulación y protección del inversor minoritario.