"Queríamos crear no solamente un modo de transporte para ir de A a B, sino un nuevo estilo de vida, una experiencia"

Benjamin Viguier, Yann Sander y Tim Ougeot, son los tres fundadores de Yugo, una startup de motosharing que opera en Barcelona. A estos tres fundadores se suman Thomas Viguier, hermano de Benjamin, Guillaume Sander, hermano de Yann, y Luc Ougeot, hermamo de Tim. Los seis forman el equipo de Yugo.

Este servicio de moto sharing esideal para barceloneses y residentes en la ciudad; una alternativa más económica, ecológica y práctica al vehículo privado. Actualmente disponen de una flota de 210 motos (silenciosas y sin emisiones) y una comunidad de 15.500 usuarios. Nuestros ‘riders frecuentes’ pagan solo por minutos conducidos (0,22 euros/min), sin necesidad de pasar por la gasolinera ni dejar la moto aparcada en estaciones.

La idea nació en Múnich donde los fundadores han vivido varios años. "Trabajando para BMW, Audi, etc, éramos muy sensibles a los cambios de la industria automóvil. Del cambio de la propiedad al uso antes de todo. Drive Now y Car2go funcionaban en Múnich. Nosotros mismos habíamos vendido nuestros coches y usábamos el carsharing, los transportes públicos, la bici. Disfrutábamos de una movilidad multimodal. Estos cambios los vivíamos entonces profesionalmente, pero también personalmente", comentan los fundadores.

Un día probaron la moto eléctrica y entendieron que la idea había nacido en ese momento. "Dos meses después habíamos dejado Múnich y los trabajos para lanzar YUGO". confiesan.

¿Y por qué Barcelona? "Elegimos para estrenar nuestro servicio de moto sharing (febrero de 2016) ya que se trata de una de las ciudades europeas con mayor cultura y uso de la moto (22,2% del parque móvil). Empezamos con tres motos y en menos de un año multiplicamos por tres".

¿Cómo funciona exactamente vuestro sistema?

Las motos de YUGO funcionan como las bicicletas públicas con las dos diferencias de que operamos con motos eléctricas y sin puntos estables para su aparcamiento. Las motos están repartidas en la ciudad.

Todo se maneja desde nuestra aplicación. Así, con la app YUGO se puede localizar la moto más cercana y se puede reservar durante 15 minutos para que dé tiempo de llegar hasta ella. En cuanto el usuario está al lado de la moto, puede desbloquearla desde la app, abrir el baúl, donde vienen dos cascos, y empezar a conducir.

Al desbloquear la moto se abre el baúl y se enciende el motor. El usuario tiene 30 segundos gratis para ponser el casco y, a partir de este momento, cobramos por 0.22 euros por minuto. El servicio está pensado para trayectos cortos dentro de la ciudad.El trayecto medio que tenemos es de 15 minutos y, durante el mismo, también se puede poner la moto en pausa a 0.14€/minuto. 

Al llegar al destino, el usuario aparca la moto en una zona autorizada para las motos, devuelve los cascos y finaliza su sesión desde la app. De este modo el vehículo está disponible de nuevo para el próximo usuario.

¿Cuáles son las ventajas de Yugo para los usuarios?

Tenemos una moto muy bonita y estilosa. El diseño sí que es muy importante para YUGO. Queríamos crear no solamente un modo de transporte para ir de A a B, sino un nuevo estilo de vida, una experiencia. Obviamente esta no es la única ventaja de nuestras motos. Son muy fáciles de conducir, tienen una silla grande, y alcanzan buena velocidad. La app también tiene sus ventajas: es rápida, sencilla, y en solo dos clicks el usuario está listo para conducir. El proceso está simplificado al máximo. El registro en Yugo es gratuito y ofrecemos 30 minutos gratis a cada nuevo usuario.

¿Y para el medio ambiente y la seguridad vial en general? ¿Qué compromisos tenéis?

Nuestras motos son eléctricas, así que no contaminan ni hacen ruido. En 2017 los usuarios YUGO han dado 20 vueltas al mundo y así ahorrado 63.000.000g de emisiones de CO2.

¿En base a qué criterios habéis elegido vuestros modelos de motos? ¿Por qué eléctricas?

Tenemos la ambición de cambiar la movilidad urbana. No había otra elección posible para nosotros que motos eléctricas.

A nivelo logístico tenían que tener baterías extraíbles y, a nivel de marca, queríamos una moto con estilo.

¿Cómo tenéis pensado adaptaros a otras ciudades?

Cada ciudad tiene su particularidades, y la implementación necesita un trabajo de pre lanzamiento. Es verdad que replicamos muchas cosas de lo que hemos aprendido operando en Barcelona y que seguimos testeando.

¿Qué ventajas tiene el consumo colaborativo? ¿Cómo creéis que avanzará esta tendencia en los próximos años?

Creemos en una economía del acceso y el consumo colaborativo permite su desarrollo. Aprovecharse de un vehículo, piso, oficina, sin los inconvenientes de tenerlos, cuándo y dónde los necesitamos hace que la flexibilidad sea la ventaja principal.

¿Qué os diferencia de vuestros competidores más directos?

A nivel de servicio, el estilo de nuestras motos, la facilidad de uso de nuestra app, la comunidad de usuarios que hemos creado...

A nivel de empresa, somos la única startup, que ha desarrolado toda la parte tecnológica nosotros mismos, lo que nos permite ser muy agiles.

Habéis recibido un préstamo participativo de ENISA, ¿por qué elegisteis esta fórmula?

El préstamo participativo de ENISA permite a proyectos early stage de acceder a una financiación adaptada cuando la deuda bancaria, por ejemplo, aún no es posible. Las condiciones de reembolso también permiten a un proyecto como el nuestro de desarrollarse.

¿Habéis explorado otras vías de financiación? ¿Cúales?

Sí, hemos hecho ampliaciones de capital (equity) y abierto una línea de crédito bancario.

Ahora que estáis asentados en Barcelona, ¿qué objetivos os habéis marcado a medio/largo plazo?

Seguiremos creciendo en Barcelona, a nivel de flota y de zona operativa. En paralelo lanzaremos nuevas ciudades en España y en otros países europeos. En estas ciudades operaremos nosotros mismos o abriremos con franquicias. Recientemente lanzamos Burdeos, en Francia, con un modelo de franquicia.